miércoles, 31 de octubre de 2018

- El Nevado de Toluca, volcán accesible

El Nevado de Toluca, también llamado en náhuatl: "Xinantécatl" (Hombre desnudo), es un volcán mexicano ubicado entre los valles de Toluca y Tenango (Valle del Matlatzinco). 
Se localiza a 22 km al suroeste de Toluca, capital del Estado de México. La altura del volcán es de 4.680 ms. El volcán presenta actividad sísmica y se encuentra dentro de la lista de volcanes activos de México. 
Alcanza una elevación de 4.680 ms por lo que es la cuarta formación más alta de México y forma parte de la Cordillera Neovolcánica Transversal y del Cinturón de Fuego del Pacífico. Pertenece al Parque Nacional de los Venados y al Parque Nacional Nevado de Toluca, que comprende todo el Valle de Toluca y el de Tenango, así como los municipios de ZinacantepecCalimaya, Tenancingo, Toluca, Tenango del Valle, Villa Guerrero, Coatepec Harinas y Temascaltepec. El volcán esta activo sísmicamente.
Su suelo está compuesto de calcio, fósforo, hierro, silicio, zinc, potasio, carbono, sulfato y polvorín de las montañas o estroncio.
La temperatura media anual es de -4 °C a 12 °C. En las faldas del volcán el clima es templado y muy lluvioso en verano, fresco y muy frío en invierno; en la cumbre, fresco y frío en verano, polar de alta montaña en invierno o cuando está nevado.
Su vertiente meridional desciende hacia la depresión del Balsas, mientras que la ladera septentrional enlaza con el valle de Toluca, la ladera sur con el valle de Tenango, la ladera norte con el municipio de Zinacantepec y la ladera occidental con el valle de Temascaltepec.
A los 4100 m. de altura se desarrollan bosques de encinas y coníferas, grimos, helechos y arbustos; a mayor altura sólo crecen las gramíneas, pastos, musgos y algas. 
La fauna se compone, de zarigüeyas, venados cola blanca, conejos teporingos, conejos de las nieves, coyotes, mapaches, ardillas, chinchillas, halcones, águilas reales, lagartos serranos y cucos, ganado bovino, porcino, equino y ovino.Además, truchas arco iris, suchos o truchas blancas, mayús, huachis y lamos.
Actualmente no se puede acceder al cráter en auto, solo hasta "la pluma"; esto debido al mal comportamiento de visitantes irrespetuosos que dejaban basura. A la pluma se llega por un camino de terracería desde la parte baja del volcán; por desgracia, el tremendo flujo de visitantes inconscientes, descuidados y mal equipados degrada mucho el delicado ecosistema de la montaña, además de provocar accidentes menores como torceduras de tobillos, y graves como roturas de rodillas.

El trayecto bastante sinuoso se cubre en aproximadamente 40 minutos, pasando primero por una caseta donde se paga el boleto de acceso, casi al pie del volcán perteneciente al Parque Nacional de Los Venados, y después por la del Parque Nacional Nevado de Toluca, ubicada a unos 6 km del cráter y que da acceso al mismo. 
Se recomienda extrema precaución en este último tramo tanto en el ascenso como en el descenso, ya que la altura, la gran cantidad de curvas y la estrechez del camino en algunos sectores lo pueden volver peligroso. Estos 6 km se pueden recorrer en bicicleta de montaña o cargar la bicicleta para hacer un recorrido de cerca de un kilómetro por veredas pedregosas, pero dado que es ascenso muchos ciclistas lo prefieren aunque al regreso bajan por el camino de 6 km.

Mucho mejor que el trayecto en auto es la aproximación a pie desde la caseta de Los Venados; se trata de alrededor de una hora por senderos entre el bosque, hasta llegar a los farallones suroeste del volcán, cerca de una estación repetidora de microondas, desde donde se puede girar: a la izquierda para acceder al cráter por la ruta normal para turistas, 
bajar a las lagunas y subir por los arenales a la cima; a la derecha para atacar el Pico del Fraile de lado y por una vertiente arenosa entre las dos cimas (siete-ocho horas ida y vuelta desde la estación de microondas); o enfrentarse directamente a la imponente mole de arena y piedra suelta del Pico del Águila (cinco horas). Estas dos últimas rutas requieren de una excelente condición física y de piolet y crampones si está nevado; los bastones telescópicos también resultan muy útiles. 
El Pico del Águila tuvo por años en su parte más alta una cruz metálica de tres metros de altura, derribada por circunstancias desconocidas en marzo de 2010 y que ahora reposa unos diez metros más abajo en el exterior del cráter, que quizá fungía como pararrayos. 
Existen infinidad de recorridos alternos dependiendo del grupo, el tiempo disponible, la experiencia y el equipo que se lleve consigo, como la exigente travesía de todo el borde del cráter (ocho-nueve horas a buen paso y de dos a cuatro horas corriendo, sin tomar en cuenta la aproximación). 
Para el descenso uno puede deshacer la ruta o deslizarse por pendientes adyacentes; en última instancia, siempre puede emprenderse la retirada descendiendo al fondo del cráter y escapando por el camino de terracería.
Desde las cimas y laderas pueden apreciarse los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl, y a lo lejos, si hay buen tiempo y cielo despejado, la Malinche y el Citlaltépetl por el oriente. Al oeste se aprecian el valle del Matlazinco y el Volcán de Colima. Es notoria la gran cantidad de contaminación que puede verse suspendida sobre el valle de Toluca, así como la formación de nubes y su cobertura.
Como podemos ver, el Nevado es el símbolo de la ciudad de Toluca, la más alta de Norteamérica y cuyo clima hace honor a este dato.
El nevado de Toluca, un ambiente natural que identifica a la capital mexiquense, es uno de los espacios donde propios y ajenos disfrutan de un aire fresco, de una experiencia única e inolvidable. Además de ser una geoforma de belleza inigualable, es el marco perfecto para realizar actividades familiares, principalmente en la época navideña.
Cabe mencionar que esta actividad se hace más común con el tiempo, y ahora personas de municipios y estados aledaños han participado en ella.
Notas para un viaje al Nevado de Toluca
El Nevado de Toluca ha trascendido en nuestra cultura como un signo y un espacio de suma importancia para todo; para aventurarnos, para conocer de nuestra tierra, para descubrir la belleza del horizonte y para gozar de nuestros momentos en libertad. Y aunque esto suene a un simple fin de semana entre amigos o unas vacaciones en pareja, no debemos perder de vista que todo a su vez conlleva una preparación que va más allá de un común paseo en el campo. Considerar que el Xinantécatl –como también se le conoce al Nevado– alcanza una altitud de 4,680 ms.
La principal atracción del Nevado, además de la escalada, obvio, son las dos lagunas de agua potable que se encuentran en el cráter: la del Sol y la de la Luna. Aunque no son muy profundas, estas lagunas son perfectas para practicar la pesca de trucha o el buceo.
Si eres mexicano y no has visitado el Nevado de Toluca, sí, es una pena, pero ahora es tu gran oportunidad de aventurarte.
Cuentan los matlatzincas que, hace muchos muchos años, existió un sacerdote de nombre Xinan, quien buscaba por todos sus medios conocer a la Tlanchana, una sirena muy bella, diosa del antiguo Lago de Metepec. Xinan, dispuesto y desnudo, entró al lago en busca de la mística mujer; la Tlanchana, enfurecida, intentó persuadirlo de abandonar ese espacio o permanecer allí y sufrir las consecuencias. Sin escuchar sus advertencias, el sacerdote no abandonó las aguas y cayó perdidamente enamorado de ella; cada día después de ello Xinan iba a Metepec para verla, hasta que ésta, furiosa por la insistencia del hombre, lo tomó en sus manos y lo arrojó tan lejos como pudo. Él, herido por el rechazo de su amada, se dirigió hacia un valle, se acostó en la hierba, se abrió el pecho y expuso su corazón al Sol para que se quemara.
Al enterarse, la Tlanchana fue feliz porque nadie más le molestaría; sin embargo, en el valle, el cuerpo del hombre empezó a crecer y adherirse la tierra hasta transformarse en un volcán con sangre que quema.
Al ver los estragos y sufrimientos que se habían ocasionado, la Tlanchana arrepentida subió hasta la cima del cuerpo hecho tierra sufriente, le pidió perdón a Xinan y le tapó su ardiente y dolido corazón para que no causase más dolencias.
Según los matlatzincas, la sirena se quedó un tiempo a vivir en el Río Verdiguel –cerca del afligido Xinan– pero pronto decidió irse a Toluca, ya que no soportaba ver a ese pobre hombre convertido en volcán.
Así, y con otra serie de relatos, entre leyendas y mitos, en medio de un buen equipo y una condición física decorosa –no necesariamente excelente–, puedes disfrutar en este lugar un recorrido que pocas veces nos hemos animado a hacer, pero es esencial en la vida de todo mexicano.