sábado, 23 de septiembre de 2017

- Naupan en Puebla

Con el grupo de Misiones del Colegio Miraflores del Estado de México, hemos celebrado los 25 años de las Misiones a Naupan (Puebla) 
En la foto los jóvenes misioneros en Naupan, abajo en la Misa con las flores de gratitud

Han sido 25 años de ir cada Semana Santa a este pueblo que forma parte de la Arquidiócesis de Tulancingo (cuyo Arzobispo: Domingo Diaz Martinez nos acompañó. 
En la misa también nos acompañó el Obispo Dn. Efraim, auxiliar de Tlanepantla

Y el Párroco de Naupan, quien comentó los diferentes signos de su Comunidad
Esta Arquidiócesis de Tulancingo se extiende por tres  Estados: Puebla, Hidalgo y Veracruz.

  A este aniversario han acudió 4 camiones con unos 160 participantes desde Naupan, acompañados de su párroco, con quien pudimos platicar y saber que tiene confiados 14 pueblos en la zona de Huauchinango, donde está Naupan.

El grupo de danzantes de Naupan tienen de nombre "Los Quetzales"
  Uniéndonos al festivo evento, en el que no faltaron los danzantes de Naupan, los músicos y acompañantes, hemos realizado este breve testimonio de las nobles gentes llegadas desde Naupan, muchos de quienes siguen hablando la lengua Náhualt, lengua indígena que hablan más de un millón de personas en la República de México. 
Jóvenes Misioneros del Colegio Miraflores en Naupan (Puebla)
Durante la comida de hermandad con los venidos de Naupan pudimos escuchar las conversaciones en Náhualt, fuimos obsequiados con unos collares de flores en forma de guirnalda que nos colocaron ellos en el cuello y en la cabeza, además de un pan a modo de corona y otro pan en forma de tridente que se lleva en la mano; 



estos son signos que la Comunidad ofrece en señal de bienvenida y acogida. En varias de las fotografías ver estos elementos tradicionales ofrenda de los llegados de Naupan. 
Con Sor Salud Conde (directora del Miraflores) y un grupo de las Hermanas del Colegio



En la misa traen incienso del lugar para la celebración. Debajo una Misionera canta en el evento

Naupan es un municipio perteneciente al estado de Puebla. Se localiza en la región de Huauchinango, en la sierra norte poblana. La cabecera municipal es el pueblo de Naupan.
A 199.5 km de Puebla se encuentra un excelente sitio para observar el paisaje de la Sierra. Naupan ofrece bellas vistas y atractivos naturales, como las grutas de Uankax y las cuevas de Tempach y Citlalá. Este municipio aún conserva sus raíces náhuatl con un conjunto de creencias y tradiciones propias del lugar.
COLINDANCIAS: Al Norte con el municipio de Tlacuilotepec, al sur con Ahuazotepec y el estado de Hidalgo, al oeste con Huauchinango y Xicotepec de Juárez y al este con Pahuatlán. A este lugar, por el que corren cuatro ríos, llegaron grupos totonacos para establecerse y fundar el poblado que antiguamente se llamo Nexpan; "Sobre las cenizas".
  En 1750 estuvo bajo la jurisdicción eclesiástica de Huauchinango. En 1895 se constituye como municipio libre. La cabecera municipal es el pueblo de Naupan.
Naupan es un municipio de 9707 habitantes. El 98,78% de la población es indígena, el 92,19% de los habitantes habla alguna lengua indígena, y el 4,95% habla la lengua indígena pero no español.
  El 92,36% de la gente de Naupan es católica, el 46,76% están económicamente activos y, de estos, el 98,46% están ocupados laboralmente. Además, el 89,93% de las viviendas tienen agua entubada y el 0,05% tiene acceso a Internet.
Naupan. está custodiado por los cerros Metztepetl, Tonallan y Citlalan (de la Luna, el Sol y las Estrellas, en la lengua Náhualt), 
en la morada de San Marcos El Tecuán, (el que se convierte en tigrito), el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, festejó otra vez sus 50 años de vida sacerdotal 
El Obispo de Chiapas Felipe Arizmendi recibido con honor en Naupan
con una misa de acción de gracias durante el quinto Taller de Cultura Náhuatl convocado por la iglesia católica.
  La fiesta de Arizmendi en la comunidad de Naupan, en la sierra norte poblana, formó parte de las actividades del Quinto Taller convocado por la Conferencia del Episcopado Mexicano (Cem) con el objetivo de avanzar en las traducciones bíblicas y litúrgicas de la iglesia Católica que se desarrolla del 30 de septiembre al 3 de octubre.
  Vestido para la conmemoración con sus chillantes paredes y la explanada que antes sirvió de cementerio, el templo Agustino construido en 1590, fue escenario de las danzas de los Toreadores, Negritos, Chinelos y Viejitos. Bailes festivos postcoloniales.
  Arizmendi, sucesor del “Tatic” Samuel Ruiz quien fue un excelente Obispo en la diócesis de la sierra chiapaneca, coordina además el trabajo de los traductores que conciben “a la teología india, como la búsqueda de la presencia de Dios en las culturas originarias” a través de la inculturación de la doctrina de la iglesia católica.
  “Debemos conocer y respetar los mitos y ritos de los pueblos indígenas para descubrir en ellos las huellas de Dios, los caminos por los que él se ha manifestado y que muchas veces rechazamos por desconocer el fondo de su historia, su contenido y significado. Para conocerlos debemos amar y respetar a quienes los comunican y practicán”, explicó Gabino Negrete Vázquez, originario de Telolotla en el municipio de Zihuateutla.
  Por eso los sacerdotes y catequistas católicos vinieron por tres días a Naupan a trabajar en la traducción al náhuatl de la biblia, laudes, vísperas y liturgias “con el ánimo de poner en práctica la promoción integral de los indígenas, para que sean sujetos en la iglesia y en la sociedad”, de acuerdo con Arizmendi.
Signo de la cultura de Naucap bordado en la estola que regaló el sacerdote del pueblo
  “Yo vengo de un estado con un porcentaje mayoritario de población indígena y venimos ahora al estado de Puebla para que el pueblo náhuatl pueda tener la importancia que merecen tanto en la sociedad como en la iglesia, que se sientan parte viva del país y que se valore a los pueblos originarios”, agregó el obispo de San Cristóbal de las Casas.
  Para celebrar a Arizmendi Esquivel y la realización del taller, no enfloraron a San Marcos como lo hacen en su fiesta en mayo, pero sí le pusieron un xochiyugo y un xochimacpali de papel para que el guardián, el tecuán, el que según la tradición oral se convierte en tigrito y cuida las cosechas, sepa del agasajo.
  Nadie sabe en qué año llegó San Marcos al pueblo, sólo dicen que siempre ha estado en su iglesia -los agustinos arribaron a la zona en 1543 y a Naupan en 1590), no obstante todos saben que al pie de él está el tecuani -que es él mismo transfigurado- pero en la fiesta lo cubren con una tela, no por pena, quizá por recelo. ¿Qué si es nahual? sólo ellos lo saben, cuenta el difusor cultural Osvaldo Cortés Ojeda.
  Pero en la eucaristía de este martes, el tigrito estuvo descubierto quizá para recordar a los sacerdotes que los rituales de los pueblos indígenas son las celebraciones que realizan para manifestar su unión con la naturaleza, con los seres invisibles, con Dios, en el intento de ponerse en contacto con “un mundo superior” y no simples “leyendas, magia y superstición”.
Con ocasión de la celebración de los 25 años de Misiones en Naupan, el Colegio Miraflores ha editado un testimonio gráfico titulado: “Misión Miraflores, Misión de Amor”. En la pagina 32 podemos leer: “Este municipio aún conserva su raíz náhuatl con un conjunto de creencias y tradiciones propias del lugar.
  La bienvenida y acogida que siempre han tenido con los misioneros nos ha hecho trascender y sentir esa fuerza espiritual que nos une y nos hermana a todos los pueblos. A todos nos impresiona su rito de bienvenida lleno de colorido y alegría, manifestado en la música, la danza, los collares y coronas de flores, el incienso y otras ofrendas. 

 Todo ello con un significado muy profundo: la danza significa alabanza, oración, acción de gracias. El incienso el medio por el que sube a Dios nuestra oración. La corona de flores en la cabeza que imponen a los misioneros representa el proyecto de vida que tiene el misionero para la comunidad que es el anuncio de la Palabra de Dios. El collar de flores que ofrecen llamado xochicoscatl significa el amor, el cariño, la entrega, el desprendimiento del misionero para llevar la Palabra de Dios. El ramito de flores o maxochitl representa el trabajo, el sacrificio de la acción misionera proyectada por Dios a la comunidad. 
Y todo ello elaborado con flores de cempasúchil que significa la verdadera vida en plenitud. Este rito se hace en los momentos importantes como es para ellos la llegada de los misioneros, para dar gracias a Dios por todos ellos,