Con el grupo de Misiones
del Colegio Miraflores del Estado de México, hemos celebrado los 25 años de las
Misiones a Naupan (Puebla)
Han sido 25 años de ir cada Semana Santa a este pueblo
que forma parte de la Arquidiócesis de Tulancingo (cuyo Arzobispo: Domingo Diaz
Martinez nos acompañó.
En la foto los jóvenes misioneros en Naupan, abajo en la Misa con las flores de gratitud
En la misa también nos acompañó el Obispo Dn. Efraim, auxiliar de Tlanepantla
Y el Párroco de Naupan, quien comentó los diferentes signos de su Comunidad
A este aniversario han acudió 4 camiones con
unos 160 participantes desde Naupan, acompañados de su párroco, con quien
pudimos platicar y saber que tiene confiados 14 pueblos en la zona de
Huauchinango, donde está Naupan.
El grupo de danzantes de Naupan tienen de nombre "Los Quetzales"
Uniéndonos al festivo evento, en el que no
faltaron los danzantes de Naupan, los músicos y acompañantes, hemos realizado
este breve testimonio de las nobles gentes llegadas desde Naupan, muchos de
quienes siguen hablando la lengua Náhualt, lengua indígena que hablan más de un
millón de personas en la República de México.
Jóvenes Misioneros del Colegio Miraflores en Naupan (Puebla)
Durante la comida de hermandad
con los venidos de Naupan pudimos escuchar las conversaciones en Náhualt,
fuimos obsequiados con unos collares de flores en forma de guirnalda que nos
colocaron ellos en el cuello y en la cabeza, además de un pan a modo de corona
y otro pan en forma de tridente que se lleva en la mano;
estos son signos que
la Comunidad ofrece en señal de bienvenida y acogida. En varias de las
fotografías ver estos elementos tradicionales ofrenda de los
llegados de Naupan.
Con Sor Salud Conde (directora del Miraflores) y un grupo de las Hermanas del Colegio
En la misa traen incienso del lugar para la celebración. Debajo una Misionera canta en el evento
Naupan es un municipio perteneciente al estado de Puebla. Se
localiza en la región de Huauchinango, en la
sierra norte poblana. La cabecera municipal es el pueblo de Naupan.
A 199.5 km
de Puebla se encuentra un excelente sitio para observar el paisaje de la
Sierra. Naupan ofrece bellas vistas y atractivos naturales, como las grutas de
Uankax y las cuevas de Tempach y Citlalá. Este municipio aún conserva sus
raíces náhuatl con un conjunto de creencias y tradiciones propias del lugar.
COLINDANCIAS: Al
Norte con el municipio de Tlacuilotepec, al sur con Ahuazotepec y el estado de
Hidalgo, al oeste con Huauchinango y Xicotepec de Juárez y al este con
Pahuatlán. A este lugar, por el que corren cuatro ríos, llegaron grupos
totonacos para establecerse y fundar el poblado que antiguamente se llamo
Nexpan; "Sobre las cenizas".
En 1750 estuvo bajo la jurisdicción
eclesiástica de Huauchinango. En 1895 se constituye como municipio libre. La cabecera municipal es el pueblo de Naupan.
Naupan es un municipio de 9707
habitantes. El 98,78% de la
población es indígena, el 92,19% de los habitantes habla alguna lengua
indígena, y el 4,95% habla la lengua indígena pero no español.
El 92,36% de la gente de Naupan es
católica, el 46,76% están económicamente activos y, de estos, el 98,46% están
ocupados laboralmente. Además, el 89,93% de las viviendas tienen agua entubada
y el 0,05% tiene acceso a Internet.
Naupan. está custodiado por los cerros Metztepetl,
Tonallan y Citlalan (de la Luna, el Sol y las Estrellas, en la lengua Náhualt),
en la morada de San Marcos El Tecuán, (el que se convierte en tigrito), el
obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, festejó otra
vez sus 50 años de vida sacerdotal
El Obispo de Chiapas Felipe Arizmendi recibido con honor en Naupan
con una misa de acción de gracias durante el
quinto Taller de Cultura Náhuatl convocado por la iglesia católica.
La fiesta de Arizmendi en la comunidad de Naupan, en la sierra norte
poblana, formó parte de las actividades del Quinto Taller convocado por la
Conferencia del Episcopado Mexicano (Cem) con el objetivo de avanzar en las
traducciones bíblicas y litúrgicas de la iglesia Católica que se desarrolla del
30 de septiembre al 3 de octubre.
Vestido para la conmemoración con sus chillantes paredes y la explanada
que antes sirvió de cementerio, el templo Agustino construido en 1590, fue
escenario de las danzas de los Toreadores, Negritos, Chinelos y Viejitos.
Bailes festivos postcoloniales.
Arizmendi, sucesor del “Tatic”
Samuel Ruiz quien fue un excelente Obispo en la diócesis de la sierra
chiapaneca, coordina además el trabajo de los traductores que conciben “a la
teología india, como la búsqueda de la presencia de Dios en las culturas
originarias” a través de la inculturación de la doctrina de la iglesia
católica.
“Debemos conocer y respetar los mitos y ritos de los pueblos indígenas
para descubrir en ellos las huellas de Dios, los caminos por los que él se ha
manifestado y que muchas veces rechazamos por desconocer el fondo de su
historia, su contenido y significado. Para conocerlos debemos amar y respetar a
quienes los comunican y practicán”, explicó Gabino Negrete Vázquez, originario
de Telolotla en el municipio de Zihuateutla.
Por eso los sacerdotes y catequistas católicos vinieron por tres días a
Naupan a trabajar en la traducción al náhuatl de la biblia, laudes, vísperas y
liturgias “con el ánimo de poner en práctica la promoción integral de los
indígenas, para que sean sujetos en la iglesia y en la sociedad”, de acuerdo
con Arizmendi.
Signo de la cultura de Naucap bordado en la estola que regaló el sacerdote del pueblo
“Yo vengo de un estado con un porcentaje mayoritario de población
indígena y venimos ahora al estado de Puebla para que el pueblo náhuatl pueda
tener la importancia que merecen tanto en la sociedad como en la iglesia, que
se sientan parte viva del país y que se valore a los pueblos originarios”,
agregó el obispo de San Cristóbal de las Casas.
Para celebrar a Arizmendi Esquivel y la realización del taller, no
enfloraron a San Marcos como lo hacen en su fiesta en mayo, pero sí le pusieron
un xochiyugo y un xochimacpali de papel para que el guardián, el tecuán, el que
según la tradición oral se convierte en tigrito y cuida las cosechas, sepa del
agasajo.
Nadie sabe en qué año llegó San Marcos al pueblo, sólo dicen que siempre
ha estado en su iglesia -los agustinos arribaron a la zona en 1543 y a Naupan
en 1590), no obstante todos saben que al pie de él está el tecuani -que es él
mismo transfigurado- pero en la fiesta lo cubren con una tela, no por pena,
quizá por recelo. ¿Qué si es nahual? sólo ellos lo saben, cuenta el difusor
cultural Osvaldo Cortés Ojeda.
Pero en la eucaristía de este martes, el tigrito estuvo descubierto
quizá para recordar a los sacerdotes que los rituales de los pueblos indígenas
son las celebraciones que realizan para manifestar su unión con la naturaleza,
con los seres invisibles, con Dios, en el intento de ponerse en contacto con
“un mundo superior” y no simples “leyendas, magia y superstición”.
Con ocasión de la
celebración de los 25 años de Misiones en Naupan, el Colegio Miraflores ha
editado un testimonio gráfico titulado: “Misión Miraflores, Misión de Amor”. En
la pagina 32 podemos leer: “Este municipio aún conserva su raíz náhuatl con un
conjunto de creencias y tradiciones propias del lugar.
La bienvenida y acogida
que siempre han tenido con los misioneros nos ha hecho trascender y sentir esa
fuerza espiritual que nos une y nos hermana a todos los pueblos. A todos nos
impresiona su rito de bienvenida lleno de colorido y alegría, manifestado en la
música, la danza, los collares y coronas de flores, el incienso y otras ofrendas.
Todo ello con un significado muy profundo: la danza significa alabanza,
oración, acción de gracias. El incienso el medio por el que sube a Dios nuestra
oración. La corona de flores en la cabeza que imponen a los misioneros
representa el proyecto de vida que tiene el misionero para la comunidad que es
el anuncio de la Palabra de Dios. El collar de flores que ofrecen llamado
xochicoscatl significa el amor, el cariño, la entrega, el desprendimiento del
misionero para llevar la Palabra de Dios. El ramito de flores o maxochitl
representa el trabajo, el sacrificio de la acción misionera proyectada por Dios
a la comunidad.
Y todo ello elaborado con flores de cempasúchil que significa
la verdadera vida en plenitud. Este rito se hace en los momentos importantes
como es para ellos la llegada de los misioneros, para dar gracias a Dios por
todos ellos,