viernes, 16 de junio de 2017

- Corpus en Chiapas:Mulitas y Danza Calalá

El jueves del Corpus Christi, se celebró en San Cristóbal de las Casas, con una exposición de dulces regionales, el repique de las campanas y la quema de cohetes.
 No podrían faltar, las mulitas con carga de dulces, que representan el regalo que llevaron los 12 discípulos a Cristo, se forran con hoja de maíz y las patas se elaboran con palito de paleta, como lo explica Reyna Cristina Mendoza Cancino, quien dijo “participamos con los dulces regionales y los dulces de Corpus Christi, se celebra con las mulitas, los ramitos, duraznos pasas, cocadas, cacahuates, tartas envinadas, naranjas, higos, chimbos, dulces de yema, las botellitas, con el mazapán de pepita de calabaza, con los dulces de leche, nuéganos, rompope almendrado y una variedad de pastelitos. 
Como desde hace 35 años, doña Reyna Cristina, participó en el jueves de Corpus Christi, en el parque central, con una variedad de dulces regionales, al igual que 60 dulceras artesanas.

En entrevista, Reina Cristina Mendoza, señaló que las mulitas representan el regalo que llevaron los 12 discípulos a Cristo, las cuales están forradas de hoja de maíz y las patas se elaboran con palito de paleta.
Refirió que esta es una tradición de las iglesias,“para ir a comulgar, el Cuerpo de Cristo que recibimos en la Misa, recordamos las mulitas; es el regalo que dieron sus discípulos a Cristo con sus ramitos”. Mulitas de palma son vendidas a los fieles católicos afuera de las iglesias en este jueves de Corpus Christi
Finalmente, Reina Cristina Mendoza, recordó que hace unos 40 o 50 años, el Corpus Christi se celebraba con una serenata a las novias, a las esposas, a los enamorados, un día antes del festejo, “se acostumbraba a llevar serenata, ahora ya no hay nada de eso, antes amanecían las bandolinas, los mariachis, pero esta tradición se ha ido perdiendo”.
Sobre esta fecha vale la pena mencionar que hasta un par de décadas atrás, además de su significado religioso y tradicional, el “jueves de corpus” era el día en que los jóvenes abordaban a las muchachas en busca de verse favorecidos con su amor regalándoles canastas con dulces, llevando serenata en la víspera, o bien, caminando alrededor del parque central, una festividad muy similar a lo que hoy conocemos como el día del amor y la amistad.

Santisimo Sacramento de Suchiapa: danza del “tigre Calalá”.
Esta danza es de origen Prehispánico, se interpreta durante las festividades de Corpus Christi. En esta intervienen personajes tales como el Calalá (Venado), el Gigantillo, Quetzalcoatl (la serpiente emplumada), de la misma manera hay una comparsa de tigres y Chamulas estos últimos llevan la cara pintada con tizate, en su mayoría son niños, también participan las Reinitas (que son las abejas que rodeaban el panal) las cuales llevan ofrendas al Santisimo Sacramento a la Cofradía de Suchiapa.
La tradición explica que un día un hombre llamado Lucano Toalá escucho música por donde pasaba, y fue a ver de dónde provenía, se percato de que dentro de un árbol, había una hostia donde había un panal, y veía que las abejas bailaban alrededor de la hostia, tal vez el miedo de haber presenciado algo divino hizo que el señor corriera al pueblo a avisar de lo sucedido. Cuando los pobladores llegaron al lugar, encontraron a tigres, un venado y una serpiente que adoraba al Santisimo Sacramento. se dice que el venado metía su trompita y comía la miel que se encontraba dentro de la colmena donde estaba la hostia.
En la actualidad los festejos del Santisimo Sacramento, comienzan en la madrugada del día martes, cuando el colmenero, sale del panteón desde un lugar llamado la Cruz del Perdón, dando el primer silbido utilizando un silbato o chirimia, posteriormente en cada va dando un silbido hasta llegar a la cofradía en donde es esperado por los músicos quienes al escuchar el último silbido dado por el colmenero en la puerta de la cofradía, se disponen a recoger a los danzantes para dirigirse posteriormente a la casa del rompedor de la fiesta y así dar comienzo de la misma.
El jueves por la tarde el gigante y calalá, son perseguidos por los Chamulas, quienes desean vencerlos, esta última batalla se realiza en el atrio de la cofradía, la cual es ganada por los representantes del bien, siendo estos el gigante y el calalá, venciendo al mal representado por los Chamulas.
Al término de las festividades, el tocado que lleva el gigante, es guardado en la casa del danzante, y se entrega el año siguiente al nuevo danzante.
El colmenero calla. El Gigante, de rodillas, toma un momento para agradecer; cesa el movimiento de su plumaje. La inocencia y el cansancio del Gigantillo se reflejan con lágrimas. Los tigres deciden “echarse” y hace reverencia. El personaje que le da nombre a la danza: el Calalá, es quien da la penitencia con su látigo de cuero. Así se despiden del patrono, así le dicen adiós al Santísimo Sacramento del Altar en Suchiapa.
Es el último día de fiesta de Corpus Cristi. El pueblo surimbo se vuelca hacia la ermita principal para ver danzar a los distintos personajes y ofrendarle a la custodia, puesto que en los demás días del año la iglesia permanece cerrada (a excepción de un par de días de agosto, cuando se celebra “Corpus chiquito”).
Es domingo, termina la celebración y llegan los cambios. El prioste y los llamados procuradores de la cofradía dan a conocer los nombres de quienes representarán al Gigante, Gigantillo y Calalá del año entrante, debido a que los dos primeros sólo pueden cumplir su manda durante un año y el último puede hasta tres. También eligen al tigre principal que ha de dirigir a los demás. Hay discusión, pero quien no tiene suerte de ser electo se retira con la esperanza de que haya más años para servirle al santo.
El día de celebración termina cuando los tigres reciben su penitencia (látigos del Calalá) y con reliquia en mano salen rodando de la ermita hacia la calle. 
Sí, los felinos no bailan, no caminan, sino que giran en el suelo, mientras el venado o Calalá hace su saludo con peculiares movimientos y el Gigante, junto al Gigantillo, baila, brinca y se despide. Los Chamulas complementan el escenario del último día de fiesta, fervor y devoción.
El altar, decorado con flores y velas, resguarda la imagen del Corpus Cristi. Entre el humo y olor del incienso uno a uno de los participantes de la usanza hace un llamado de fe, agradece los favores recibidos y promete volver el siguiente año, entre mayo y junio, y celebrar juntos al Santísimo en Suchiapa.