sábado, 1 de junio de 2019

- Ixtlán del Rio en Nayarit



Ixtlán del Río es un municipio ubicado en el sureste del Estado de Nayarit. Se encuentra poco más de una hora de Tepic, la capital del estado de Nayarit. Se le ha denominado la puerta de nuestro Estado (Nayarit), ya que todo viajero que se encamina hacia cualquier punto del noroeste, o viaja al centro de la República, pasa por esta ciudad.
El nombre de Ixtlán es de origen náhuatl, compuesto por los vocablos itz-tli que significa obsidiana, y tlán, que significa lugar donde abunda, luego el nombre significa: “lugar donde abunda la obsidiana”
Al norte limita con el municipio de Jala, al noroeste con La Yesca, sirviendo de límite natural el Santiago; al este y sureste con el estado de Jalisco, estando en gran parte entre Jalisco e Ixtlán del Río el arroyo de San Antonio. Al suroeste limita con el municipio de Amatlán de Cañas y al oeste con Ahuacatlán.
El municipio de Ixtlán ocupa el 17º lugar en extensión territorial de Nayarit, con cerca de 550 kilómetros cuadrados. También, el municipio cuenta con una población considerable a su tamaño con un poco más de treinta mil habitantes, ocupando el lugar número 12° en población a nivel estatal.
Época prehispánica:
Ixtlán del Río se caracterizó porque sus antiguos habitantes realizaron en el sitio conocido como Los Toriles una serie de construcciones, entre las que destaca un templo circular dedicado a Ehécatl, dios del viento, en su advocación de Quetzalcóatl; único en su género por su aspecto circular de 25 metros de diámetro.
En la misma zona edificaron adoratorios en derredor de palacios, en dos niveles y con cañerías para evitar inundaciones durante lluvias. También son varias las tumbas de tiro localizadas en el territorio
La población prehispánica de Ixtlán contó con talleres para elaborar instrumentos de obsidiana, como puntas de flecha para la cacería y navajas, que fueron objeto de comercio. 
Esta cultura también se caracterizó por la aparición de vasijas trípodes, cerámica crema decorado en rojo, joyas de oro, plata y cobre, estatuas de piedra en forma de chácmol, tumbas y esculturas acompañantes en forma de cuadrúpedos; en la zona se levantaron otros monumentos y se presume hay otros sin descubrir.
Fue su fertilidad, lo que atrajo el interés de las tribus Chimalhuacanas (grupo de origen náhuatl-tolteca en el año 850 DC.). Pero también hubo otros asentamientos en la región, siendo su suelo, donde se encuentran yacimientos de obsidiana, material imprescindible en su tiempo para la fabricación de objetos ceremoniales religiosos; así se tiene que para los antiguos toltecas un cuchillo de pedestal representaba al Dios de la guerra, al Dios del sacrificio humano, las tribus nayaritas con la influencia tolteca levantaron su “Ciudad Sagrada”, sobre un yacimiento de obsidiana, dándole el nombre de Ixtlán, localizada hoy día a 1,500 metros al oriente de la cabecera municipal de Ixtlán del Río.
El Dios de la guerra y del sacrificio, en nuestras culturas prehispánicas se denominó Quetzalcóatl, con una doble personalidad: estrella de la mañana y de la tarde (Venus); entre los nayaritas el sol era el dios padre. De aquí que Venus ha sido personificada por Quetzalcóatl, joven guerrero, dios mártir siendo su representación por medio del “cuchillo de obsidiana símbolo del sacrificio”.
Hacia el siglo XII, la cabecera fue fundada por tribus nahuatlacas en su paso hacia el Valle de México. Junto con Cacalután, Ixtlán formó parte del Señorío de Ahuacatlán.
Época colonial:
La zona de Ixtlán del Río fue redescubierta por los españoles; Francisco Cortés de San Buenaventura, en 1525 procedente de Colima; y se dice que en Ixtlán encontró a un aventurero español de apellido Escárcena, quien por su cuenta y riesgo exploraba la región, y se sumó a la expedición del primero. El encuentro de los españoles con los indígenas de ese lugar fue de paz y cordura quedando como primer encomendero Martín Alonso.
Más tarde Nuño Beltrán de Guzmán, conquistó y destruyó las principales ciudades en 1532 a su paso después de haber fungido como presidente de la primera Real Audiencia y fundado en Tepic la capital de Provincia de la Nueva Galicia el 25 de julio de 1532; Ixtlán por la calidad de su artesanía, por su ubicación en el paso de rutas mercantiles y por la riquezas mineras adquirió una importancia regional. Don Hernán Cortés, aposentó en esta ciudad cuando vino a la querella con Nuño Beltrán de Guzmán.
Durante la época colonial, para el aprovechamiento de los cañaverales del valle, se instalaron diversos trapiches, y por ser la cabecera un paso obligado entre la capital de la Nueva Galicia y el centro y costa del actual estado de Nayarit, incluyendo Tepic y el Puerto de San Blas, cobró importancia la actividad comercial. De igual forma, hacia Mezquites y La Higuerita, en la zona serrana, inició la explotación minera.
El primer Ixtlán hispano estuvo asentado en terrenos que ahora ocupa “La Haciendita”, y que hacia 1650 se cambió donde actualmente se encuentra.
Desde la independencia de México
Antes de la guerra de Independencia, el sabio de Tepic, Dn. Francisco Severo Maldonado fue párroco de Ixtlán, además el luchó con el cura Miguel Hidalgo en la lucha por la Independencia de México; en Ixtlán se firmó el Acta de Independencia a las 10:00 hrs. del 22 de junio de 1821. En 1825, dentro del Séptimo Cantón de Jalisco, la municipalidad formó parte del Departamento de Ahuacatlán. El 14 de marzo de 1828 el pueblo de Ixtlán fue declarado Villa de Ixtlán. 
El 25 de octubre de 1858, tras su pronunciamiento a favor de los liberales, el pueblo de Ixtlán fue incendiado y ocupado por fuerzas de Manuel Lozada, cuyos partidarios lo dejaron en paz definitivamente hasta que el General Carbo marchó contra ellos en 1876, tres años después del fusilamiento del caudillo. En virtud de la división política del nuevo Territorio de Tepic, en 1885 Ixtlán llegó a ser subprefectura
Después de la Constitución de 1917, Nayarit fue declarado Estado Libre y Soberano, siendo Ixtlán del Río uno de sus 17 municipios. En el año de 1925 se construyó la vía del ferrocarril del Pacífico que uniría definitivamente al noroeste con el Occidente y Centro del país. Por ese mismo año, pero en el mes de abril, por motivos políticos, Ixtlán del río fue declarado capital del estado de Nayarit por 10 días y el Gobernador fue Ismael Romero Gallardo.
Entre 1926 y 1927 se generalizó la guerra cristera y el territorio de Ixtlán fue escenario de escaramuzas, en las que participaron alzados provenientes del vecino estado de Jalisco. En los años cuarenta y cincuenta, con la carretera Tepic-Guadalajara, inició la consolidación de la actividad comercial de la cabecera.
En los años posteriores; el 3 de junio de 1932 debido a un fuerte temblor de tierra la torre de la iglesia parroquial fue derribada. En 1942 se construyó la carretera internacional e Ixtlán del Río siguió siendo paso obligado de las principales comunicaciones, persistiendo en su auge de la famosa “Calle Real”, corazón y artería de la economía ixtlense. En el año 1981 se inauguró el servicio de drenaje que tanta falta hacía a ésta ciudad. En 1989 inició la construcción de la autopista Plan de Barrancas y en 1994 se prolongó hasta la capital del estado, con lo cual disminuyó flujo de vehículos y por lo tanto el comercio y los servicios en la cabecera municipal. En 1996, por primera vez comenzó a gobernar un alcalde perteneciente a un partido político distinto del que mantuvo la hegemonía por décadas en Ixtlán del Río. Hoy en día el municipio goza de un amplio desarrollo tanto como económico cómo industrial.
Paseando por la ciudad de Ixtlan del Rio:
El mayor emblema de la ciudad es el cerrito de Cristo Rey, un gran atractivo, junto con otros edificios como su iglesia, el kiosco, los portales etc. y su diversa gastronomía y cultura, lo convierten en un lugar pintoresco y cogedor.
La ciudad de Ixtán del Río es un gran centro de intercambios de bienes y servicios, esto puede notarse en los distintos comerciantes de diferentes comunidades que se reúnen para la compraventa de sus productos. El principal centro de comercio en la ciudad es el mercado municipal, así como los supermercados y micro-mercados puestos en la zona.
A lo largo de los años se han establecido exitosamente varias cadenas comerciales y de autoservicios, así como bancos; tiendas de comida rápida, restaurantes locales entre otros. Continúa existiendo la música autóctona derivada de los instrumentos de las etnias Cora y Huichol. Actualmente, la música de mariachi y banda sinaloense son las que con más frecuencia se escuchan en las poblaciones.
El templo parroquial de Santiago Apóstol
Lo que más destaca es la parroquia de Santiago Apóstol, el estilo arquitectónico de su construcción es barroco novohispano y rococó, este último estilo se aprecia en las molduras y adornos que posee la edificación, esto la hace particularmente bella, también posee influencias notables de arquitecturas plateresco.
Sus inicios debieron ser a mediados del siglo XVI (1560 o 1570) ya que fray Francisco Lorenzo, evangelizador del sur de Nayarit, procedente del convento de franciscanos de Ahuacatlán (1551) iba poniendo cruces y evangelizando por donde pasaba por lo que Ixtlán no podía ser la excepción; esta iglesia estuvo primeramente dedicada a la Inmaculada Concepción hasta a mediados del siglo XIX, primeramente fue Capilla de Visita de Jala hasta 1723 cuando se convirtió en Vicaría y en 1800 se convierte en Parroquia, Es de hermosa cantera rosa, donde se ostenta un nicho muy especial en que se encuentra la virgen de la Inmaculada Concepción sobre una repisa o guardamalleta en forma de trinche, sostenida por un ángel y toda bordeada por unos rayos de luz (único en su género), a los lados se encuentran dos ménsulas con sendos ángeles que la resguardan. El reloj antiguamente estaba empotrado en la torre y hacia 1930 se le hizo ese nicho y quedó en ese lugar, en 1980 se cambió el reloj por el actual a instancias del club de Leones.
En su parte interior es en forma de cruz latina y el altar es de un estilo clásico, tiene coro, sotocoro y púlpito así como pinturas y esculturas de imágenes muy importantes. La cúpula no posee la misma antigüedad al resto de la estructura, debido que durante un terremoto a inicios del siglo XX se destruyó casi en su totalidad y se remplazó por la actual, levantada a imagen a las de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Esta recia y bonita construcción fue terminada en el año de 1851, así ostenta la fecha en la cúpula parroquial en los lados norte y sur, siendo su primer cura Buenaventura González Hermosillo; otros destacados curas que han pasado por este curato son: D. Salvador Rafael de la Brambila y García de Alva (un gran sabio creador de la biblioteca de México), Francisco Severo Maldonado (Sabio e intelectual que participó al lado de Hidalgo en la Independencia de México, editor del periódico “El Despertador Americano”), D. Justo Barajas Miranda (Maestro y Cura de gran trayectoria sus restos están en la propia parroquia).
El Portal Redondo
Portal edificado en 1889 y funcionó como Mercado Municipal hasta 1944, fue el maestro cantero Don Cruz Parada su constructor. En el siglo XVII este terreno fue parte donde estuvo la “capilla y hospital de indios”, terrenos que pasaron a propiedad del gobierno y proyectó varias obras, entre ellas una escuela, un cementerio y el mercado, además de las plazas públicas. El mercado se conoció como “Portal Abasolo” o “Plaza Tovar”, pero la gente prefirió llamarlo “Portal Redondo”, originalmente el piso fue de cantera y en su corredor hoy podemos encontrar “Las Nieves de Garrafa”, “El Pollo de la Picha” y “Los Dulces de la Carreta”.
El cerro de Cristo Rey
En el año de 1947 se inició la construcción de lo que en la posteridad sería el monumento de Cristo Rey, a instancias del  párroco D. Justo Barajas Miranda, se realizó este monumento inaugurado el 30 de octubre de 1949, con la presencia de altos dignatarios eclesiásticos y autoridades civiles, sin faltar la grey católica ixtlense que apoyó en todo aquello que se hizo.
La escultura fue encomendada al arquitecto Guadalupe Vázquez, ejecutándola en tres partes. Ya terminada, la obra fue el ixtlense Don Tomás García Espinosa, quien como albañil construyó el pedestal y la colocación de la estatua.
Para llevar los materiales de construcción y el agua para los mismos se usaron recuas de mulas del Sr. Francisco Carrillo. Después se hizo una brecha para que el camión del transportista D. Jesús Hernández Muro “El Cito” pudiera llevar a los trabajadores y los materiales que se necesitaban para agilizar la obra.
Concluido todo, lo feligreses de Ixtlán y de otras regiones del país hacen romerías hasta llegar a pie y postrarse ante la gran obra de Cristo Rey. 
Es en el año de 1960 cuando el camino atrás del cerrito de Santa Catalina –hoy de “Cristo Rey”– fue empedrado, lo que permite a vehículos subir hasta donde se encuentra la estatua.
En 1977 se logró –con ayuda de personas religiosas altruistas– que se construyera la escalinata, la cual tiene 544 escalones y 15 descansos, existiendo una cruz de madera en cada uno de ellos.
La escalinata se encuentra en lo que es el frente del cerrito volteando Cristo Rey hacia Ixtlán del Río. En 1980 se realizaron obras para el Mirador Turístico Cristo Rey. Dentro de las más importantes se encuentra la iglesia al pie del monumento, la explanada que mide cerca de 1500 metros cuadrados de superficie, se construyeron sanitarios, la torre y la instalación de una campana. El 25 de abril de 1998 se construyó una Cruz y la Virgen de Guadalupe que fue confeccionada con solera metálica. En 1999 se conmemoró el cincuentenario del monumento, con destacados eventos religiosos, deportivos y culturales.. El 18 de octubre de 2002, se bendijeron los pasamanos metálicos que se pusieron a los lados de la escalinata a Cristo Rey, para dar más seguridad a los visitantes.
En las fiestas de Cristo Rey las romerías suben y bajan usando los caminos rústicos. Otros utilizan la escalinata y otros la carretera empedrada, la cual después se le hizo un retorno; o sea unos suben por un lado y otros bajan por otro en el espacio más peligroso.
Es una costumbre que los que caminan por los caminos rústicos lleven antorchas que son de varias manufacturas. Se le deposita diesel o petróleo; esto es para aquellos feligreses tradicionales que van heredando de generación en generación la costumbre de venerar a Cristo Rey.
La fiesta de Cristo Rey en la última semana del mes de Octubre, donde la feligresía por nueve días sube al cerrito donde se encuentra el Cristo. El último domingo de octubre es la gran fiesta en donde el pueblo es visitado por cientos de gentes.
Zona arqueológica : “Los toriles”
Se trata de un importante sitio que muy posiblemente fue habitado desde el año 300 aC. hasta el 600 dC. En esa primera fase se desarrolló un complejo cultural conocido como la tradición de las Tumbas de Tiro en las que se depositaban ofrendas al interior de cámaras fúnebres. Entre los años 500 y 600 d.C., se abandona la tradición de las tumbas de tiro y su desarrollo se inscribe dentro de una amplia región cultural conocida como Aztatlán, que se traduce en un apogeo de la ciudad hacia los años 750 y 1100 de nuestra era. Es entonces que el asentamiento urbano crece de manera considerable con la construcción de amplias terrazas, palacios, templos y adoratorios, adquiriendo cierta importancia regional como centro manufacturero y de intercambio comercial. 
Aunque en el sitio se han localizado un poco más de 85 montículos y estructuras que aún se hallan sin explorar, actualmente es posible visitar unas quince estructuras, entre las que destacan por su importancia el edificio llamado Templo de Quetzalcóatl que presenta planta circular con un pretil que la circunda con curiosas perforaciones en forma de cruz.
En su parte alta se ven dos adoratorios del estilo del Altiplano Central de México. Otros edificios importantes son el llamado Palacio de los Relieves, el Palacio de las Columnas, el conjunto del Palacio de las Cuatro Columnas y el Palacio en Escuadra. Ixtlán (donde abunda la obsidiana) Es la zona arqueológica nayarita más estudiada. Su zona de influencia se extendió por los actuales municipios de Ixtlán del Río, Ahuacatlán, Jala y Santa María del Oro. Sus principales poblaciones fueron Cacalután, Tepuzhuacán, Mexpan, Zoatlán, Xala, Jomulco, Tequepexpan, Camotlán, Tetitlán, Acuitapilco y Zapotán. Cerca de la cabecera municipal de Ixtlán se encuentran los restos de lo que fue el centro ceremonial más importante del área: Los Toriles. En Los Toriles se encuentra una pirámide poco usual en Mesoamérica, es una construcción redonda de 24 metros de diámetro por cuatro de altura. Tiene cinco escalinatas distribuidas armónicamente en su perímetro. En el muro que remata la parte superior se encuentran unas troneras en forma de cruz. 
Probablemente este centro ceremonial fue dedicado a Quetzalcóatl, personaje central de la cultura tolteca. Las tumbas de tiro son las construcciones funerarias más representativas del área, aunque aparecen otras modalidades como las tumbas de fosa o fosas de tierra donde sepultaban a sus muertos casi a flor de tierra. La cerámica está constituida por vasos de cuerpo esférico con alto cuello de paredes verticales y con triple soporte de cascabel. 
Los motivos ornamentales más frecuentes son flores y mariposas estilizadas, cabezas de tigre y de venado. Abundan las vasijas decoradas con rombos y gajos de color blanco sobre rojo. Por las características especiales de la cerámica y esculturas de esta región, se les conoce con el nombre de “estilo Ixtlán”. 
Las pequeñas esculturas de 30 a 40 centímetros de altura se distinguen por los adornos consistentes en aretes y perforaciones operadas en la nariz, donde colocaban uno o más aros. De la rica cerámica Ixtlán, destacan las maquetas de excelente acabado, por medio de ellas podemos intuir las formas de vida, la organización social y la vida económica característica de estos pueblos. 
Hay maquetas que representan casas, grupos en alguna actividad y canchas de juego de pelota. Son siempre construcciones con vida y movimiento. Son, asimismo, dignas de mencionarse las esculturas que representan guerreros, identificables por llevar un casco provisto de pequeñas prolongaciones en la parte superior; el pecho se encuentra protegido por una armadura y en las manos sostiene un bastón que hace las veces de un mazo. Generalmente la parte inferior va desnuda.