viernes, 16 de junio de 2017

- Corpus en Cortázar, Guanajuato

En México las festividades más conocidas de la fiesta del Corpus Christi son las de San Cristóbal de las Casas (Chiapas) y la de Cortázar (Guanajuato). Se ofrecen a la Eucaristía cantos y danzas tradicionales como la Danza de los negritos, Los voladores de Papantla y los Quetzales. (El Pais,16 junio 20179

El jueves de Corpus Christi en Cortázar, Guanajuato, se realizan procesiones y elaboran grandes cirios pascuales, esta es una tradición que no tiene semejanza, además de que se realiza desde el siglo XVIII.
Esta tradición tiene dos fases: la Misa y la procesión diaria de la cera. La primera con misa de recepción de fe y la segunda de manera pública y profana, principalmente en la noche con la entrada de la cera, preparada celosamente por los mayordomos de cada gremio, quienes cuidan los detalles y buscan ser los mejores y con bandas de viento o mariachis acompañándolas.
Con las obras de los artesanos de la región, los nueve días de “cera”, se convierten en verdaderos espectáculos de arte, por las variadas imágenes y figuras que desfilan por las calles, Este año el gremio de los comerciantes fue quien ofreció más cera. Unas fotos de lo más representativo y tradicional.
En América esta celebración llega con el arribo de los primeros frailes Franciscanos desde 1524, en sus tareas misioneras introdujeron la celebración de la Fiesta del Corpus Christi, mediante la construcción de “Capillas Posas”, que servían para descansar la custodia con el Santísimo Sacramento durante las procesiones de Corpus.
En Cortázar esta celebración se lleva a cabo desde 1721 año en que se funda este pueblo con la influencia de los frailes Franciscanos. Para tal celebración, los frailes enseñaron a los nativos otomíes el cultivo de las abejas y la manera de trabajar la cera, con la intención de que aprendieran a elaborar cirios escamados para la iluminación del Santísimo Sacramento y para los actos litúrgicos e iluminación del templo y las capillas.
La cera escamada data del siglo XVII. En el México antiguo se criaban abejas aborígenes (meliponas) para obtener miel y cera, pero a partir de la Conquista se importó la abeja europea, que es de mayor tamaño y con ella las velas, desconocidas hasta entonces en estas tierras. Es en 1615 que el arte de la cerería se extendió rápidamente en la población, sobre todo, con fines religiosos: tener objetos que acompañarán la evangelización y es aquí donde se conserva su elaboración y ritual tradicional. Actualmente se practica la cerería en varios poblados de la República Mexicana.
Los cirios y artesanías de cera son representados como ofrenda, durante los días de la Octava de Corpus, como signo de agradecimiento a Dios por todos los favores recibidos a lo largo del año.
Durante los años cuarenta del siglo XX ocho días antes de que se aproximara la fiesta un grupo de individuos encargados de esta fiesta celebraban contratos con diferentes directores de música, la de la población y dos o tres de diferentes lugares, principiaban con una “alborada” que comenzaba a las seis de la mañana, recorrían las calles de la población recogiendo ceras y dinero, este para el pago de la misa dedicada al gremio que correspondía ese día, por la noche se daba audición en el Jardín Principal, teniendo una concurrencia que les gustaba oír la música.
Esto no era más que apreciar cuál de las dos o tres músicas ejecutaba mejor las “polkas”. Se notaba que había un verdadero derroche de dinero por el crecido pago a los directores de las músicas llegadas de fuera. Se calcula que no menos de seis a siete mil pesos se gastaban durante los ocho días por diferentes conceptos.
A la fecha esta tradición continua con el desfile durante ocho o nueve días de acuerdo a la organización de los diferentes gremios, con cirios que son verdaderos trabajos artesanales de cera escamada, u otro tipo de ofrendas como fruta, despensas, ornamentos, cálices, purificadores, bancas, manutergios, vino para consagrar, hostias, entre otras.