Informativo que el Alcalde Huixquilucan acaba de publicar
HUIXQUILUCAN PROMOTOR DE LA
CULTURA OTOMÍ
En el Teatro al Aire Libre de La
Explana Municipal se llevó a cabo, con éxito, el evento artístico cultural
“Milenario Otomí” Hiu Hú, organizado por la Dirección de Desarrollo Social del
Ayuntamiento de Huixquilucan.
-Acercó a los asistentes a la
historia, usos y costumbres, lenguaje y pensamiento de la Cultura Otomí.
-La lengua Hiu Hú tiene como base
fundamental: principios éticos, libertad y capacidad de educar.
-El principal valor milenario de
la cultura Otomí Hiu Hú, es el respeto en las relaciones interpersonales.
La cultura fortalece valores de
manera colectiva, acercando a las nuevas generaciones a la búsqueda de su
identidad, “y permite vincularnos como sociedad y comunidad, acrecentando
nuestros lazos de ciudadanía”.
La Coordinación de Cultura
presentó al grupo cultural de Las Casas de Enseñanza de Lengua Hiu Hú (Otomí)
de Santa Cruz Ayotuxco y Zacamulpa y reconoció la importante labor del Maestro
y director, que desde hace años ha realizado una profunda investigación sobre
las raíces y el lenguaje de la cultura Otomí, la cual ha compartido a la
comunidad, “pues el legado se transmite de generación en generación, de persona
en persona.”
Indagar nuestro pasado facilita
la comprensión de uno mismo, aumenta la posibilidad de entender de dónde se
viene, para así, saber a dónde se va y entender quiénes somos, generando
identidad.
El principal valor milenario de la cultura Otomí Hiu Hú, es el
respeto en las relaciones interpersonales de quienes integran la comunidad. La
Nación Hiu Hú es la hermandad de doce pueblos que son parte del territorio
Otomí.
La presentación fue
multidisciplinaria, se pudieron apreciar danzas, cantos, escenas teatrales,
música y poesía Otomí, lo cual acercó a los asistentes, que en su gran mayoría
eran oriundos de tierras huixquiluquenses, a la historia, costumbres, lenguaje
y el pensamiento de su cultura de origen.
El valor de la
cultura de los antepasados otomíes radica en que “la lengua Hiu Hú tiene como
base fundamental: principios éticos, libertad y capacidad de educar”.
Los otomí son un
pueblo indígena que data desde la época precolombina y que habita un territorio
discontinuo en el centro de México. En la actualidad se encuentran
en los estados de México, Hidalgo y Querétaro. Es considerado como uno de los pueblos indígenas más
numerosos del país. De acuerdo con las estadísticas la población étnica otomí sumaba 646.875 personas en la República
Mexicana en el año 2000, lo que les convierte en el quinto pueblo indígena más numeroso
del país.
Las
lenguas otomíes forman parte de la familia lingüística otomangueana, una de las más antiguas y diversas del área
mesoamericana. De entre las más de cien lenguas otomangueanas que sobreviven en
la actualidad, las lenguas otomíes tienen su pariente más cercano en el idioma
mazahua, también hablado en el noroeste y el poniente del estado de México.
Algunos análisis glotocronológicos aplicados a las lenguas otomíes señalan que
el otomí se separó del idioma mazahua alrededor del siglo VIII de la era
cristiana. Desde entonces, el otomí se fragmentó en las lenguas que se conocen
actualmente.
De
ellos, sólo un poco más de la mitad hablaban el otomí. Al respecto, cabe
decir que la lengua otomí presenta un alto grado de diversificación interna, de
modo que los hablantes de una variedad suelen tener dificultades para
comprender a quienes hablan otra lengua.
Significado
de la palabra Hñahñu (otomi) No hay certeza sobre el significado preciso del
vocablo otomí. En otomí, otho significa no poseer nada, y mi, establecerse.
Estas dos palabras podrían interpretarse como pueblo errante. De ahí que los
nombres con los que los otomíes se llaman a sí mismos son numerosos: ñätho
(valle de Toluca), hñähñu (valle del Mezquital), ñäñho (Santiago Mezquititlán en el Sur de
Querétaro) y ñ'yühü (Sierra Norte de Puebla, Pahuatlán) son algunos de los
gentilicios que los otomíes emplean para llamarse a sí mismos en sus propias
lenguas, aunque es frecuente que, cuando hablan en español, empleen el etnónimo
otomí, de origen náhuatl.
Religión: Los Otomies
rinden culto al sol y a la lluvia en las montañas, con la imagen del Divino
Rostro
Los otomíes son uno de los
grupos indígenas con tradiciones y culturas prehispánicas más arraigadas en
el país, pese al sincretismo religioso con el catolicismo aún conservan sus
creencias, cultos y prácticas relacionadas con lo que se conoce como brujería
y curanderismo. El curanderismo y el tratamiento de la brujería en población
otomí de Santa Cruz Ayotusco, (Estado de México), impartida por la maestra en
historia y etnohistoria, Juana Romero García, en el marco del diplomado La
Brujería: salud y enfermedad. Nuevas perspectivas teóricas, que se lleva a
cabo en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Las características de este
grupo, explicó Juana Romero, es que practican la religión católica, mezclada
con sus propias creencias; rinden culto al Señor de la Caña y al Señor del
Divino Rostro, incluso existe una asociación ex profesa para esta
imagen, tienen sus propias capillas donde practican el curanderismo y
realizan peregrinaciones privadas a los bosques de los cerros aledaños, como
el Cerro de la Campana y el de Tepexpan.
La especialista dijo que sus
capillas son oratorios familiares, en los cuales se rinde culto a la Santa
Cruz y al Señor del Divino Rostro, el cual se asocia a Tláloc y Otonteuctli,
dioses prehispánicos del agua y el fuego, respectivamente. La aparición de
esta imagen presenta versiones encontradas, por un lado se dice que apareció
en una piedra y otros aseguran que fue un caballero montado a caballo quien
dejó el manto con la imagen en la zona.
Para los otomíes los brujos(as)
son los individuos que chupan la sangre de la gente y se transforman en
animales como el guajolote, cerdo o perro (nahualismo). Sus prácticas
curativas se basan en chupar el cuerpo para sacar el mal, hacer limpias con
huevo o monedas, o bien, utilizar hierbas; éstas se realizan en las capillas
por lo que al practicante se le conoce como capillero. Aquí son atendidas las
enfermedades de tipo anímicas o emocionales como el espanto.
Por otra parte, dijo la
historiadora, las enfermedades relacionadas con la maldad y la venganza,
ocasionadas por el odio, los celos y la envidia, trastornos que dañan al
individuo, se manifiestan con dolores de estomago, espalda o alguna parte del
cuerpo, pérdida de apetito, sueños con animales y letárgo. El tratamiento que
se le proporciona al paciente para eliminar el mal consiste en una limpia con
la yema de un huevo, copal y hierbas. De acuerdo a la enfermedad, se basan en
el síndrome caliente-frío, si la enfermedad es fría utilizan medicamentos
calientes, hierbas como la manzanilla, ruda, hinojo o pírul.
Los aquelarres, en los cuales
participan los tiemperos (evocación a la naturaleza), curanderos o
capilleros, se hacen durante cuatro horas en las que peregrinan en el cerro
para ofrendar en la parroquia que se encuentra en la parte alta hierbas,
flores rojas, asociadas con la sangre y la lluvia, después de oficiarse el
culto religioso. Los sacerdotes que practican el catolicismo en estas
iglesias buscan erradicar las costumbres otomíes, las cuales se han
incorporado a esta religión desde la década de los sesentas, cuando empezó el
mestizaje en esta zona.
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La vestimenta
tradicional de las mujeres consiste en un chincuete o enredo de lana o de manta
muy amplio y largo, a manera de falda, de color blanco, azul, amarillo, negro, con líneas
verdes, anaranjadas y amarillas; y una blusa de manta o de popelina de color
blanco, de manga corta, con bordados de flores. Es característico de la indumentaria otomí el uso del quexquémetl, de algodón o lana en
varios colores y toda la ropa es adornada con bordados de adornos florales.
También suelen usar un chincuete de lana que suele ser de color negro, una
blusa bordada con motivos florales y animales sobre el
cuello y en los brazos de la blusa. Se usa el ceñidor bordado
para sujetar el chincuete, el rebozo y los huaraches.
El encuentro cultural Milenario Otomí
Hiu Hú,
Danzas, cantos, escenas teatrales,
música y poesía, expresiones que permiten acercarse a la historia, costumbres,
lenguaje y el pensamiento se exhibieron durante el encuentro cultural Milenario
Otomí Hiu Hú,
El encuentro fortalece valores de
manera colectiva, acerca a nuevas generaciones en la búsqueda de su identidad y
permite vincularse como sociedad y comunidad, acrecentando los lazos de
ciudadanía, aseguró el director de Desarrollo Social en Huixquilucan.
El funcionario municipal atestiguó el
encuentro cultural Milenario Otomí Hiu Hú, y destacó la importancia de
preservar la historia, costumbres y tradiciones en la cultura Otomí.
La titular de la Coordinación para el
Desarrollo Cultural realizó la presentación del grupo cultural de Las Casas de
Enseñanza de Lengua Hiu Hú de Santa Cruz Ayotuxco y Zacamulpa,
“El principal valor milenario de la
cultura Otomí Hiu Hú es el respeto en las relaciones interpersonales de quienes
integran la comunidad. La Nación Hiu Hú es la hermandad de doce pueblos que son
parte del territorio Otomí”,
El director del grupo cultural de Las
Casas, aseveró que el valor de la cultura de los antepasados otomíes radica en
que “la lengua Hiu Hú tiene como base fundamental principios éticos, libertad y
capacidad de educar”.