martes, 25 de junio de 2019

- Danza de los Chinelos en San Juan Yautepec


San Juan Yautepec está situado en el Municipio de Huixquilucan (en el Estado de México). San Juan Yautepec está a 2816 metros de altitud. Su clima predominante es semicálido y semiseco, con una temperatura media que oscila entre los 6°C y 12°C. Su código postal es 52768 y su clave lada es 55. 
La Fiesta Patronal: Con gran colorido, alegría y fervor pobladores de San Juan Yautepec y de Zacamulpa celebraron la fiesta patronal anual para reafirmar los valores, las tradiciones, usos y costumbres de Huixquilucan. Los festejos dedicados a la Virgen de San Juan de los Lagos, que iniciaron el fin de semana pasado con muestras del espíritu de unidad y convivencia entre los distintos pueblos originarios del municipio.
Durante la el último día de los festejos religiosos se recibieron las imágenes de Santos de 19 comunidades como San Juan Bautista, San Martín Caballero, San Juan Yautepec, entre otros, mismos que fueron llevados por los lugareños en una procesión muy solemne por las principales calles del pueblo.
La danza de los chinelos
La historia del chinelo precede con el huehuenche, el personaje principal en los carnavales del centro de México, surgido desde finales del siglo XVII, en celebraciones de los pueblos de tradición náhua a lo largo del territorio novohispano.
En el siglo XIX, diversas identidades regionales aportaron elementos culturales propios. La historia del Chinelo es una expresión de la cultura campesina vinculada a las haciendas tal como lo son otras danzas como los arrieros, vaqueros, tecuanes, tlacololeros,etc.
Los disfrazados en la región, buscaron darle una identidad propia a su celebración; comenzando a recibir la denominación de tzinelohua, palabra náhuatl que quiere decir “movimiento de cadera”, derivando de ella el nombre contemporáneo, el chinelo.
El Presidente Municipal de Huixquilucan animó a participar en estas fiestas populares y colocó en su twitter estas aimégenes de las fiestas en San Juan Yautepec:
Población en San Juan Yautepec: En la localidad hay 4374 habitantes: 2104 hombres y 2270 mujeres. El ratio mujeres/hombres es de 1,079, y el índice de fecundidad es de 2.28 hijos por mujer. Del total de la población, el 34,73% proviene de fuera del Estado de México. El 2,56% de la población es analfabeta (el 1,19% de los hombres y el 3,83% de las mujeres). El grado de escolaridad es del 8.99 (9.36 en hombres y 8.65 en mujeres).
Cultura indígena en San Juan Yautepec
El 4,12% de la población es indígena, y el 1,39% de los habitantes habla una lengua indígena. El 0,00% de la población habla una lengua indígena y no habla español.
Los otomíes, una de las razas más persistentes, misteriosas y antiguas del suelo mexicano fue conquistada primero por las civilizaciones olmecas y luego por los nahuatlacos. Los de esta región fueron sometidos por Tlacopan, cuyo dominio abarcaba desde la orilla del lago hasta la cima de las sierras de Las Cruces. Los tecpanecas a su vez fueron derrotados por los mexicas y los acolhuaques y su principal asentamiento paso a ser Tlacopan, reconocida como uno de los miembros de la Triple Alianza.
Naturalmente que los vecinos inmediatos a los mexicanos sean los primeros que estaban destinados a sufrir las consecuencias de instituciones religiosas. Según el Códice Mendocino, en tiempo de Ixcoatl, al invadir Azcapotzalco es conquistado todo el territorio aledaño a Coaximalpan, Ocoyoacac y Uzquillocan.
Los aztecas no destruían las organizaciones políticas y sociales de los pueblos conquistados, sino que dejaban en el poder a los caciques locales siempre y cuando aceptaran pagar los tributos y plegarse a su dominio. En ocasiones imponían sus conceptos religiosos e introducían sus ritos y su lengua, por esta razón los pueblos ostentan nombres en náhuatl como Tecpan, Atliyacac, Xaxalpan, Yetepec, Mexicapan, Texcelucan, Ayotusco y Tecamachalco.
Cuenta la tradición que en esta época Huizquilloca, lugar de bosques rumorantes bañado de arroyuelos y abundante vegetación, gustó al último emperador Moctezuma Xocoyotzin quien mandó construir un palacio en el barrio de Tecpan.
En este tiempo los indígenas solían danzar en honor a sus dioses, especialmente a la Makame, formando grupos que recorrían montañas, valles y pueblos a los que más tarde se les llamó huehuenches.
En el siglo XVI se produce la conquista, y con ello se inicia la etapa denominada Colonial. El primero abarca de 1519 hasta más o menos mediados del siglo y se caracteriza por el triunfo de los intereses particulares de los conquistadores sobre el mundo indígena. Al iniciarse los tlaxcaltecas con los españoles enfrentaron a los mexicas con apoyo de otros grupos indígenas ya que Cortés había enviado a varios de sus capitanes a establecer alianzas o dominar militarmente algunos sitios. Muchos pueblos concertaron alianzas inmediatas y en prueba de su apoyo enviaron hombres para luchar contra los mexicas, entre ellos los otomíes de Cuatlalpan o sierra de Las Cruces.
La historia de Huixquilucan, está ligada a Hernán Cortés e Isabel Moctezuma. Cortés ejerció su influencia, aunque de modo indirecto, sobre la catequización de los indígenas y en otorgar en Encomienda Tacuba, a la que pertenecía Huixquilucan.
El Códice Techialoyan de Huixquilucan establece también una relación entre Cortés y el Primer Virrey Antonio de Mendoza, en virtud de sucesos como la llegada de la fe y la confirmación de títulos sobre la tierra, la demarcación de distritos y la asignación de santos patronos como reflejo directo de la congregación; señala además que en 1532 Totoquiahuatzin, gobernador de Tlacopan, acompañado de Chimalpopocatzin, nobles de Huixquilucan, visitó a los tributarios para trasmitirles la fe y repartirles tierras de contribución a las que les asignaron nombres de santos.
Por otra parte en 1580, la orden religiosa de los padres jesuitas creó un colegio de lenguas indígenas que inicialmente se pretendió fundar en Jesús del Monte, donde la orden tenía edificada una casa de descanso, pero el padre Hernán Gómez influyó para que el proyecto se realizare en el pueblo de San Antonio Huixquilucan, aprovechando que la parroquia había quedado vacante por la muerte del cura. Se instaló el colegio de lenguas y en tres meses de establecida la corporación en esta localidad, los padres salían a predicar en otomí, mazahua y matlazinca. Lamentablemente, la orden decidió trasladarse al pueblo de Tepotzotlán.
La Fiesta Patronal: Con gran colorido, alegría y fervor pobladores de San Juan Yautepec y de Zacamulpa celebraron la fiesta patronal anual para reafirmar los valores, las tradiciones, usos y costumbres de Huixquilucan. Los festejos dedicados a la Virgen de San Juan de los Lagos, que iniciaron el fin de semana pasado con muestras del espíritu de unidad y convivencia entre los distintos pueblos originarios del municipio.
Durante la el último día de los festejos religiosos se recibieron las imágenes de Santos de 19 comunidades como San Juan Bautista, San Martín Caballero, San Juan Yautepec, entre otros, mismos que fueron llevados por los lugareños en una procesión muy solemne por las principales calles del pueblo.
Con una misa dedicada a la Virgen de San Juan de los Lagos, los pobladores pidieron a la patrona de la comunidad por el bienestar de todos. Como parte de las actividades religiosas, los arrieros y concheros bailaron en el atrio de la Iglesia acompañados por música en vivo, juegos pirotécnicos, marco idóneo para que la población reafirme sus lazos de unión y sus raíces huixquiluquenses.
Cabe destacar que al reunir las diferentes imágenes religiosas de cada uno de las 19 localidades, símbolo de unidad, fervor, tolerancia donde conviven bajo el lema de “Pueblos Unidos” del municipio de Huixquilucan reforzando los lazos de amistad al compartir la comida en las casas con los familiares, vecinos y amigos.
Con estas festividades se abre la puerta para que los mexiquenses conozcan Huixquilucan y sus tradiciones que se celebran los días 15 de agosto y el 12 de diciembre de cada año, a conocer su riqueza cultural, sus paisajes en un ambiente sano para todas las edades con música, fuegos pirotécnicos y juegos mecánicos.
La danza de los chinelos
La historia del chinelo precede con el huehuenche, el personaje principal en los carnavales del centro de México, surgido desde finales del siglo XVII, en celebraciones de los pueblos de tradición náhua a lo largo del territorio novohispano.
En el siglo XIX, diversas identidades regionales aportaron elementos culturales propios. La historia del Chinelo es una expresión de la cultura campesina vinculada a las haciendas tal como lo son otras danzas como los arrieros, vaqueros, tecuanes, tlacololeros,etc.
Los disfrazados en la región, buscaron darle una identidad propia a su celebración; comenzando a recibir la denominación de tzinelohua, palabra náhuatl que quiere decir “movimiento de cadera”, derivando de ella el nombre contemporáneo, el chinelo.
Otra versión, según el profesor y nativo-hablante de Tetelcingo, Tirzo Clemente Jimenez, en lengua náhuatl existe la palabra Chinele, que proviene de las raíces chichiltek que significa rojo o colorado (referido al español por el color de su piel) y niele, expresión exclamativa de burla, por lo que se traduce como "¡Ay sí, se cree mucho ese colorado!
Durante las fiestas de carnavales, traídos por los españoles, quienes lo celebraban según sus costumbres, lo mismo en la capital como en las provincias y los pueblos.
En la obra de Don Alejandro Ortíz Padilla “Una aproximación al origen del Chinelo, su danza y música”, Don Brígido Santamaría Morales narra que:en Tlayacapan por el año de 1867, según le platicaron su abuelo y sus tíos, así como de muchos viejitos del pueblo, hubo la costumbre de chiflar. En el pueblo no había fiesta para la gente pobre sino puro trabajar en calidad de esclavos, como gente inferior, el pueblo en esos tiempos no era libre, los hacendados y los españoles que trabajaban en las haciendas eran dueños de todo, y en las fiestas de carnaval, estos abusivos, se adueñaban de todo el pueblo para celebrar las llamadas carnestolendas, disfrazados a su modo, vestidos de pantalonera negra a la rodilla, medias blancas, chaquetines cortos llenos de borlas y colgajos, con falda roja, capa y boina a la torera o grandes chambergos con plumas esponjosas, y bailando  “jotas aragonesas”, con antifaces en la cara, esto era andar los tres días del carnaval cantando y escandalizando en las calles con sus borracheras. 
Mientras el pueblo no hacía nada, sólo miraba, pero un día un grupo de muchachos y varones de edad adulta se reunieron en algunos lugares del pueblo y haciendo uso de su pensamiento en una gran discusión hablaron para buscar un juego, porque se aburrían mucho, pues eran jóvenes en la edad del “chincual”, de la inquietud, y los de mayor edad eran viejos alegres, por eso buscaban un juego en que todos se distrajeran en esos días que no tenían que ir a trabajar en los campos de las haciendas.
Los españoles ceden a los peones esos días de asueto, como un gesto de piedad y para ganar indulgencias, antes de entrar a la cuaresma con el miércoles de la ceniza. Por lo que el mestizo como desahogo por el mal trato y el mal pago que recibían de sus patrones en la Haciendas de: San Nicolás Tolentino de Pantitlán, Oacalco, San Carlos Borromeo y San Diego Huixtla, decidieron también divertirse en esa misma temporada, mofándose de los mismos patrones “gachupines” y es así como nace una cuadrilla integrada por los llamados Huehuentsin que quiere decir: -Viejo- o también llamados “Garroteros”, porque llevaban con ellos unas garrocheras con las que brincaban apoyándose en ellas, imitando de esta forma los actos de ligereza y atrevimiento que los españoles solían ver en las corridas taurinas.
También les dio por cargar animales disecados como: mapaches, iguanas, zorrillos, lechuzas y víboras, haciendo bromas pesadas a las hijas y esposas de los hacendados; otros cargaban muñecas viejas de trapo o de tsompantli, que hacían brincar en una batea, otros usaban vestimentas arremedando y ridiculizando al hacendado, al capataz, al agiotista y hasta al cura del pueblo, sin faltar también un personaje que se vestía con una bata de dormir de las señoras ricas de esa época. Como bandera utilizaban un chicol de carrizo al que ataban un trapo, esto era para señalar el recorrido de la cuadrilla por las calles del pueblo. Cabe mencionar que el ridiculizar al cura era debido a que se oponía a esta celebración además de prohibir el jaripeo, de echar cohetes y prender toritos.
Los Huehuentsin, para su recorrido, usaban “ropas viejas”, imitando al hacendado, al capataz, al agiotista y hasta al cura de la parroquia, ya que éste no les permitía que hicieran esa fiesta de los pobres, y también regañaba a la gente por asistir al jaripeo, además que les prohibía la quema de cuetes y “prender” toritos. Entre esa multitud de Huehues, hubo un personaje que se puso un camisón de dormir de las señoras ricas de esos años, ridiculizando así al español opresor a través de su esposa e hijas. En la espalda se colocaban a manera de capa, un trapo con frases obscenas dedicadas a los españoles; y para que no fueran objeto de castigo, al regresar al trabajo en los campos de las haciendas, disfrazaron su voz con falsete agudo, característica que conservan hasta la actualidad.
Así pues, el disfraz del muchacho que se vistió con una vieja sotana de cura, y de aquel que se puso una bata de dormir de las señoras ricas de esa época, fueron imitados de inmediato por los demás Huehues, ya que era muy fácil de hacerlas, echando mano de las viejas enaguas de mujer, ya que eran peones y no tenían dinero. Tiempo después, se comenzó a confeccionar con manta, por lo que se convierte ya desde ese momento en el dominó, es decir la bata, del disfraz representativo para el carnaval.
Entre algunos de los personajes que la tradición oral del pueblo de Tlayacapan recuerda como principales artífices en la construcción del disfraz, se recuerda a un señor llamado Santiago y apodado “el Barrabas”, se cuenta que este personaje tenía buen gusto, y decidió colgarle listones por dondequiera a su dominó. Por otro lado, Don Ángel Rojas, apodado “el Diablo”, decía que hubo también quien usó un domino con tres bandas con los colores de la bandera nacional,  ese es la base del domino que se usa actualmente en el disfraz de Chinelo. La máscara de malla de alambre fue hecha por un muchacho apodado “el Caramba”, que sustituyó a las caretas de cartón con barba de ixtle tipo Maximiliano, por otro lado, las plumas de guajolote que usaban los integrantes de la cuadrilla en sus sombreros, también se sustituyen por unos plumeros que hacían unas señoras apodadas “las Caltencos”, que les daban forma torciendo alambre con plumas de gallina que después pintaban, y el bonete eclesiástico usado por el muchacho que se disfrazó con la sotana vieja del cura, se suple por un sombrero arriscando su ala hacia arriba, adornado con figuras de abalorio y motivos aztecas tejidos con estambre.
Actualmente el disfraz de Chinelo es sencillo y de color blanco de algodón cuentan con franjas 3 azules, adornados con vistosas plumas en los sobreros. La vestimenta a pesar de los años ha luchado por conservar su originalidad sin sufrir modificaciones ya que se considera el traje típico y original en todo el Estado de Morelos.
Del disfraz de Chinelo, se derivian hasta ahora dos versiones:
·         -Tepoztlán: El traje es negro y bordeado con olanes blancos y marabú aterciopeladas del mismo color su sombrero es adornado con imágenes de historias indígenas con chaquira con alto detalle y calidad, chaquiron y canutillo, así como un volantón al oleo en la parte trasera. Se le ha denominado traje por su elegancia.
·         -Yautepec: Traje tradicional rico en colores, bordado en chaquira, chaquiron y lentejuela; usualmente son de exhibición ya que solo el danzante puede portarlo breve tiempo por su gran peso. Son las vestimentas más llamativas por su gran decorado.
·         -Siguiendo el rítmico y contagioso compás de la tambora, de los platillos y los instrumentos de viento que componen la banda, los chinelos "brincan" incansablemente por todo el pueblo, y contagian a quienes se encuentren a su lado.
      -Finalmente es en Yautepec donde se adopta también el traje de chinelo, con diferente estilo. Al pasar el tiempo se extendió esta práctica y hoy día se puede ver el brinco de los chinelos por todo el estado,-Los danzantes llevan un rico traje tradicional, que varía según el poblado, y en algunos casos suelen ser muy elaborados por su colorido, su realización y su manufactura. La danza divertida, festiva, alegre sigue el ritmo de las notas jocosas de las bandas musicales de pueblo; las danzas con su bullicio y colorido retumban al igual que los cohetes que son lanzados en cada momento. Todo esto motiva a realizar el famoso “brinco del chinelo” que es la danza típica de estas festividades de carnaval, una danza que ha logrado mantenerse con pocos cambios desde hace más de un siglo, y se celebra en diferentes fechas en las fiestas de carnaval de cada comunidad.
-Con el lema “Déjate Enamorar” el “Carnaval Yautepec” busca conquistar a cada uno de los asistentes con una baraja de actividades que ya son tradición durante la verbena popular yautepequense: desfile y concurso de viudas, coronación de la reina electa del carnaval, desfile de carros alegóricos, concurso de los típicos trajes de chinelo y el tradicional Baile de los Chinelos.
Los Chinelos son un emblemático personaje de la cultura popular con más de un siglo de antigüedad, pero que sigue vigente en la mayoría de las festividades de la región con su tradicional danza el Brinco del Chinelo.
Al ritmo de la música los Chinelos lucen el folclor de su vestuario que consiste de un sombrero, máscara, mascada, vestido, volantón y guantes, todo esto ornamentado con plumas, chaquiras y telas como encaje, seda y terciopelo.