domingo, 1 de septiembre de 2019

- XICO, pueblo mágico de Veracruz

En medio de la Sierra Madre Oriental, con aroma de buen café, Xico espera a los visitantes para darles a probar su rica comida, mientras disfrutan de sus fiestas, admiran sus atractivas edificaciones.
 Los indígenas prehispánicos llamaban al lugar «Xicochimalco», que significa «Nido de jicotes» en lengua nahua. Los conquistadores españoles llegaron temprano al puerto de Veracruz y también a Xicochimalco. En 1540 arribaron los evangelizadores franciscanos y trazaron el nuevo pueblo de Xico a pocos kilómetros del asentamiento viejo y la ciudad colonial empezó a formarse. Xico padeció siglos de aislamiento y su principal contacto con el resto del mundo hasta el siglo XX fue el ferrocarril hacia Xalapa. 
Xico goza de un clima fresco, por encontrarse enclavado en la Sierra Madre Oriental, a 1.286 metros sobre el nivel del mar. La temperatura promedio anual en el Pueblo Mágico es de 19 °C, que sube hasta 21 °C en los meses de verano y baja hasta 15 o 16 °C en el invierno. No hay temperaturas demasiado extremas en Xico, ya que los calores máximos no superan los 28 °C, mientras que en los momentos más helados hacen 10 o 11 °C. La temporada de lluvias va de junio a noviembre, aunque también puede llover en mayo y octubre y un poco menos en los restantes meses.
Xico es la cabecera del municipio veracruzano del mismo nombre, situado en la zona centro-occidental del largo y delgado estado mexicano. El municipio colinda con las también entidades municipales veracruzanas de Coatepec, Ayahualulco y Perote. Xico se encuentra a 23 km. de Xalapa por la carretera estatal, mientras que la ciudad de Veracruz está a 125 km. Otras ciudades cercanas a Xico son Orizaba (141 km.), Puebla (195 km.), y Pachuca (300 km.) La Ciudad de México se encuentra a 318 km del Xico.
En el paisaje arquitectónico de Xico sobresalen la Plaza de los Portales, el Templo de Santa María Magdalena, la Capilla del Llanito, la Antigua Estación del Ferrocarril y el Puente Viejo. Dos llamativas exposiciones que hay que conocer son las del Museo del Vestido y el Museo Totomoxtle. En las cercanías se encuentran Xico Viejo, el Cerro del Acatepetl y algunas bellas cascadas.
Xico cuenta con dos símbolos gastronómicos que no puedes dejar de degustar en el Pueblo Mágico: el Xonequi y el Mole Xiqueño. El mejor mes para ir a Xico es julio, todo de fiestas en honor a Santa María Magdalena, con callejoneadas, calles engalanadas y la Xiqueñada, un peculiar espectáculo taurino.
La Plaza de los Portales de Xico consigue que te sientas como si la máquina del tiempo te hubiera transportado al centro de una ciudad veracruzana durante el siglo XVIII, en plena época virreinal, con sus pavimentos empedrados y acogedoras casas coloniales con portales arqueados. 
Fue construida entre los siglos XVIII y XIX, y tiene en el centro una glorieta estilo Art Decó que no rompe el encanto virreinal. En su tiempo, la plaza situada entre las calles Zaragoza y Abasolo, fue el lugar del mercado. Desde la plaza puede observarse la silueta del Cofre de Perote o Nauhcampatépetl, volcán extinto de 4.200 ms, que es la octava montaña más alta de México.
El templo de Santa María Magdalena aparece majestuoso en lo alto de la calle Hidalgo. La construcción de este templo de fachada neoclásica situado en la calle Hidalgo, entre las calles Juárez y Lerdo, fue realizada entre los siglos XVI y XIX.
A la portada de la iglesia se accede a través de una escalinata de dos decenas de peldaños y cuenta con dos torres gemelas y con cúpulas monumentales que fueron añadidas en el siglo XVIII. Dentro del templo sobresalen la imagen de Santa María Magdalena, patrona del pueblo, situada debajo de la figura de Cristo crucificado que preside el altar mayor. Igualmente, se distinguen las ventanas barrocas y otras bellas esculturas religiosas conservadas en el interior.
Al lado del templo de Santa María Magdalena, en el llamado Patio de las Palomas, hay una edificación anexa a la parroquia, que alberga el curioso e interesante Museo del Vestido. 
La muestra contiene más de 400 trajes que han sido vestidos por la santa patrona a lo largo de la existencia de la iglesia. Allí, solo está en exhibición una parte de la colección. La gran mayoría de los trajes, espléndidamente bordados y muy elegantes, han sido regalados a Santa María Magdalena por fieles agradecidos.
El emblema natural de Xico es este cerro de forma piramidal visible desde cualquier lugar del pueblo y que también es conocido con los nombres de Acamalin y San Marcos. Está cubierto de árboles cuyos follajes resguardan las plantas de café. Es frecuentado para la práctica de senderismo y los observadores de la biodiversidad lo visitan, especialmente por sus especies de aves. 
En torno al Acamalin hay una leyenda antigua; los campesinos que trabajan en sus faldas dicen escuchar ocasionalmente cantos y rezos de las hadas que habitan el lugar, produciéndoles severos escalofríos. Para ir al Acamalin hay que tomar la misma vía de la Cascada de Texolo.
Los cafetales de sus montañas no solo dan a Xico el prodigioso grano para hacer la aromática bebida; también proporcionan materia prima para trabajar una de sus líneas artesanales. De la raíz y las ramas de los arbustos de café y de los árboles de mayor tamaño, los artífices locales hacen bonitas figuras de adorno, fruteros, máscaras y otras piezas. La máscara de madera más popular es la de Santa María Magdalena y durante las fiestas patronales se ven distintas versiones, incluida la de la virgen con un sombrero de charro. También fabrican muebles de bambú, accesorios de cuero y piezas de alfarería.
Uno de los símbolos culinarios de Xico es el Xonequi, un platillo oriundo del pueblo. En los montes de Xico crece silvestre una planta de hojas acorazonadas que los locales llaman xonequi. Los cocineros de Xico preparan sus frijoles negros con esta hoja, desechando el uso de hierbas aromáticas, pero completando el delicioso guiso caldoso con unas bolitas de masa. Otro emblema gastronómico del Pueblo Mágico veracruzano es un mole local, que se prepara según la receta diseñada hace casi 40 años por Doña Carolina Suárez. 
Este mole se hizo tan demandado, que la empresa Mole Xiqueño, fundada para su producción, ya fabrica casi medio millón de kilos al año. Como buen veracruzano, el café de Xico es excelente.
Todo el mes de julio es de fiesta, en honor a la patrona, Santa María Magdalena. Las procesiones comienzan el mismo primero de julio, con las calles engalanadas con tapetes de aserrín pintado y arreglos florales, en medio de los fuegos artificiales, paseos de música, danzas y todas las demás diversiones de las ferias mexicanas. 
Cada año la Virgen estrena un traje nuevo, obsequiado por una familia de la localidad y uno de los eventos festivos es «velar el vestido» durante las noches de julio en la casa de los donantes. Otras tradiciones en torno a las fiestas de la Magdalena son los arcos florales y los espectáculos taurinos, particularmente la Xiqueñada.
La calle principal de Xico, entre la entrada del pueblo y la iglesia parroquial, es revestida con una colorida alfombra de aserrín por donde habrá de pasar la Virgen en procesión. La confección de este tapete durante las horas previas a su uso, es presenciada de manera entusiasta por lugareños y turistas. 
Otra hermosa tradición es la confección del arco floral obsequiado a Santa María Magdalena. Los vecinos responsables de la elaboración del arco se organizan por grupos y mientras algunos van a la montaña a buscar las lianas o bejucos que servirán para hacer el armazón, otros van a los alrededores de la laguna de Alchichica a recolectar flores de cucharilla para la decoración.
La Xiqueñada es un evento parecido a los sanfermines de Pamplona, España, y a la Huamantlada de Tlaxcala, en México. Cada 22 de julio, en el marco de las fiestas patronales, la calle principal Miguel Hidalgo es convertida en un encierro en el que se sueltan varios toros de lidia que son toreados por espontáneos que se lanzan a ejercitar sus dotes taurinas en busca de un poco de adrenalina.  Aunque el público es colocado detrás de barreras, el espectáculo conlleva sus riesgos, por lo que debes tomar las precauciones necesarias. Para la ocasión, algunas familias adornan sus casas con motivos taurinos y se escuchan muchos pasodobles, la música emblemática de la fiesta brava. Si te apetece la comida típica, debes ir a El Mesón Xiqueño, en la Avenida Hidalgo 148. Es un lugar agradable que ofrece las especialidades culinarias del pueblo, el mole xiqueño y el xonequi. Restaurante Los Portales también está en la avenida principal (Hidalgo), ofrece la mejor vista del centro histórico de Xico y la comida es deliciosa. El Acamalin y El Campanario de Xico también tienen en la carta las especialidades locales. En todos puedes disfrutar del aromático café cosechado en las faldas de los montes del pueblo.