San Andrés Míxquic es uno de los siete pueblos originarios de la delegación Tláhuac, en el Distrito Federal. Se encuentra en el extremo sudoriental de esa demarcación, en una zona que antiguamente fue una isla rodeada por el lago de Chalco, actualmente desecado y del que quedan únicamente algunos canales. Míxquic es un pueblo que forma parte del polígono de la zona chinampera declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Cada año, durante las festividades del Día de Muertos, Míxquic recibe a miles de turistas mexicanos y extranjeros.
Mixquic fue un pueblo fundado en un islote dentro del antiguo lago de Chalco en el siglo XI d.C. Tuvo una intensa actividad religiosa y agrícola previa al dominio mexica en la cuenca de México. Debido a su ubicación en el corazón de la región chinampera, fue sometido sucesivamente por lo señoríos de Xochimilco, Azcapotzalco, Chalco yTenochtitlan.
En cuanto a los centros ceremoniales que existieron en este pueblo en el periodo prehispánico, han llegado hasta nuestros días vestigios arqueológicos relacionados con deidades de la lluvia, la guerra, la muerte; así como el chacmol, cráneos del o los tzompantli y aros del Juego de Pelota.
Una
Tradición de generaciones
La tradición
de recibir a los muertos pasa por la limpieza de los panteones desde el
amanecer, la espera nocturna al lado de las tumbas adornadas con flores y
cirios y la preparación de alimentos para las ofrendas que visitarán las almas
que retornan a la memoria de los vivos.
Año tras año se dan cita
en el camposanto de San Andrés en Mixquic, miles de personas para decorar las
tumbas de sus difuntos, las cuales, durante el 1 y 2 de noviembre se visten con
flores de cempasúchil, calaveras de azúcar y algunos platillos en honor a los
fieles difuntos.
En las casas de los habitantes y en los edificios públicos del lugar se montan ofrendas dedicadas a la memoria de los difuntos, que están compuestos de diversas frutas, alimentos, papel picado, cempasúchil y otras flores, pan de muerto,calaveritas de azúcar, velas y otros elementos que son tradicionales de estas devociones.
* Vean las tres fotos de un altar de muertos que la familia nos mostró, explicó cada detalle y nos permitió fotografiar; viven en la calle que lleva al Panteón de Mixquic. El altar lleva las fotos de un niño que se les murió ahogado en el patio de la casa:
* Vean las tres fotos de un altar de muertos que la familia nos mostró, explicó cada detalle y nos permitió fotografiar; viven en la calle que lleva al Panteón de Mixquic. El altar lleva las fotos de un niño que se les murió ahogado en el patio de la casa:
La celebración del Día de Muertos es la atracción principal de Mixquic. Doña
Juanita Suárez nos cuenta qué hacía ese día: “Cuando yo crecí poníamos el altar para
nuestros difuntitos, teníamos un lugar especial para ellos. Era una mesa de un
metro o metro y medio de largo, y se le colocaban las frutas que les gustaban
en vida; también la cera, y se compraba el sahumador para el incienso. Cuando
llegaban los niños difuntos se tendía una tira de flores de color para que
entraran, y si eran los difuntos grandes se tendía una tira de flores amarillas
(cempasúchil).
Y salía uno a encontrarles, a darles el paso para que entraran. Ese día se les ponía un farol de colores en forma de estrella, de barril, para que supieran dónde llegar, porque antes no había luz.”.
Y salía uno a encontrarles, a darles el paso para que entraran. Ese día se les ponía un farol de colores en forma de estrella, de barril, para que supieran dónde llegar, porque antes no había luz.”.
Durante su trayecto hacia el
panteón estos personajes van solicitando apoyo económico para la sepultura,
haciendo bromas a los concurrentes y, una vez que arriban y que están a punto
de enterrar al supuesto "cadáver", éste salta del ataúd y corre
despavorido entre la multitud ocasionando la risa de los asistentes.
Así, con un aire de burla muy mexicano, el culto a los muertos comienza para después tomar un aire más solemne: las ofrendas siguen realizándose y las veladoras y cirios le dan ya al panteón de Mixquic un toque mágico,
mientras que en las casas las puertas se abren para que las ánimas de los muertos saluden a sus deudos, y los visitantes puedan disfrutar de las coloridas ofrendas del lugar.
Al día siguiente continúa la
danza de las almas de los muertos en la tierra, pero ahora toca lugar a las de
los adultos: el panteón sigue dominado por ofrendas y comienzan a llegar
hombres, mujeres y niños con cubetas, escobas y ramos de flores con la
intención de barrer y arreglar las tumbas correspondientes esperando a que el
párroco del pueblo llegue para dar la bendición a los asistentes y a las tumbas
de los "difuntitos".
De esta manera, en medio de una
gran solemnidad y alegría, los días de celebración a los muertos transcurren en
Mixquic para recordarle al mundo que entre los mexicanos, la convivencia con la
muerte, es algo común...