El barro negro es un estilo de alfarería
originario de Oaxaca,
México. Se distingue por su color, brillo y diseños únicos. Oaxaca es uno
de los pocos estados de México que se caracteriza por la continuidad de sus
artesanías ancestrales en la vida cotidiana. El barro negro es uno de los
muchos estilos de alfarería del estado, que también incluyen las piezas verdes
vidriadas de Santa María Atzompa; no
obstante, el barro negro es uno de los más conocidos y mejor identificados con
el estado. Es también, uno de los más populares y apreciados estilos de
alfarería en México.
Las artesanías de barro negro son hechas en el
municipio de San Bartolo Coyotepec y en un
gran número pequeñas comunidades cercanas del valle, lugares en donde se
encuentra el barro con el que se hacen las artesanías. Esta comunidad se
encuentra a 11 kilómetros del sur de ciudad de Oaxaca, alrededor de
600 familias en esta área se dedican a elaborar artesanías.
A parte de los
talleres que se encuentran en las casas de los artesanos, incluyendo el taller
de Doña Rosa, el Mercado de Artesanías es una atracción muy importante que
atrae a muchos visitantes de México y de otros países. Un grupo de catorce
personas exhibe y vende artículos de barro negro.
Algunos de estos productos incluyen floreros,
figuras de animales y jarrones. Demostraciones de la elaboración del barro
también son llevadas a cabo. En 2005, el Museo Estatal
de Arte Popular de Oaxaca fue inaugurado aquí. Este
museo dedica una de sus tres salas de exposición al barro negro, con piezas de
la época de Monte Albán hasta nuestros días.
En 2009, San Bartolo Coyotepec llevó a cabo su
primera Feria Artesanal de Barro Negro con la participación de más de 150
artesanos, feria que año tras año se realiza.
Los orígenes
del barro negro se extienden sobre muchos siglos, hay ejemplos de este en
numerosos sitios arqueológicos, moldeado primordialmente en jarros y otros
artículos de uso doméstico. Se han conservado los diseños originales de los zapotecos y mixtecos de los
Valles Centrales hasta el día de hoy. Originalmente, el barro negro era mate y
grisaseo. En esta forma, el barro es muy resistente, permitiéndole ser golpeado
sin romperse.
El barro negro, antes de ser cocido, tiene un color café, color que se debe a la tierra con la que es elaborado. Una vez que es cocido, toma el color negro.
Los
orígenes de este estilo de alfarería se remontan al periodo de Monte Albán. (*Monte Albán fue una de las ciudades más importantes de Mesoamérica.
Se fundó en el 500 aC sobre la cima de una montaña en el centro de los Valles
Centrales de Oaxaca y funcionó como capital de los Zapotecas desde los inicios
de nuestra era hasta el 800 dC. En su momento de mayor desarrollo Monte Albán
llegó a tener cerca de 35,000 habitantes, quienes vivían en su mayoría en las
laderas terraceadas de la montaña dedicados a la agricultura. Desde
esto tiempos pasados hasta ahora y por casi toda la historia de este tipo de
alfarería solo había estado disponible en un acabado grisaseo mate.
El barro negro puede tener un acabado negro brillante (izquierda) o un acabado gris mate (derecha).
En el
siglo XX, una alfarera llamada doña Rosa ideó una manera de poner un acabado
negro metálico en las piezas de barro negro puliéndolas antes de que fueran
cocidas. Este acabado ha hecho al barro negro mucho más popular. Desde 1980 un
artesano llamado Carlomagno
Pedro Martínez ha promovido artículos hechos con esta técnica, los cuales han
sido exhibidos en un gran número de países.
El
color del barro negro se debe a propiedades del barro en sí y no a colorantes.
La tierra que se usa para extraer el barro es limpiada para remover todas las
impurezas, lo cual puede llevar hasta un mes de remojar y sedimentar el barro
aparte del resto de la tierra. Después de este proceso, cada pieza toma
alrededor de veinte días en ser finalizada.
el silbato de ser cocido, tenga un acabado negro brillante, debe de ser pulido, cuando está prácticamente seco, con una piedra de cuarzo o algún otro objeto liso.
Tradicionalmente,
el barro es moldeado en platos balanceados en rocas, para que pueda ser
trabajado a mano. Las herramientas modernas de alfarería no son usadas. Las
piezas grandes, como los cántaros, se forman desde la base, agregando barro
conforme la pieza va creciendo. Después de que toman forma, las piezas se ponen
a secar en una habitación aislada para protegerlas de cambios en la
temperatura. El secado puede llevar hasta tres semanas. Si la pieza va a ser
pulida, para que tenga un acabado negro brilloso, es pulida cuando la pieza
está casi seca.
La superficie de la pieza es ligeramente humedecida y después
es frotada con una piedra curva de cuarzo. Esto comprime la superficie del
barro y crea el brillo metálico y el color oscuro durante el horneado. Este es
también el paso en el que las decoraciones como flores de barro o pequeñas
manipulaciones con las manos son agregadas. Estas manipulaciones, con las que
se crean diseños únicos e irrepetibles, se realizan con cualquier objeto que
los artesanos consideren útil, tapas de refrescos, bolígrafos, envases vacíos
de pegamentos, etc. Los diseños del barro negro son únicos.
Las
piezas, después, son cocidas en hoyos bajo la tierra o en hornos de leña,
usando fuego de leña que calienta a los objetos entre 700 y 800 °C. Cuando
salen, las piezas pulidas son de un color negro brillante y las que no fueron
pulidas tienen un acabado gris mate.
En
1950, aproximadamente, una mujer llamada Rosa Real Mateo de Nieto (Doña Rosa) descubrió
que se podía cambiar el color y el brillo de las piezas puliéndolas y
cociéndolas a una temperatura ligeramente más baja. Justo antes de que la pieza
de barro se seque por completo es pulida con una piedra de cuarzo o algún otro
objeto liso. Después de ser cocida, la pieza emerge con un brillo negro en
lugar de un gris mate. Esta innovación hace a las piezas más frágiles, pero ha
hecho a este estilo de alfarería más popular entre coleccionistas de artesanías
mexicanas, incluido Nelson Rockefeller, quien
lo promovió en Estados Unidos.
La
popularidad nace de su aspecto más que de su utilidad, muchas piezas son
producidas hoy en día con propósitos decorativos más que utilitarios. Doña Rosa
murió en 1980 pero la tradición de hacer este tipo de alfarería ha continuado
por la hija y nietos de doña Rosa, quienes hoy en día hacen demostraciones para
los turistas en su taller local. Su taller aún se encuentra en casa de la
familia, donde una gran cantidad de estantes están llenos de piezas negras
brillantes para su venta. A pesar de ser el origen del barro negro pulido, en
el taller las piezas son mucho más baratas de los que son en otras partes de
México
Muchos
objetos diferentes son hechos de barro negro, incluyendo ollas, silbatos,
campanas, flautas, campanas, máscaras, lámparas, figuras de animales, etc., la
mayoría con propósitos decorativos y no para el almacenamiento de comida y
agua.
El Chango Mezcalero es un recipiente de arcilla
con la forma de un mono,tradicionalmente utilizado para el mezcal y a menudo
pintado en colores
Otro
objeto de barro negro famoso es el chango mezcalero. Este es un recipiente
creado para la bebida alcohólica mezcal en
forma de un chango. Es hecho para soportar entre 700 ml. y 1 litro del líquido
con un corcho o un tapón de maíz. Es pintado en colores brillantes o dejado en
gris con agarraderas detalladas. Valente Nieto, el único familiar vivo restante
de Doña Rosa, declara que su familia creó el chango mezcalero y nadie más. El
reclama que su papa era un gran escultor, y que mezcaleros acudieron a su
propiedad solicitando envases novedosos para la bebida alcohólica. Sin embargo,
otra familia, la de Marcelo Simón Galán, también reclama haber creado el
contenedor. Su nieta, dice que él hizo la figura por solicitud de un cliente.
Un ejemplo del trabajo de Galán es exhibido en el Museo de Arte Popular de
Oaxaca en San Bartolo Coyotepec.