lunes, 29 de agosto de 2016

- La Ruta de los Conventos desde Mérida

La Ruta de los Conventos es un maravilloso viaje por la historia de las órdenes religiosas que llegaron a Yucatán en épocas de la Colonia.
En Yucatán, los evangelizadores que llegaron a colonizar dejaron una huella profunda en los pueblo mayas. Desde la ciudad de Mérida se puede hacer una ruta para descubrir el devenir histórico de estas tierras, por el mundo sagrado de los mayas y sus imponentes metrópolis.
Encima de los vetustos vestigios de este mundo fantástico de astrónomos y matemáticos, se yerguen ajenas las obras del conquistador; templos, conventos y capillas abiertas que hoy son tesoros del arte universal. Es la herencia que las órdenes religiosas dejaron para la posteridad en su afanosa misión evangelizadora.

LA RUTA DE LOS CONVENTOS COMIENZA EN MÉRIDA

En Mérida primero debes visitar la Casa Montejo, que es una obra excepcional del estilo plateresco en nuestro país, y los murales del maestro Fernando Castro Pacheco en el Palacio de Gobierno.

En el Centro Cultural Olimpo también se puede disfrutar de excelentes exposiciones plásticas.
Es imprescindible que lleves alguna artesanía meridense de recuerdo, y no puedes dejar esta bella ciudad sin saborear la auténtica cocina yucateca: sopa de lima, poc-chuc, queso relleno y frijol con puerco.
Una vez que hayas hecho esto, es momento de iniciar la Ruta de los Conventos, y para ello habrás de tomar rumbo al poblado de Tipikal, a poco más de 100 kilómetros de la ciudad. El primer alto en el camino es Acanceh, sitio donde se encuentra un convento de estructura pesada, parecida a una fortaleza medieval europea.
La plaza central del pueblo es una joya. A un lado de la gran explanada se yergue la Gran Pirámide, que todavía conserva su estructura original en magnífico estado. A un costado está un sencillo templo dedicado a Nuestra Señora de la Natividad, y también una elegante capilla de estilo franciscano dedicada a la Virgen de Guadalupe.
Enfrente, el Templo de los Estucos todavía conserva en buen estado interesantes jeroglíficos; hace algunos años, en el lugar se encontraron mascarones de estuco que representaban a los gobernantes y dioses principales del sitio. En la zona también existen algunas haciendas muy atractivas abiertas al público, vale la pena echar un vistazo.

VILLA DE TECOH, EL CENOTE DE TELCHAQUILLO Y MAYAPÁN

Siguiendo la ruta, 8 kilómetros después esta la Villa de Tecoh con su templo dedicado a la Virgen de la Asunción, erigido en el siglo XVII. Como en muchos de los casos, el templo está construido sobre la base de lo que fue una pirámide; en la estructura de este edificio franciscano se pueden descubrir gran cantidad de piedras labradas que pertenecían a los templo mayas. En el interior destaca su altar con diversos frescos que representan pasajes bíblicos, y una escultura de la Virgen de la Asunción laminada en oro.
Unos cuantos kilómetros más adelante se encuentra la pequeña comunidad de Telchaquillo, con una bella capilla en honor a la Virgen de la Concepción. Pero lo que más llama la atención es el cenote de transparentes y cálidas aguas que se encuentra en la plaza principal del poblado. El encuentro es siempre afortunado, considerando que en la región el calor siempre aprieta y un chapuzón aquí no tiene precio.
Ya sólo 3 kilómetros de Telchaquillo está la imponente ciudad de Mayapán, que fue la última gran capital maya, similar a Chichén Itzá en superficie e importancia. La zona arqueológica abarca más de 4 kilómetros cuadrados, y entre sus más de 4 mil estructuras destaca el Castillo de Kukulkán, donde ocurre el mismo fenómeno solar durante el equinoccio de invierno que en Chichén Itzá.

Mayapán es uno de los lugares más mágicos e intensos del Mundo Maya; entre sus templos, castillos, altares, santuarios y cientos de plataformas que fueron las cimentaciones de casas, encontrarás los secretos mejor guardados de los antiguos mayas.

TEKIT, MAMA, CHUMAYEL, TEABO, MANÍ Y TIPIKAL

En el poblado de Tekit, 30 kilómetros más adelante,  está la imponente parroquia de San Antonio de Padua, en cuyo interior destacan los nichos con sus santos y un altar austero pero de tallas invaluables.
A 7 kilómetros de ahí se encuentra Mama, que en maya significa “agua materna o agua comprada”. Su iglesia de Nuestra Señora de la Asunción construida en 1640 es la más antigua de la ruta. Está edificada con enormes piedras labradas, presume un bello campanario y su pila bautismal de una sola pieza es la más grande de Yucatán. En la parte posterior se encuentra un huerto, un pozo de agua y sistemas de irrigación de la época, que traían el agua desde un cenote de la zona.
Chumayel está 9 kilómetros después, y se dice que es el lugar donde nació el Chilam Balam, obra cumbre de la literatura prehispánica. Aquí se encuentra el Templo de la Purísima Concepción, donde se venera con gran devoción al Santo Cristo de la Transfiguración.
A 4 kilómetros se encuentra Teabo, donde es imprescindible la visita de su estupendo cementerio maya, muy cerca la parroquia de San Pedro y San Pablo del siglo XVII. La Capilla de Indios complementa el bello conjunto conventual. Es interesante notar que los habitantes de esta zona todavía usan su vestimenta tradicional de huipiles bordados.
A unos cuantos kilómetros está el convento de Maní, que fue fundado sobre un cenote sagrado. Los historiadores afirman que se trata del más importante de la ruta en términos simbólicos, ya que fue escenario del Auto de Fe ocurrido en 1562, en el que el obispo Fray Diego de Landa lanzó al fuego valiosos códices mayas.

El templo del convento de San Miguel Arcángel es de los más hermosos de la ruta, atesora un Cristo labrado en piedra que es una joya. La mayoría de los retablos del interior están bañados en oro, y sus cuatro capillas son excepcionales. Todavía se puede apreciar parte de la maquinaria antigua que tenía la huerta, y su Capilla Abierta anexa es la más bella de todo el estado.
Un poco más adelante se llega al final de la ruta en el pequeño poblado de Tipikal. Su convento dedicado a la Virgen de la Magdalena del siglo XVII tiene una elegante arquitectura y su interior ostenta frescos novohispanos y esculturas muy valiosas.
Esta Ruta delos Conventos en Yucatán es una experiencia única para aquellos viajeros que disfrutan la historia, la cultura y el Mundo Maya.