lunes, 15 de octubre de 2018

- Encuentro cultural Milenario Otomí Hiu Hú en Huixquilucan


Informativo que el Alcalde Huixquilucan acaba de publicar
HUIXQUILUCAN PROMOTOR DE LA CULTURA OTOMÍ
En el Teatro al Aire Libre de La Explana Municipal se llevó a cabo, con éxito, el evento artístico cultural “Milenario Otomí” Hiu Hú, organizado por la Dirección de Desarrollo Social del Ayuntamiento de Huixquilucan.
-Acercó a los asistentes a la historia, usos y costumbres, lenguaje y pensamiento de la Cultura Otomí.
-La lengua Hiu Hú tiene como base fundamental: principios éticos, libertad y capacidad de educar.
-El principal valor milenario de la cultura Otomí Hiu Hú, es el respeto en las relaciones interpersonales.
La cultura fortalece valores de manera colectiva, acercando a las nuevas generaciones a la búsqueda de su identidad, “y permite vincularnos como sociedad y comunidad, acrecentando nuestros lazos de ciudadanía”.
La Coordinación de Cultura presentó al grupo cultural de Las Casas de Enseñanza de Lengua Hiu Hú (Otomí) de Santa Cruz Ayotuxco y Zacamulpa y reconoció la importante labor del Maestro y director, que desde hace años ha realizado una profunda investigación sobre las raíces y el lenguaje de la cultura Otomí, la cual ha compartido a la comunidad, “pues el legado se transmite de generación en generación, de persona en persona.” 
Indagar nuestro pasado facilita la comprensión de uno mismo, aumenta la posibilidad de entender de dónde se viene, para así, saber a dónde se va y entender quiénes somos, generando identidad. 
El principal valor milenario de la cultura Otomí Hiu Hú, es el respeto en las relaciones interpersonales de quienes integran la comunidad. La Nación Hiu Hú es la hermandad de doce pueblos que son parte del territorio Otomí.
La presentación fue multidisciplinaria, se pudieron apreciar danzas, cantos, escenas teatrales, música y poesía Otomí, lo cual acercó a los asistentes, que en su gran mayoría eran oriundos de tierras huixquiluquenses, a la historia, costumbres, lenguaje y el pensamiento de su cultura de origen.
El valor de la cultura de los antepasados otomíes radica en que “la lengua Hiu Hú tiene como base fundamental: principios éticos, libertad y capacidad de educar”.
Los otomí son un pueblo indígena que data desde la época precolombina y que habita un territorio discontinuo en el centro de México. En la actualidad se encuentran en los estados de México, Hidalgo y Querétaro. Es considerado como uno de los pueblos indígenas más numerosos del país. De acuerdo con las estadísticas la población étnica otomí sumaba 646.875 personas en la República Mexicana en el año 2000, lo que les convierte en el quinto pueblo indígena más numeroso del país.
Las lenguas otomíes forman parte de la familia lingüística otomangueana, una de las más antiguas y diversas del área mesoamericana. De entre las más de cien lenguas otomangueanas que sobreviven en la actualidad, las lenguas otomíes tienen su pariente más cercano en el idioma mazahua, también hablado en el noroeste y el poniente del estado de México. Algunos análisis glotocronológicos aplicados a las lenguas otomíes señalan que el otomí se separó del idioma mazahua alrededor del siglo VIII de la era cristiana. Desde entonces, el otomí se fragmentó en las lenguas que se conocen actualmente.
De ellos, sólo un poco más de la mitad hablaban el otomí. Al respecto, cabe decir que la lengua otomí presenta un alto grado de diversificación interna, de modo que los hablantes de una variedad suelen tener dificultades para comprender a quienes hablan otra lengua.
Significado de la palabra Hñahñu (otomi) No hay certeza sobre el significado preciso del vocablo otomí. En otomí, otho significa no poseer nada, y mi, establecerse. Estas dos palabras podrían interpretarse como pueblo errante. De ahí que los nombres con los que los otomíes se llaman a sí mismos son numerosos: ñätho (valle de Toluca), hñähñu (valle del Mezquital), ñäñho (Santiago Mezquititlán en el Sur de Querétaro) y ñ'yühü (Sierra Norte de Puebla, Pahuatlán) son algunos de los gentilicios que los otomíes emplean para llamarse a sí mismos en sus propias lenguas, aunque es frecuente que, cuando hablan en español, empleen el etnónimo otomí, de origen náhuatl.
Religión: Los Otomies rinden culto al sol y a la lluvia en las montañas, con la imagen del Divino Rostro
Los otomíes son uno de los grupos indígenas con tradiciones y culturas prehispánicas más arraigadas en el país, pese al sincretismo religioso con el catolicismo aún conservan sus creencias, cultos y prácticas relacionadas con lo que se conoce como brujería y curanderismo. El curanderismo y el tratamiento de la brujería en población otomí de Santa Cruz Ayotusco, (Estado de México), impartida por la maestra en historia y etnohistoria, Juana Romero García, en el marco del diplomado La Brujería: salud y enfermedad. Nuevas perspectivas teóricas, que se lleva a cabo en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Las características de este grupo, explicó Juana Romero, es que practican la religión católica, mezclada con sus propias creencias; rinden culto al Señor de la Caña y al Señor del Divino Rostro,   incluso existe una asociación ex profesa para esta imagen, tienen sus propias capillas donde practican el curanderismo y realizan peregrinaciones privadas a los bosques de los cerros aledaños, como el Cerro de la Campana y el de Tepexpan.
La especialista dijo que sus capillas son oratorios familiares, en los cuales se rinde culto a la Santa Cruz y al Señor del Divino Rostro, el cual se asocia a Tláloc y Otonteuctli, dioses prehispánicos del agua y el fuego, respectivamente. La aparición de esta imagen presenta versiones encontradas, por un lado se dice que apareció en una piedra y otros aseguran que fue un caballero montado a caballo quien dejó el manto con la imagen en la zona.
Para los otomíes los brujos(as) son los individuos que chupan la sangre de la gente y se transforman en animales como el guajolote, cerdo o perro (nahualismo). Sus prácticas curativas se basan en chupar el cuerpo para sacar el mal, hacer limpias con huevo o monedas, o bien, utilizar hierbas; éstas se realizan en las capillas por lo que al practicante se le conoce como capillero. Aquí son atendidas las enfermedades de tipo anímicas o emocionales como el espanto.
Por otra parte, dijo la historiadora, las enfermedades relacionadas con la maldad y la venganza, ocasionadas por el odio, los celos y la envidia, trastornos que dañan al individuo, se manifiestan con dolores de estomago, espalda o alguna parte del cuerpo, pérdida de apetito, sueños con animales y letárgo. El tratamiento que se le proporciona al paciente para eliminar el mal consiste en una limpia con la yema de un huevo, copal y hierbas. De acuerdo a la enfermedad, se basan en el síndrome caliente-frío, si la enfermedad es fría utilizan medicamentos calientes, hierbas como la manzanilla, ruda, hinojo o pírul.
Los aquelarres, en los cuales participan los tiemperos (evocación a la naturaleza), curanderos o capilleros, se hacen durante cuatro horas en las que peregrinan en el cerro para ofrendar en la parroquia que se encuentra en la parte alta hierbas, flores rojas, asociadas con la sangre y la lluvia, después de oficiarse el culto religioso. Los sacerdotes que practican el catolicismo en estas iglesias buscan erradicar las costumbres otomíes, las cuales se han incorporado a esta religión desde la década de los sesentas, cuando empezó el mestizaje en esta zona.
La vestimenta tradicional de las mujeres consiste en un chincuete o enredo de lana o de manta muy amplio y largo, a manera de falda, de color blanco, azul, amarillo, negro, con líneas verdes, anaranjadas y amarillas; y una blusa de manta o de popelina de color blanco, de manga corta, con bordados de flores. Es característico de la indumentaria otomí el uso del quexquémetl, de algodón o lana en varios colores y toda la ropa es adornada con bordados de adornos florales. También suelen usar un chincuete de lana que suele ser de color negro, una blusa bordada con motivos florales y animales sobre el cuello y en los brazos de la blusa. Se usa el ceñidor bordado para sujetar el chincuete, el rebozo y los huaraches.
El encuentro cultural Milenario Otomí Hiu Hú,
Danzas, cantos, escenas teatrales, música y poesía, expresiones que permiten acercarse a la historia, costumbres, lenguaje y el pensamiento se exhibieron durante el encuentro cultural Milenario Otomí Hiu Hú,
El encuentro fortalece valores de manera colectiva, acerca a nuevas generaciones en la búsqueda de su identidad y permite vincularse como sociedad y comunidad, acrecentando los lazos de ciudadanía, aseguró el director de Desarrollo Social en Huixquilucan.
El funcionario municipal atestiguó el encuentro cultural Milenario Otomí Hiu Hú, y destacó la importancia de preservar la historia, costumbres y tradiciones en la cultura Otomí.
La titular de la Coordinación para el Desarrollo Cultural realizó la presentación del grupo cultural de Las Casas de Enseñanza de Lengua Hiu Hú de Santa Cruz Ayotuxco y Zacamulpa,
“El principal valor milenario de la cultura Otomí Hiu Hú es el respeto en las relaciones interpersonales de quienes integran la comunidad. La Nación Hiu Hú es la hermandad de doce pueblos que son parte del territorio Otomí”,
El director del grupo cultural de Las Casas, aseveró que el valor de la cultura de los antepasados otomíes radica en que “la lengua Hiu Hú tiene como base fundamental principios éticos, libertad y capacidad de educar”.