lunes, 28 de noviembre de 2016

- Xochicalco y sus relieves mayas

Xochicalco es un sitio arqueológico que se ubica en el Municipio de Miacatlan en el estado de Morelos, a 38 km al suroeste de la ciudad de Cuernavaca. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999. El apogeo de Xochicalco tiene lugar en el período llamado Epiclásico (650 - 900). Durante este lapso se construyó la mayoría de la arquitectura monumental visible hoy en día; su desarrollo y surgimiento se debe entender a partir de su relación con Teotihuacan, el asentamiento dominante en Mesoamérica a lo largo del período clásico.
De acuerdo con algunos investigadores, Xochicalco surgió tras el abandono de Teotihuacan para ocupar el vacío de poder económico y político provocado por ese hecho.
Se especula que Xochicalco debió haber tenido una comunidad de artistas provenientes de otras partes de Mesoamérica.
Son de especial interés los relieves esculpidos en los lados de algunos edificios. El templo de la Serpiente Emplumada tiene finas y estilizadas representaciones de la deidad, en un estilo que incluye una aparente influencia teotihuacana y maya.
El principal atractivo del Sitio Arqueológico es la pirámide de la serpiente emplumada. Así mismo, hay un notable observatorio dentro de una cueva con escalones labrados hacia el interior, en donde en el Equinoccio los rayos solares la iluminan creando un haz de luz extremadamente brillante. 
Fuera de este día y de la hora cenital; el rayo de luz que posee un punto de enfoque de aproximadamente cincuenta centímetros de piso, si el observador disminuye la distancia del punto de enfoque de la sombra al acercar, por ejemplo la mano al suelo, se crea un fenómeno óptico que difumina el haz hacia los lados creando en el suelo una sombra difusa con más luz al centro del objeto dando el aspecto radiopaco de los huesos de los dedos y brazos como si se tratase de una radiografía, siendo esto sólo una ilusión óptica.
Los otros monumentos en el sitio son: los templos piramidales, palacios, tres juegos de pelota, temazcales, una inusual fila de altares circulares. También hay algunas estelas esculpidas con los nombres y escenas de tres reyes de Xochicalco. Algunas estelas han sido removidas de sus lugares originales, y ahora se exhiben el Museo Antropología e Historia del INAH en la Ciudad de México o en el museo de sitio.

Cancha de juego de pelota.
Plaza Central. Posiblemente fue el espacio cívico-religioso más importante de la ciudad. Al centro de la plaza se ubica un adoratorio que contenía una estela con dos glifos, a los costados los edificios Este y Oeste, y al fondo la Gran Pirámide, que es la construcción de mayores dimensiones del sitio.
La Malinche. En esta área se localiza el Juego de Pelota Sur, el más grande de los tres que se conocen en el sitio, así como veinte altares redondos y uno cuadrado que tal vez se utilizaban para el cálculo del calendario ritual de 260 días, y un conjunto habitacional conocido como El Palacio, que quizá era ocupado por un grupo de nobles.
Plaza Principal. Con un carácter básicamente político y ceremonial, este espacio contaba con un acceso sumamente restringido. En su interior se encuentran las estructuras más importantes del sitio, como la Pirámide de la Serpiente Emplumada, edificio de extraordinaria belleza y enorme significado, decorado con relieves por sus cuatro caras; el Templo de las Estelas, donde se descubrieron las tres estelas relacionadas con Quetzalcóatl y que actualmente se exhiben en el Museo Nacional de Antropología, y la Acrópolis, residencia de los principales señores de la ciudad, que se localiza en la parte más alta del sitio.
Conjunto Este. En él encontramos el Juego de Pelota Este, la Rampa de los Animales, integrada por 255 losas con representaciones de animales, y el Conjunto Central, área donde se localiza un altar policromado, un complejo temascal o baño de vapor y una cisterna para almacenar agua de lluvia, la cual era distribuida hacia todo el conjunto, mediante un elaborado sistema de drenaje.
Conjunto Oeste. Integrado por estructuras situadas sobre la cueva del Observatorio, el cual fue utilizado para la exploración astronómica.


Xochicalco significa “en el lugar de la casa de las flores”, compuesto por las palabras nahuas xóchi(tl) flor, cal(li) “casa” y co un locativo “lugar de”.
Xochicalco es un ejemplo de la época conocida como Epiclásico (700-900 d. C.) caracterizado por el surgimiento de ciudades en el centro de México tras el declive de la urbe teotihuacana y el vacío de poder dejado por ésta. Este período está caracterizado por una serie de eventos que dan paso a la fundación de Tula, tras una serie de migraciones de grupos habitantes del centro de México. Hecho que coincide con el abandono de los sitios del norte de Mesoamérica y el colapso de las ciudades mayas de las tierras bajas del centro y del sur. Se ha sugerido que estos eventos propiciaron en Xochicalco la llegada de varios grupos provenientes de diferentes lugares de la región Mesoamericana. Los relieves de las serpientes emplumadas en el templo del mismo nombre sugieren influencias Teotihuacanas y Mayas.
Por otro lado su posición en lo alto de una montaña, al igual que otros centros poblacionales de esa época, sugiere un período de conflictos bélicos entre ciudades con pequeños territorios, ante la ausencia de una urbe hegemónica, sin embargo esta interpretación ha sido refutada recientemente en favor de los elementos simbólicos y territoriales cerro, agua, asentamiento. 
Acceso: Se toma la carretera 95 (México-Acapulco), hasta llegar a la desviación a Alpuyeca. Después de recorrer 12 kilómetros rumbo a Miacatlán se encuentra la desviación que después de 4 kilómetros desemboca en la zona arqueológica. El visitante puede arribar al sitio por medio del transporte público.






jueves, 17 de noviembre de 2016

- La serpiente desciende en Chichén Itzá

El primer día de otoño de este 2016 trae consigo un fenómeno astronómico solo visible en dos ocasiones al año

El primer día de otoño es el descenso de Kukulkán a través del templo

El primer día de otoño de este 2016, supondrá para nosotros la remontada de la noche sobre el día o empezar a ver cómo se tornan nuestras calles y bosques de preciosas tonalidades ocres. Este cambio de estación se produce porque el Sol se sitúa en paralelo con el ecuador de la Tierra con dirección al hemisferio sur. Es lo que se conoce como equinoccio de otoño o equinoccio de septiembre. La nueva posición adquirida por el Sol con respecto a la Tierra provoca que los rayos solares incidan en el globo terrestre de manera perpendicular y genere un día con las mismas horas de luz que de oscuridad.


Para la cultura maya el día de hoy tenía un interés especial. Era, nada más y menos que el descenso de una de sus mayores divinidades. Y si queremos, esta jornada de equinoccio puede ser una gran oportunidad para vislumbrarlo.
Kukulkán, algo así como «Serpiente de plumas» en maya yucateco, era una deidad con forma del reptil que le da nombre, que en la cultura maya representaba el agua y el viento. Tanta era la adoración que los prehispánicos mostraban por ella, que erigieron templos en su honor en múltiples ciudades de su reino. Era considerada como una divinidad creadora, y aquello, le daba una magia especial.
Este primer día de otoño de 2016 surgirá, como siempre, la bajada a la tierra de Kukulkán. Para ello, habría que desplazarse a una de las construcciones que se erigieron en su honor, Chichén Itzá, que como cada primer día de otoño, mostrará un fenómeno astrológico impactante. Si nos detenemos a observar la escalinata, de repente seremos conscientes de la presencia de varios triángulos de luz y sombra que aparentan el descenso de la serpiente por la escalera en un primer día de otoño que terminará por convertirse en mágico -ocurre algo similar el primer día de primavera.
Que ocurra esto no es ninguna casualidad. Atendiendo a los movimientos de la Tierra, y a la dirección de la luz, que avanza según vamos cambiando de estación, los mayas llegaron a la conclusión de que, para que en los equinoccios -como el que vamos a vivir el primer día de otoño este jueves- pudiese surgir este fenómeno, se hacía imprescindible colocar la construcción con una inclinación aproximada de 20° con respecto al norte geográfico. Aunque no hay evidencias de que la civilización maya erigiera todo el templo orientado a la consecución de este fenómeno, sí que impresiona.

El resultado, toda una imagen para no olvidar. Quien se siente a observar la escalinata del templo durante el primer día de otoño de este 2016 -o el primer día de primavera de 2017, si el lector se anima por entonces a organizar un viaje para contemplarlo-, podrá visualizar, a medida que avanza la tarde, la proyección de la sombra de la serpiente descendiendo ávida, impasible ante la mirada de turistas y curiosos, como un vestigio intacto de aquella cultura maya tan avanzada a su época que lucha por mantenerse viva. El fenómeno comienza, como hemos dicho, el primer día de otoño, pero continúa. Los siguientes cinco días permanece, dando magia a un fenómeno totalmente religioso. Una serpiente que solo despierta dos veces al año, y que después se diluye entre la luz y la sombra, hasta que vuelva a despertar seis meses después.

http://www.abc.es/viajar/destinos/centroamerica/abci-primer-otono-2016-serpiente-emplumada-desciende-traves-templo-maya-201609220527_noticia.html

- Una pirámide oculta en Chichén Itzá

Descubren con estudios de geofísica una segunda subestructura en el interior de la de Kukulcán, edificada entre los años 550 y 800 d.C., la etapa más temprana y menos conocida de este asentamiento maya
La Pirámide de Kukulcán, en Chichen Itzá
Un equipo multidisciplinar de especialistas de la (UNAM) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha descubierto mediante una innovadora exploración geofísica una segunda subestructura en el interior de la Pirámide de Kukulcán de Chichén Itzá, en la península de Yucatán.
El grupo integrado por científicos del Instituto de Geofísica y de la Facultad de Ingeniería de la UNAM constató en agosto de 2015 que la edificación maya, también conocida como El Castillo, fue levantada sobre un cuerpo de agua (cenote) y ahora una segunda etapa de estudio en la que se ha utilizado tomografía de resistividad eléctrica 3D, ha confirmado la existencia de una segunda subestructura en dicho monumento, edificada entre los años 550 y 800 d.C., la etapa más temprana y menos conocida de este asentamiento maya.
Gracias a los nuevos datos, podrá conocerse más de la primera etapa monumental de Chichén Itzá, aquella cuando los «mayas puros», es decir, sin contacto aún con civilizaciones extranjeras del actual centro de México, iniciaron la edificación de templos y edificios con alturas mayores a los cinco o diez metros de altura, destaca el INAH en un comunicado.
«El hecho de descubrir, o de 'iluminar' dentro de la pirámide, una estructura más antigua nos aporta información de que desde periodos previos existían construcciones monumentales en el sitio», según Denisse Argote, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Al igual que otros sitios arqueológicos prehispánicos, la pirámide original y otras construcciones de la urbe fueron cubiertas durante una segunda etapa transicional, entre los años 800 y 1,000 d.C, cuando llegaron pobladores del centro México, y nuevamente por el tercer y actualmente visible periodo, entre los años 1.050 y 1.300 d.C.
«Estas fases constructivas se deben a múltiples factores, desde la renovación en los grupos de poder hasta el deterioro natural de los edificios, sin embargo, los constructores se limitaban a rellenar y cubrir los templos antiguos ya que, justamente, se trataba de lugares sagrados que no podían destruirse pues eran necesarios para mantener el contacto con sus mundos espirituales», señala Argote.
La arqueóloga recordó que en la década de 1930, al explorar la pirámide, se encontró una primera subestructura y ahora se halló la segunda, más antigua, dentro de aquella. «De la primera (la más antigua) es difícil dar detalles porque no se está viendo directamente y de la segunda subestructura, la transicional, se puedan observar ciertas partes de la fachada», indicó.

Un estilo diferente

Contó que la estructura intermedia no tenía la misma forma que tiene actualmente la Pirámide de Kukulkán, y que los motivos principales o más relevantes son unos pequeños jaguares que «se pueden ver» en las decoraciones de la parte alta.
«No era una pirámide escalonada con nueve cuerpos como la de Kukulkán; de hecho, su pared es bastante lisa y desde ahí se nota un cambio en la decoración y el estilo, y asumimos que la más antigua, la que sería maya puro, es un estilo totalmente diferente», abundó.
Argote consideró que «si se pudiera investigar nos daría mucha información de cómo fue evolucionando este asentamiento».
Denisse Argote presentó en conferencia de prensa los resultados del estudio, acompañada por los investigadores René Chávez Segura, Gerardo Cifuentes Nava y Esteban Hernández Quintero, del Instituto de Geofísica (IGf), junto con Andrés Tejero Andrade, de la Facultad de Ingeniería (FI).

«Mirar» en el interior de la pirámide

Los especialistas explicaron cómo la técnica geofísica para el estudio del subsuelo aplicada a la estructura permitió a los investigadores «mirar» de manera no invasiva al interior de la pirámide con una tecnología que ellos crearon y que es única en el mundo.
René Chávez, responsable del proyecto, señaló que mediante su técnica, que está en proceso de obtener derecho de autor que podrá explotar la UNAM, resolvieron el reto de cómo «mirar» dentro de un edificio.
Los investigadores señalaron que las dimensiones y la forma de la pirámide más antigua no se pueden saber «hasta que se pueda excavar, de forma arqueológica», aunque se aventuraron a ofrecer algunas medidas e indicaron que tiene una altura aproximada de 10 metros y que la de la estructura intermedia es de unos 20 metros.
Los resultados son preliminares, aunque su variación sería mínima en el resultado final, expresó André Tejero, de la Facultad de Ingeniería, y forman parte del «Estudio de tomografía de resistividad eléctrica 3D en la Pirámide de El Castillo en Chichén Itzá, México: Fase II 2015-16», presentado.
Además de Argote, Chávez y Tejero en la investigación participan Gerardo Cifuentes y Esteban Hernández, del Instituto de Geofísica, y un equipo de investigadores en campo.
Según Chávez, la investigación, financiada por la UNAM, costó unos 500.000 pesos (24.600 dólares) y los especialistas cumplieron con sus objetivos académicos. Ahora el futuro de la investigación, una tercera etapa, sería a petición del INAH.


http://www.abc.es/cultura/abci-piramide-oculta-chichen-itza-201611171108_noticia.html