martes, 19 de julio de 2016

- Amatenango, un pueblo Tzeltal


Amatenango del Valle es conocido por la excelente alfarería que realizan los indígenas, quienes en su elaboración aún utilizan métodos prehispánicos. Podrá observar a las mujeres con su vestimenta típica compuesta de falda azul, falda roja, huipil blanco bordado en rojo y amarillo y tocado.
Amatenango del Valle es un pueblo tzeltal; los tzeltzal son descendientes de los mayas, quienes fueron una de las más tempranas y extensas culturas de Mesoamérica. Este grupo dejó a su paso un gran número de sitios arqueológicos como Tikal y Palenque. Además, el conjunto lingüístico maya es uno de los más grandes dentro de las lenguas americanas, dividiéndose en huasteco, yucateco, maya occidental y oriental.
 La religión tzeltal es un sincretismo de elementos autóctonos y católicos. Muchos festivales y ceremonias se asocian con los días dedicados a los santos, organizados por mecenas denominados mayordomos y sus respectivos asistentes llamados alféreces. Los mayordomos encargados de las ceremonias son también líderes en otros asuntos seculares. Estos rituales corresponden a un ciclo anual. El chamanismo y las prácticas mágicas aún prevalecen.
La cosmología Tzeltal está basada en el concepto de la interacción entre el cuerpo, la mente y el espíritu; y cómo éstos interactúan con la comunidad, el mundo y lo sobrenatural. Esto tiene una fundamental implicación en la medicina tradicional tzeltal, la cual es importante por ser la primera fuente de tratamiento para la mayoría de los tzeltal y debido a la falta de facilidades médicas modernas, generalmente la única fuente. 
Esta cosmología atribuye a elementos religiosos y mágicos las causas de la enfermedad y la salud. La enfermedad puede ser atribuida al rompimiento de reglas sociales y es entonces una sanción impuesta por los dioses o santos. También puede ser imputada a la brujería realizada por alguien que busca causar algún tipo de daño. Para contrarrestar las enfermedades existen rituales muy variados para cada ocasión. Estos padecimientos son considerados como carencias de armonía en la persona o de la persona con relación al mundo o lo sobrenatural, por lo que la sanación se enfoca en restaurar este equilibrio.
Amatenango del Valle destaca por su alfareria elaborada con técnicas prehispánicas. Las piezas de barro que las artesanas modelan a mano y luego cuecen con leñas a cielo abierto, evidenciando con esta técnica un fuerte ascendiente prehispánico.
 Ollas, cántaros, tinajas, macetas y figuras zoomorfas, son los productos de esta antigua tradición que evoca en el arte de mezclar tierra y agua, modelar barro, secarlo y quemarlo.
Amatenango del Valle es una pequeña ciudad mexicana que se ubica al centro del estado mexicano de Chiapas, es la cabecera municipal del municipio del mismo nombre, en la región administrativa II Altos. El nombre de Amatenango en náhuatl significa, “fuerte o fortificación de amates”. El municipio se encuentra en el Altiplano Central de Chiapas.
Fue fundado por un grupo de tzeltales, que originalmente formaron el pueblo, se estableció en el municipio durante el período clásico de la época precolombina. En 1486 fue invadido por las tropas aztecas al mando de Tiltototl, pero fueron rechazados por los locales. Después de la conquista de los Chiapas en 1528 es citado como una localidad perteneciente a Teopisca. Los misioneros españoles establecidos en la región le pusieron San Francisco de Amatenango. Los pobladores del municipio participaron activamente en la sublevación indígena de 1712 o la Guerra de castas en Chiapas.
A 37 kilómetros de San Cristóbal de Las Casas, recorriendo la Carretera 190 que va hacia Comitán, se llega a Amatenango del Valle. Es un bello pueblo tzeltal que se encuentra en el viaje hacia Comitán, conocido por la hermosa alfarería realizada por sus mujeres indígenas.

El traje tradicional de las mujeres consta de una falda azul, faja roja, huipil blanco bordado en colores rojo y amarillo, y tocado. Existen vestigios arqueológicos y una iglesia de la época colonial.