El primer día de otoño de este 2016 trae consigo un fenómeno astronómico solo visible en dos ocasiones al año
El primer día de otoño es el descenso de Kukulkán a través del templo
El primer día de otoño de este
2016, supondrá para nosotros la remontada de la noche sobre el
día o empezar a ver cómo se tornan nuestras calles y bosques de preciosas
tonalidades ocres. Este cambio de estación se produce porque el Sol se sitúa en
paralelo con el ecuador de la Tierra con dirección al hemisferio sur. Es lo que
se conoce como equinoccio de otoño o equinoccio de septiembre. La nueva
posición adquirida por el Sol con respecto a la Tierra provoca que los rayos
solares incidan en el globo terrestre de manera perpendicular y genere un día
con las mismas horas de luz que de oscuridad.
Para la
cultura maya el
día de hoy tenía un interés especial. Era, nada más y menos que el
descenso de una de sus mayores divinidades. Y si queremos, esta
jornada de equinoccio puede ser una gran oportunidad para vislumbrarlo.
Kukulkán,
algo así como «Serpiente de plumas» en maya yucateco,
era una deidad con forma del reptil
que le da nombre, que en la cultura maya representaba el agua y
el viento. Tanta era la adoración que los prehispánicos mostraban por ella, que erigieron templos en su honor
en múltiples ciudades de su reino. Era considerada como una
divinidad creadora, y aquello, le daba una magia especial.
Este
primer día de otoño de 2016 surgirá, como siempre, la
bajada a la tierra de Kukulkán. Para ello, habría
que desplazarse a una de las construcciones que se erigieron en su honor,
Chichén Itzá, que como cada primer día de otoño, mostrará
un fenómeno astrológico impactante. Si nos detenemos a observar
la escalinata, de repente seremos conscientes de la presencia de varios
triángulos de luz y sombra que aparentan el descenso de la
serpiente por la escalera en un primer día de otoño que terminará por
convertirse en mágico -ocurre algo similar el primer día de primavera.
Que
ocurra esto no es ninguna casualidad.
Atendiendo a los movimientos de la Tierra, y a la dirección de la luz, que
avanza según vamos cambiando de estación, los mayas llegaron a la conclusión de
que, para que en los equinoccios -como el que vamos a vivir el primer día de
otoño este jueves- pudiese surgir este fenómeno, se hacía imprescindible colocar
la construcción con una inclinación aproximada de 20° con respecto al norte geográfico. Aunque no
hay evidencias de que la civilización maya erigiera todo el templo orientado a
la consecución de este fenómeno, sí que impresiona.
El
resultado, toda una imagen para no olvidar.
Quien se siente a observar la escalinata del templo durante el primer día de
otoño de este 2016 -o el primer día de primavera de 2017, si el lector se anima
por entonces a organizar un viaje para contemplarlo-, podrá visualizar, a
medida que avanza la tarde, la
proyección de la sombra de la serpiente descendiendo ávida, impasible ante la mirada de turistas
y curiosos, como un vestigio intacto de aquella cultura maya tan avanzada a su
época que lucha por mantenerse viva. El fenómeno comienza, como hemos dicho, el
primer día de otoño, pero continúa. Los siguientes cinco días
permanece, dando magia a un fenómeno totalmente religioso. Una
serpiente que solo despierta dos veces al
año, y que después se diluye entre la luz y la sombra, hasta
que vuelva a despertar seis meses después.
http://www.abc.es/viajar/destinos/centroamerica/abci-primer-otono-2016-serpiente-emplumada-desciende-traves-templo-maya-201609220527_noticia.html