Amatenango
del Valle es un pueblo tzeltal; los tzeltzal son descendientes de los mayas, quienes fueron
una de las más tempranas y extensas culturas de Mesoamérica. Este grupo dejó a
su paso un gran número de sitios arqueológicos como Tikal y Palenque. Además, el
conjunto lingüístico maya es uno de los más grandes dentro de las lenguas
americanas, dividiéndose en huasteco, yucateco, maya occidental y oriental.
La religión tzeltal es un sincretismo de elementos autóctonos
y católicos. Muchos festivales y ceremonias se asocian con los días dedicados a
los santos, organizados por mecenas denominados mayordomos y sus respectivos
asistentes llamados alféreces. Los mayordomos encargados de las ceremonias son
también líderes en otros asuntos seculares. Estos rituales corresponden a un
ciclo anual. El chamanismo y las prácticas mágicas aún prevalecen.
La
cosmología Tzeltal está basada en el concepto de la interacción entre el
cuerpo, la mente y el espíritu; y cómo éstos interactúan con la comunidad, el
mundo y lo sobrenatural. Esto tiene una fundamental implicación en la medicina
tradicional tzeltal, la cual es importante por ser la primera fuente de
tratamiento para la mayoría de los tzeltal y debido a la falta de facilidades
médicas modernas, generalmente la única fuente.
Esta cosmología atribuye a
elementos religiosos y mágicos las causas de la enfermedad y la salud. La
enfermedad puede ser atribuida al rompimiento de reglas sociales y es entonces
una sanción impuesta por los dioses o santos. También puede ser imputada a la
brujería realizada por alguien que busca causar algún tipo de daño. Para
contrarrestar las enfermedades existen rituales muy variados para cada ocasión.
Estos padecimientos son considerados como carencias de armonía en la persona o
de la persona con relación al mundo o lo sobrenatural, por lo que la sanación
se enfoca en restaurar este equilibrio.
Amatenango del Valle
destaca por su alfareria elaborada con técnicas prehispánicas. Las piezas de
barro que las artesanas modelan a mano y luego cuecen con leñas a cielo
abierto, evidenciando con esta técnica un fuerte ascendiente prehispánico.
Ollas, cántaros, tinajas, macetas y figuras zoomorfas, son los productos de
esta antigua tradición que evoca en el arte de mezclar tierra y agua, modelar
barro, secarlo y quemarlo.
Amatenango
del Valle es una pequeña ciudad mexicana que se ubica al centro del estado
mexicano de Chiapas, es
la cabecera municipal del municipio del mismo nombre, en la región
administrativa II Altos. El nombre de Amatenango en náhuatl significa, “fuerte
o fortificación de amates”. El municipio se encuentra en el Altiplano Central de Chiapas.
Fue fundado por un
grupo de tzeltales, que originalmente formaron el pueblo, se estableció en el
municipio durante el período clásico de la época precolombina. En 1486 fue
invadido por las tropas aztecas al mando de Tiltototl, pero fueron rechazados
por los locales. Después de la conquista de los Chiapas en 1528 es citado como
una localidad perteneciente a Teopisca. Los misioneros españoles establecidos
en la región le pusieron San Francisco de Amatenango. Los pobladores del
municipio participaron activamente en la sublevación indígena de 1712 o la
Guerra de castas en Chiapas.
A 37 kilómetros de San Cristóbal de
Las Casas, recorriendo la Carretera 190 que va hacia Comitán, se llega a
Amatenango del Valle. Es un bello pueblo tzeltal que se encuentra en el viaje
hacia Comitán, conocido por la hermosa alfarería realizada por sus mujeres
indígenas.
El traje tradicional de las mujeres consta de una falda azul, faja
roja, huipil blanco bordado en colores rojo y amarillo, y tocado. Existen
vestigios arqueológicos y una iglesia de la época colonial.