miércoles, 31 de octubre de 2018

- El Nevado de Toluca, volcán accesible

El Nevado de Toluca, también llamado en náhuatl: "Xinantécatl" (Hombre desnudo), es un volcán mexicano ubicado entre los valles de Toluca y Tenango (Valle del Matlatzinco). 
Se localiza a 22 km al suroeste de Toluca, capital del Estado de México. La altura del volcán es de 4.680 ms. El volcán presenta actividad sísmica y se encuentra dentro de la lista de volcanes activos de México. 
Alcanza una elevación de 4.680 ms por lo que es la cuarta formación más alta de México y forma parte de la Cordillera Neovolcánica Transversal y del Cinturón de Fuego del Pacífico. Pertenece al Parque Nacional de los Venados y al Parque Nacional Nevado de Toluca, que comprende todo el Valle de Toluca y el de Tenango, así como los municipios de ZinacantepecCalimaya, Tenancingo, Toluca, Tenango del Valle, Villa Guerrero, Coatepec Harinas y Temascaltepec. El volcán esta activo sísmicamente.
Su suelo está compuesto de calcio, fósforo, hierro, silicio, zinc, potasio, carbono, sulfato y polvorín de las montañas o estroncio.
La temperatura media anual es de -4 °C a 12 °C. En las faldas del volcán el clima es templado y muy lluvioso en verano, fresco y muy frío en invierno; en la cumbre, fresco y frío en verano, polar de alta montaña en invierno o cuando está nevado.
Su vertiente meridional desciende hacia la depresión del Balsas, mientras que la ladera septentrional enlaza con el valle de Toluca, la ladera sur con el valle de Tenango, la ladera norte con el municipio de Zinacantepec y la ladera occidental con el valle de Temascaltepec.
A los 4100 m. de altura se desarrollan bosques de encinas y coníferas, grimos, helechos y arbustos; a mayor altura sólo crecen las gramíneas, pastos, musgos y algas. 
La fauna se compone, de zarigüeyas, venados cola blanca, conejos teporingos, conejos de las nieves, coyotes, mapaches, ardillas, chinchillas, halcones, águilas reales, lagartos serranos y cucos, ganado bovino, porcino, equino y ovino.Además, truchas arco iris, suchos o truchas blancas, mayús, huachis y lamos.
Actualmente no se puede acceder al cráter en auto, solo hasta "la pluma"; esto debido al mal comportamiento de visitantes irrespetuosos que dejaban basura. A la pluma se llega por un camino de terracería desde la parte baja del volcán; por desgracia, el tremendo flujo de visitantes inconscientes, descuidados y mal equipados degrada mucho el delicado ecosistema de la montaña, además de provocar accidentes menores como torceduras de tobillos, y graves como roturas de rodillas.

El trayecto bastante sinuoso se cubre en aproximadamente 40 minutos, pasando primero por una caseta donde se paga el boleto de acceso, casi al pie del volcán perteneciente al Parque Nacional de Los Venados, y después por la del Parque Nacional Nevado de Toluca, ubicada a unos 6 km del cráter y que da acceso al mismo. 
Se recomienda extrema precaución en este último tramo tanto en el ascenso como en el descenso, ya que la altura, la gran cantidad de curvas y la estrechez del camino en algunos sectores lo pueden volver peligroso. Estos 6 km se pueden recorrer en bicicleta de montaña o cargar la bicicleta para hacer un recorrido de cerca de un kilómetro por veredas pedregosas, pero dado que es ascenso muchos ciclistas lo prefieren aunque al regreso bajan por el camino de 6 km.

Mucho mejor que el trayecto en auto es la aproximación a pie desde la caseta de Los Venados; se trata de alrededor de una hora por senderos entre el bosque, hasta llegar a los farallones suroeste del volcán, cerca de una estación repetidora de microondas, desde donde se puede girar: a la izquierda para acceder al cráter por la ruta normal para turistas, 
bajar a las lagunas y subir por los arenales a la cima; a la derecha para atacar el Pico del Fraile de lado y por una vertiente arenosa entre las dos cimas (siete-ocho horas ida y vuelta desde la estación de microondas); o enfrentarse directamente a la imponente mole de arena y piedra suelta del Pico del Águila (cinco horas). Estas dos últimas rutas requieren de una excelente condición física y de piolet y crampones si está nevado; los bastones telescópicos también resultan muy útiles. 
El Pico del Águila tuvo por años en su parte más alta una cruz metálica de tres metros de altura, derribada por circunstancias desconocidas en marzo de 2010 y que ahora reposa unos diez metros más abajo en el exterior del cráter, que quizá fungía como pararrayos. 
Existen infinidad de recorridos alternos dependiendo del grupo, el tiempo disponible, la experiencia y el equipo que se lleve consigo, como la exigente travesía de todo el borde del cráter (ocho-nueve horas a buen paso y de dos a cuatro horas corriendo, sin tomar en cuenta la aproximación). 
Para el descenso uno puede deshacer la ruta o deslizarse por pendientes adyacentes; en última instancia, siempre puede emprenderse la retirada descendiendo al fondo del cráter y escapando por el camino de terracería.
Desde las cimas y laderas pueden apreciarse los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl, y a lo lejos, si hay buen tiempo y cielo despejado, la Malinche y el Citlaltépetl por el oriente. Al oeste se aprecian el valle del Matlazinco y el Volcán de Colima. Es notoria la gran cantidad de contaminación que puede verse suspendida sobre el valle de Toluca, así como la formación de nubes y su cobertura.
Como podemos ver, el Nevado es el símbolo de la ciudad de Toluca, la más alta de Norteamérica y cuyo clima hace honor a este dato.
El nevado de Toluca, un ambiente natural que identifica a la capital mexiquense, es uno de los espacios donde propios y ajenos disfrutan de un aire fresco, de una experiencia única e inolvidable. Además de ser una geoforma de belleza inigualable, es el marco perfecto para realizar actividades familiares, principalmente en la época navideña.
Cabe mencionar que esta actividad se hace más común con el tiempo, y ahora personas de municipios y estados aledaños han participado en ella.
Notas para un viaje al Nevado de Toluca
El Nevado de Toluca ha trascendido en nuestra cultura como un signo y un espacio de suma importancia para todo; para aventurarnos, para conocer de nuestra tierra, para descubrir la belleza del horizonte y para gozar de nuestros momentos en libertad. Y aunque esto suene a un simple fin de semana entre amigos o unas vacaciones en pareja, no debemos perder de vista que todo a su vez conlleva una preparación que va más allá de un común paseo en el campo. Considerar que el Xinantécatl –como también se le conoce al Nevado– alcanza una altitud de 4,680 ms.
La principal atracción del Nevado, además de la escalada, obvio, son las dos lagunas de agua potable que se encuentran en el cráter: la del Sol y la de la Luna. Aunque no son muy profundas, estas lagunas son perfectas para practicar la pesca de trucha o el buceo.
Si eres mexicano y no has visitado el Nevado de Toluca, sí, es una pena, pero ahora es tu gran oportunidad de aventurarte.
Cuentan los matlatzincas que, hace muchos muchos años, existió un sacerdote de nombre Xinan, quien buscaba por todos sus medios conocer a la Tlanchana, una sirena muy bella, diosa del antiguo Lago de Metepec. Xinan, dispuesto y desnudo, entró al lago en busca de la mística mujer; la Tlanchana, enfurecida, intentó persuadirlo de abandonar ese espacio o permanecer allí y sufrir las consecuencias. Sin escuchar sus advertencias, el sacerdote no abandonó las aguas y cayó perdidamente enamorado de ella; cada día después de ello Xinan iba a Metepec para verla, hasta que ésta, furiosa por la insistencia del hombre, lo tomó en sus manos y lo arrojó tan lejos como pudo. Él, herido por el rechazo de su amada, se dirigió hacia un valle, se acostó en la hierba, se abrió el pecho y expuso su corazón al Sol para que se quemara.
Al enterarse, la Tlanchana fue feliz porque nadie más le molestaría; sin embargo, en el valle, el cuerpo del hombre empezó a crecer y adherirse la tierra hasta transformarse en un volcán con sangre que quema.
Al ver los estragos y sufrimientos que se habían ocasionado, la Tlanchana arrepentida subió hasta la cima del cuerpo hecho tierra sufriente, le pidió perdón a Xinan y le tapó su ardiente y dolido corazón para que no causase más dolencias.
Según los matlatzincas, la sirena se quedó un tiempo a vivir en el Río Verdiguel –cerca del afligido Xinan– pero pronto decidió irse a Toluca, ya que no soportaba ver a ese pobre hombre convertido en volcán.
Así, y con otra serie de relatos, entre leyendas y mitos, en medio de un buen equipo y una condición física decorosa –no necesariamente excelente–, puedes disfrutar en este lugar un recorrido que pocas veces nos hemos animado a hacer, pero es esencial en la vida de todo mexicano.


jueves, 18 de octubre de 2018

- Taller de calaveritas mexicanas


Huixquilucan de Degollado, Estado de México.- El gobierno de Huixquilucan, a través de la Dirección General de Desarrollo Social, invita a los jóvenes de entre 12 y 16 años, a participar en el taller de pintura de calaveras a realizarse en las colonias San Fernando, Constituyentes y Pirules.
La directora de Desarrollo Social de Huixquilucan, María José Ocampo Vázquez, precisó que además de brindarles espacios a los jóvenes para expresarse, el gobierno de Huixquilucan, que encabeza Enrique Vargas del Villar, busca conservar las tradiciones del Día de Muertos.
Mencionó, que este taller se pensó para que esta generación de jóvenes ayuden a expresar lo que viven en su entorno inmediato: escuela, familia, amigos o en sus colonias. “Queremos que eso que ellos están viviendo día a día, lo puedan plasmar”.
Recordó que el municipio posee gran riqueza cultural, además de talento entre la juventud. Por lo que a través de la pintura, los jóvenes podrán expresar sus vivencias y sentimientos en las calaveras de unicel.
El cupo es limitado y las inscripciones están abiertas en las delegaciones municipales de San Fernando, Constituyentes de 1917 y Pirules, los interesados deberán llevar una copia del CURP.
Los talleres serán gratuitos y se llevarán a cabo los días 20 de octubre y el 26 de octubre.
Se premiarán a las tres mejores de cada taller y formarán parte de la ofrenda de Día Muertos de la Dirección de Desarrollo Social.
Todo comenzó cuando un caricaturista del siglo XIX que realizo la primera calavera mexicana o catrina, como también se les conoce. El objetivo de esta producción fue para burlarse de las malas costumbres de los indígenas de la época, ya que estos pretendían adoptar costumbres europeas para distinguirse de los locales, aunque en realidad eran más autóctonos que ningún mexicano de “pueblo”. Todo este evento se desarrolla durante el gobierno de Benito Juárez y continua aún después con los periodos presidenciales de Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz.
El primer nombre que se le dio a este símbolo fue el de “Calavera Garbancera”. Y ahora la pregunta es ¿Y quiénes eran los garbanceros? Los garbanceros eran las personas de sangre indígena que dejaron a un lado la venta de maíz y comenzaron a vender garbanzos aparentando ser mercaderes españoles o comerciantes franceses. Para los mexicanos esto se convirtió en un insulto, pues sentían que estos “garbanceros” repudiaban a su propia raza, la herencia que les había dado su tierra y la cultura que les vio crecer.
México parece hoy en día responder a un sentimiento religioso que ya existía con anterioridad, siendo notable la controversia al respecto. La calavera se populariza en periódicos llamados “de combate” (de corte izquierdista), donde aparecían a menudo damas representadas del modo previamente mencionado. Sería José Guadalupe Posada quien acuñara definitivamente la llamada “calavera garbancera”, asentando la imagen de una calavera vestida a la manera francesa, acudiendo a eventos de la alta sociedad.
Otro punto de vista se apoya en el hecho de que actualmente el Día de Muertos mexicano coincide en fecha con el Europeo y la manera de celebrarlo se ha asemejado al modo español hasta fechas muy recientes, con el auge de esqueletos y calaveras. Por tanto, sería difícil determinar si ambos cultos están relacionados después de un periodo de varios cientos de años sin continuidad aparente.
Autores de esta opinión defienden que el origen es eminentemente europeo y la figura de la Catrina surge a raíz de los recientes sentimientos tradicionalistas y de recuperación de la cultura popular que tan tenido lugar en diversos países del continente americano.
El significado alegórico se extendió hasta alcanzar a aquellas personas de extracción humilde que pretendían vivir en la opulencia.
Así, la crítica es doble, primero, a la excesiva importancia otorgada a los bienes materiales (el concepto medieval ubi sunt), y por otro lado la crítica a quien sin tener alimento, pretende aparentar lo contrario. El pintor Diego Rivera, en un mural de 1947, cambiaría el nombre de garbancera al actual Catrina, cuyo significado es similar al anterior, el de una persona vestida de forma ostentosa.
Con la intención de adoptar una visión intermedia que no rechace de base ninguna de las hipótesis, la mayoría de expertos optan por el origen sincrético de la celebración del Día de Muertos. En contraposición al origen precolombino o europeo, la festividad procedería de la mezcla de ambas religiones dando como resultado un nuevo culto del que ambas partes son parte primordial



lunes, 15 de octubre de 2018

- Encuentro cultural Milenario Otomí Hiu Hú en Huixquilucan


Informativo que el Alcalde Huixquilucan acaba de publicar
HUIXQUILUCAN PROMOTOR DE LA CULTURA OTOMÍ
En el Teatro al Aire Libre de La Explana Municipal se llevó a cabo, con éxito, el evento artístico cultural “Milenario Otomí” Hiu Hú, organizado por la Dirección de Desarrollo Social del Ayuntamiento de Huixquilucan.
-Acercó a los asistentes a la historia, usos y costumbres, lenguaje y pensamiento de la Cultura Otomí.
-La lengua Hiu Hú tiene como base fundamental: principios éticos, libertad y capacidad de educar.
-El principal valor milenario de la cultura Otomí Hiu Hú, es el respeto en las relaciones interpersonales.
La cultura fortalece valores de manera colectiva, acercando a las nuevas generaciones a la búsqueda de su identidad, “y permite vincularnos como sociedad y comunidad, acrecentando nuestros lazos de ciudadanía”.
La Coordinación de Cultura presentó al grupo cultural de Las Casas de Enseñanza de Lengua Hiu Hú (Otomí) de Santa Cruz Ayotuxco y Zacamulpa y reconoció la importante labor del Maestro y director, que desde hace años ha realizado una profunda investigación sobre las raíces y el lenguaje de la cultura Otomí, la cual ha compartido a la comunidad, “pues el legado se transmite de generación en generación, de persona en persona.” 
Indagar nuestro pasado facilita la comprensión de uno mismo, aumenta la posibilidad de entender de dónde se viene, para así, saber a dónde se va y entender quiénes somos, generando identidad. 
El principal valor milenario de la cultura Otomí Hiu Hú, es el respeto en las relaciones interpersonales de quienes integran la comunidad. La Nación Hiu Hú es la hermandad de doce pueblos que son parte del territorio Otomí.
La presentación fue multidisciplinaria, se pudieron apreciar danzas, cantos, escenas teatrales, música y poesía Otomí, lo cual acercó a los asistentes, que en su gran mayoría eran oriundos de tierras huixquiluquenses, a la historia, costumbres, lenguaje y el pensamiento de su cultura de origen.
El valor de la cultura de los antepasados otomíes radica en que “la lengua Hiu Hú tiene como base fundamental: principios éticos, libertad y capacidad de educar”.
Los otomí son un pueblo indígena que data desde la época precolombina y que habita un territorio discontinuo en el centro de México. En la actualidad se encuentran en los estados de México, Hidalgo y Querétaro. Es considerado como uno de los pueblos indígenas más numerosos del país. De acuerdo con las estadísticas la población étnica otomí sumaba 646.875 personas en la República Mexicana en el año 2000, lo que les convierte en el quinto pueblo indígena más numeroso del país.
Las lenguas otomíes forman parte de la familia lingüística otomangueana, una de las más antiguas y diversas del área mesoamericana. De entre las más de cien lenguas otomangueanas que sobreviven en la actualidad, las lenguas otomíes tienen su pariente más cercano en el idioma mazahua, también hablado en el noroeste y el poniente del estado de México. Algunos análisis glotocronológicos aplicados a las lenguas otomíes señalan que el otomí se separó del idioma mazahua alrededor del siglo VIII de la era cristiana. Desde entonces, el otomí se fragmentó en las lenguas que se conocen actualmente.
De ellos, sólo un poco más de la mitad hablaban el otomí. Al respecto, cabe decir que la lengua otomí presenta un alto grado de diversificación interna, de modo que los hablantes de una variedad suelen tener dificultades para comprender a quienes hablan otra lengua.
Significado de la palabra Hñahñu (otomi) No hay certeza sobre el significado preciso del vocablo otomí. En otomí, otho significa no poseer nada, y mi, establecerse. Estas dos palabras podrían interpretarse como pueblo errante. De ahí que los nombres con los que los otomíes se llaman a sí mismos son numerosos: ñätho (valle de Toluca), hñähñu (valle del Mezquital), ñäñho (Santiago Mezquititlán en el Sur de Querétaro) y ñ'yühü (Sierra Norte de Puebla, Pahuatlán) son algunos de los gentilicios que los otomíes emplean para llamarse a sí mismos en sus propias lenguas, aunque es frecuente que, cuando hablan en español, empleen el etnónimo otomí, de origen náhuatl.
Religión: Los Otomies rinden culto al sol y a la lluvia en las montañas, con la imagen del Divino Rostro
Los otomíes son uno de los grupos indígenas con tradiciones y culturas prehispánicas más arraigadas en el país, pese al sincretismo religioso con el catolicismo aún conservan sus creencias, cultos y prácticas relacionadas con lo que se conoce como brujería y curanderismo. El curanderismo y el tratamiento de la brujería en población otomí de Santa Cruz Ayotusco, (Estado de México), impartida por la maestra en historia y etnohistoria, Juana Romero García, en el marco del diplomado La Brujería: salud y enfermedad. Nuevas perspectivas teóricas, que se lleva a cabo en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Las características de este grupo, explicó Juana Romero, es que practican la religión católica, mezclada con sus propias creencias; rinden culto al Señor de la Caña y al Señor del Divino Rostro,   incluso existe una asociación ex profesa para esta imagen, tienen sus propias capillas donde practican el curanderismo y realizan peregrinaciones privadas a los bosques de los cerros aledaños, como el Cerro de la Campana y el de Tepexpan.
La especialista dijo que sus capillas son oratorios familiares, en los cuales se rinde culto a la Santa Cruz y al Señor del Divino Rostro, el cual se asocia a Tláloc y Otonteuctli, dioses prehispánicos del agua y el fuego, respectivamente. La aparición de esta imagen presenta versiones encontradas, por un lado se dice que apareció en una piedra y otros aseguran que fue un caballero montado a caballo quien dejó el manto con la imagen en la zona.
Para los otomíes los brujos(as) son los individuos que chupan la sangre de la gente y se transforman en animales como el guajolote, cerdo o perro (nahualismo). Sus prácticas curativas se basan en chupar el cuerpo para sacar el mal, hacer limpias con huevo o monedas, o bien, utilizar hierbas; éstas se realizan en las capillas por lo que al practicante se le conoce como capillero. Aquí son atendidas las enfermedades de tipo anímicas o emocionales como el espanto.
Por otra parte, dijo la historiadora, las enfermedades relacionadas con la maldad y la venganza, ocasionadas por el odio, los celos y la envidia, trastornos que dañan al individuo, se manifiestan con dolores de estomago, espalda o alguna parte del cuerpo, pérdida de apetito, sueños con animales y letárgo. El tratamiento que se le proporciona al paciente para eliminar el mal consiste en una limpia con la yema de un huevo, copal y hierbas. De acuerdo a la enfermedad, se basan en el síndrome caliente-frío, si la enfermedad es fría utilizan medicamentos calientes, hierbas como la manzanilla, ruda, hinojo o pírul.
Los aquelarres, en los cuales participan los tiemperos (evocación a la naturaleza), curanderos o capilleros, se hacen durante cuatro horas en las que peregrinan en el cerro para ofrendar en la parroquia que se encuentra en la parte alta hierbas, flores rojas, asociadas con la sangre y la lluvia, después de oficiarse el culto religioso. Los sacerdotes que practican el catolicismo en estas iglesias buscan erradicar las costumbres otomíes, las cuales se han incorporado a esta religión desde la década de los sesentas, cuando empezó el mestizaje en esta zona.
La vestimenta tradicional de las mujeres consiste en un chincuete o enredo de lana o de manta muy amplio y largo, a manera de falda, de color blanco, azul, amarillo, negro, con líneas verdes, anaranjadas y amarillas; y una blusa de manta o de popelina de color blanco, de manga corta, con bordados de flores. Es característico de la indumentaria otomí el uso del quexquémetl, de algodón o lana en varios colores y toda la ropa es adornada con bordados de adornos florales. También suelen usar un chincuete de lana que suele ser de color negro, una blusa bordada con motivos florales y animales sobre el cuello y en los brazos de la blusa. Se usa el ceñidor bordado para sujetar el chincuete, el rebozo y los huaraches.
El encuentro cultural Milenario Otomí Hiu Hú,
Danzas, cantos, escenas teatrales, música y poesía, expresiones que permiten acercarse a la historia, costumbres, lenguaje y el pensamiento se exhibieron durante el encuentro cultural Milenario Otomí Hiu Hú,
El encuentro fortalece valores de manera colectiva, acerca a nuevas generaciones en la búsqueda de su identidad y permite vincularse como sociedad y comunidad, acrecentando los lazos de ciudadanía, aseguró el director de Desarrollo Social en Huixquilucan.
El funcionario municipal atestiguó el encuentro cultural Milenario Otomí Hiu Hú, y destacó la importancia de preservar la historia, costumbres y tradiciones en la cultura Otomí.
La titular de la Coordinación para el Desarrollo Cultural realizó la presentación del grupo cultural de Las Casas de Enseñanza de Lengua Hiu Hú de Santa Cruz Ayotuxco y Zacamulpa,
“El principal valor milenario de la cultura Otomí Hiu Hú es el respeto en las relaciones interpersonales de quienes integran la comunidad. La Nación Hiu Hú es la hermandad de doce pueblos que son parte del territorio Otomí”,
El director del grupo cultural de Las Casas, aseveró que el valor de la cultura de los antepasados otomíes radica en que “la lengua Hiu Hú tiene como base fundamental principios éticos, libertad y capacidad de educar”.



domingo, 14 de octubre de 2018

- Arcos florales en las iglesias mexicanas


Día de fiesta en el pueblo: Los arcos florales
Esta es otra de las tantas manifestaciones que aun quedan en México que nos dejan ver el mestizaje, más bien el sincretismo que se dio entre la antigua forma de celebrar a las deidades, ahora dentro del calendario católico. Flores, arcos de entrada que nos indican que el recinto está ataviado para una celebración. Nos indica que no es un día cualquiera, sino el día del Santo Patrono.
Antiguamente eran solo flores frescas las que se usaban para confeccionar esta especie de arcos triunfales, en la actualidad, en ocasiones, dado los tiempos difíciles que se viven, han sido sustituidos por las flores de papel o de plástico, como quiera, el colorido y la forma rebuscada se mantienen.
Pero no solo son flores naturales o de plástico o papel las que se usan, también se hacen, en algunos pueblos, de frutas, frutas frescas de la estación. Semillas, dulces, todo, todo sirve para hacer el arco que nos indica que ese es un día de fiesta.Es una Una colorida ofrenda.
Los arcos florales son elaborados por la gente del pueblo como ofrendas para los santos patronales, como símbolo de gratitud y devoción. Se elaboran con diferentes plantas silvestres y cultivadas. Por ejemplo, el 29 de septiembre, en la fiesta patronal de Coatepec dedicada a San Jerónimo, se elabora un arco para la entrada principal de la parroquia. La estructura de este arco está sostenida por postes de pino y liquidámbar, los travesaños son de dos variedades de bambú y de bejuco, mientras que la decoración y diseño se elabora principalmente con ciprés, flor de tencho y “cucharilla”. Todos los materiales son colectados en la misma zona de Coatepec, con excepción de la “cucharilla”, que se trae de Alchichica, Puebla.
La cucharilla es muy importante en el arco, ya que una buena parte de la decoración es elaborada con esta planta. Debido a su forma y color natural se pueden elaborar diferentes arreglos con una gran variedad de tamaños y formas que junto con los demás materiales aportan una gran belleza al diseño del arco. Por ello, la cucharilla es muy valorada por los arqueros, quienes son responsables de colectar las plantas y hacer los arcos. Ellos realizan un preparativo especial para su colecta y cuando regresan con la “cucharilla” son recibidos con cohetes y una rica comida ofrecida en la casa del Mayordomo. Pero ¿Qué sabemos de esta planta? ¿Cómo es, dónde y cómo crece?
Cuando visitamos las fiestas patronales de pueblos como Teocelo, Xico o Coatepec quedamos sorprendidos por la belleza de los arcos florales que decoran la entrada principal de sus iglesias, admiramos sus colores, sus diseños y su gran tamaño, pero pocos sabemos de qué están hechos y cómo los hacen.
El nombre científico de la cucharilla es Dasylirion acrotrichum y pertenece a la familia de las Asparagales. Esta planta crece muy lento en forma de roseta. La cucharilla se desarrolla en climas semiáridos y áridos, asociada a izotes, yucas, nopaleras y magueyes, aunque también es abundante en algunos bosques de piñones. Se distribuye en los estados de Hidalgo, Jalisco, Oaxaca y Puebla. Por su lento crecimiento y la fuerte extracción que sufre es considerada como una especie amenazada.
La cucharilla no sólo es utilizada para decorar los arcos florales, también se utiliza como alimento para cabras; en algunas comunidades las flores son consumidas por los lugareños preparadas en diferentes platillos, además hacen artesanías y adornos para otras festividades religiosas, que fomentan la unión y la convivencia del pueblo.
¿Cuántas plantas de cucharilla se necesitan para hacer un arco?
La cantidad de cucharilla necesaria para la elaboración de un arco es muy variable y depende del tamaño del arco y del diseño decorativo. Por ejemplo, para el arco principal de la fiesta de Coatepec, que mide aproximadamente 12.50 x 3.60 m, en el 2013 se cortaron más de 240 plantas para su elaboración. Sin embargo, esta no fue la cantidad total de plantas de cucharilla que se ocuparon en esta fiesta. Algunos cientos más fueron utilizados para la elaboración de otros “arcos menores”, que se colocan en las demás iglesias de Coatepec durante los festejos de San Jerónimo.
En la actualidad, no se sabe con exactitud la cantidad de cucharilla que es extraída de las zonas naturales para la elaboración de los arcos en las fiestas de los pueblos de la zona centro del estado y por lo tanto no conocemos el impacto de esta actividad en las poblaciones de la planta.
Para celebrar al Apóstol Santiago, en Tecozautla, Hidalgo, se usan las granadas para adornar el templo. Espigas de trigo durante la celebración de la Virgen de Guadalupe en la Catedral de Tula, Hidalgo.
No importa lo pobre o apartada que esté la capilla, cuando es día de fiesta igual se adorna. Ejemplo, la del pueblo de Detxho, en el estado de Hidalgo.
Un arco sencillo hecho con dulces, es el que se hizo en la capilla de La Estancia, municipio de Tepeji del Río, Hidalgo.
Trigo y flores fueron usados para adornar al templo de Santiago Apóstol en Tlautla, estado de Hidalgo.
Sin importar el tamaño, toda capilla tiene su día de fiesta, como reza el dicho. La que vemos en el pueblo de Xalpan, municipio de San Felipe del Progreso, estado de México.
Con frutas que crecen en el otoño se hacen los arcos para la fiesta del Señor del Socorro en Salvatierra.
Cucharilla y yeso fue usado para elaborar el arco en el templo de San Ildefonso, en el estado de Hidalgo.
Todo tipo de granos: maíz garbanzo, frijol, son usados para el arco de entrada en el imponente templo de Nuestra Señora de la Asunción en Tepoztlán, Morelos.
Arroz, trigo y maíz se usó en el templo del pueblo de San Salvador, municipio de Ixmiquilpan, Hidalgo.