En la primera evangelización lo
que llamó la atención de los indígenas, motivándolos para convertirse
paulatinamente al Evangelio, fue la pobreza y paciencia de los frailes
franciscanos; así como, el ornato y pulcritud en las celebraciones y la
predicación pública, unida al incansable celo por las almas de los frailes que
buscaba arrancarlos de la idolatría destruyendo templos, altares e ídolos de
las deidades prehispánicas, en el territorio diocesano aún se pueden
reconstruir dichos actos.
La zona que abarca el actual
territorio de la Diócesis de Atlacomulco ha sido habitado por las etnias otomí
y mazahua mucho tiempo atrás a la época precolombina.
En el pasado dos centro indígenas
sobresalían en el escenario histórico; el señorío otomí de Xilotepec y el
señorío de Mazahuacán, éste último con dos centros, uno político en Xocotitlán
y uno religioso en Xiquipilco. En tiempos de la invasión nahua, Mazahuacán
había sido sometido por Tezozomoc al señorío de Tacuba en 1338 y Xilotepec
sometido por Acamapichtli en 1379 para el señorío de México. Después, ambos
serían sometidos como tributarios a la Tripe Alianza de México, Texcoco y
Tacuba.
Cuando el 13 de Agosto de 1521
los españoles logran la rendición de los señores del Imperio Azteca, los
territorios otomí y mazahua se sometieron casi pacíficamente; es cierto que
hubo episodios de resistencia otomí, pero que fueron sofocados por el
conquistador Gonzalo de Sandoval, en el territorio ubicado entre Jiquipilco y
Dongú, perdiendo 300 miembros de sus huestes. Ya el 3 de mayo de 1493 el papa
Alejandro VI había previsto la evangelización de los pueblos de las coronas
española y portuguesa.
Las raíces remotas de la llegada
del Evangelio a nuestro territorio, hay que remontarlas al mismo trabajo
evangelizador de los conquistadores y de los capellanes del ejército de Hernán
Cortés; que pasó en varias ocasiones por el territorio con la finalidad de
alcanzar otras tierras conquistadas para Castilla y gustaba como es sabido de
la misa diaria y en más de una ocasión se encargó directamente del primer
anuncio.
Sin embargo, la evangelización
fundante propiamente dicha, tuvo que esperar la conformación de la Custodia Franciscana
del Santo Evangelio -futura Provincia del Santo Evangelio- y sobre todo de la
Junta de los doce, tan trascendental en lo que se refiere a la sectorización de
los cuatro centros más importantes y de los métodos de evangelización, que tuvo
en los hermanos franciscos a los garantes de la palabra divina.
La noticia más antigua que se
tiene de la presencia Franciscana en el territorio diocesano, es la de Fray
Antonio de Ciudad Rodrigo, acompañado de Fray Cristobal Sámorano, Fray Juan de
san Francisco y sobre todo de Fray Alonso de Rangel, insigne apóstol de
Jilotepec, que extirpó la idolatría e implantó la fe en la región, aún
arriesgando gravemente su vida. De la misma manera, los franciscanos de Toluca
incursionaron en Jiquipilco y los de Metepec llegaron incluso a Temascalcingo.
La presencia franciscana se
materializó, en la edificación de Iglesias y conventos, no se olvide que las
capillas abiertas fueron para la atención a los autóctonos, que de hecho
participaban por separado del culto y la doctrina. En el período que corre de
1569 a 1574 se contaban ya 138 conventos franciscanos en el arzobispado de
México.
Un elemento importante en la evangelización
continua del territorio lo aportaron las congregaciones de pueblos, ya que era
tendencia natural de los indígenas la dispersión, la Corona española decretó
las congregaciones en pueblos de los naturales, lo cual tenía la finalidad de
facilitar muchas tareas de la Conquista. Hubo varios decretos de congregación el de 1545 y los de 1592-1593.
Desde la invención de la imprenta y desde su
importación a nuestra tierra por Fray Juan de Zumárraga en 1539 fue utilizada
con fines evangelizadores, en el siglo XVI el padre Cáceres había formulado una
gramática en otomí la segunda lengua franca de esta tierra después del mexicano
o náhuatl, si bien ya entre 1529 y 1547 hay noticia de una Doctrina Cristiana
en lengua otomí y en 1592 un arte de la lengua mazahua del mismo padre Diego Nájera
Yanguas. Datos esenciales para entender que en la primera evangelización se
predicó en las lenguas indígenas de la región, una tarea que no se debe dejar
sólo en el archivo muerto del pasado remoto.
Diócesis y Catedral:
Nuestra diócesis
recibió el Evangelio de los primeros misioneros Franciscanos. Fue Evangelizada
por la provincia del santo Evangelio por dos vertientes: partiendo de México,
por Jilotepec y, partiendo de Toluca, por Ixtlahuaca y su valle.
Vertiente de Jilotepec: por su situación en
la ruta hacia el Norte del País, fue Jilotepec al mismo tiempo un importante
centro de Evangelización y un punto de partida para la extensión del territorio
conquistado del Evangelio hacia la región Chichimeca. Se sabe que de ahí partió
la conquista de Tula, san Juan del Río, san Miguel el Grande y otros pueblos
del Estado de Querétaro.
En 1526 tuvo su
primer gobernador indígena cristiano: Nicolás de san Luis Montañés. En 1529 al
parecer ya estaba Evangelizada la región y se pudo establecer un convento con Fray
Alonso Rangel, que fue el primero que predicó en otomí.
Al convento de
Jilotepec pertenecieron como visitas San Juan del Río, Santa María Amealco,
Santiago Tecozautla, San Andrés Timilpan, San Bartolomé Tepetitlán y Aculco.
Como “ermitas” estaban Acambay, La Magdalena Calpulalpan, San Sebastián, San
Lorenzo, San Pablo y Santa María Tzimepatongo.
Vertiente de Ixtlahuaca: correspondió al
convento de Toluca la Evangelización del valle de Ixtlahuaca. De entre los
primeros misioneros de ese convento destaca Fray Andrés de Castro y Fray Jacobo
de Tesbera, quien hizo un catecismo pictográfico en mazahua. Pronto algunas
poblaciones pasaron al clero diocesano como las parroquias de Ixtlahuaca en
1569, Jiquipilco y Jocotitlán en 1575 Temascalcingo
y San Felipe del Obraje (hoy del Progreso).
Entre los años de
1525 y 1530 la Evangelización en México, si bien adelantaba, iba a paso lento.
En 1531 tuvo lugar la aparición de Santa María de Guadalupe. Fue éste, como lo
han reconocido autorizados historiadores, el hecho que cambió el panorama de la
Evangelización, abriendo su periodo de mayor florecimiento.
Los obispos mexicanos
en su exhortación Pastoral del 15 de agosto de 1978 afirman claramente que “La
intervención de María fue entonces, y sigue siendo ahora, un providencial
acontecimiento Evangelizador…”. “Ha sido un vehículo de la fe en Dios, en
Cristo y en su Iglesia, una Fe permanente y viva… ha conformado
también el estilo de piedad de nuestro pueblo; y hasta ha logrado incorporar
valores Evangélicos a su cultura y formar un vínculo nacional”.
La Iglesia Catedral
fue construida en el centro de la ciudad, a un costado de la Iglesia parroquial
de Santa María de Guadalupe
En el momento de su
erección, la Diócesis contaba sólo con 38 presbíteros diocesanos; gracias a
Dios en el presente se cuenta con 123 Presbíteros diocesanos y 5 Presbíteros
religiosos, 9 Acólitos instituidos, 59 Seminaristas y 109 miembros de la Vida
Consagrada.
La nueva Diócesis inició con 36 parroquias, 33 de la Diócesis de Toluca y 3 de la Diócesis de Cuautitlán. Después de la erección de la Diócesis, se han erigido 29 nuevas circunscripciones eclesiásticas, con el título de parroquias, 3 santuarios diocesanos, 4 rectorías y la Catedral.
El 30 de Abril del
2010, el Papa Benedicto XVI, nombró como tercer Obispo de nuestra Diócesis, al
Presbítero Juan Odilón Martínez García, quien fue Ordenado Obispo y tomó
posesión canónica de la misma el 28 de Julio del mismo año.
Con la finalidad de
que los fieles cristianos de nuestra Diócesis tengan mayor atención, y sea
anunciado el Evangelio de forma más organizada, se han erigido nuevas
parroquias, siendo así necesaria la creación de nuevos decanatos.
Seminario Mayor de Atlacomulco:
Situación:
Seminario Mayor de Atlacomulco, Ejido La Palma, Atlacomulco,/ Autopista Arco Norte & Carretera
San Juan del Río-Atlacomulco, Atlacomulco.
En el momento de su
erección, la Diócesis contaba sólo con 38 presbíteros diocesanos; gracias a
Dios en el presente se cuenta con 123 Presbíteros diocesanos y 5 Presbíteros
religiosos, 9 Acólitos instituidos, 59 Seminaristas y 109 miembros de la Vida
Consagrada.
Por vez primera en la historia del Seminario de la
Diócesis de Atlacomulco se ha celebrado de manera distinta a los años
anteriores la fiesta patronal en honor a nuestro santo patrono Jesucristo Sumo
y Eterno Sacerdote fijada siempre en el mes de marzo. Hasta el año 2014 se
hacía la invitación de un grupo representativo de cada parroquia y los
bienhechores, mismos que asistían con sus párrocos.
A partir de este año 2015 se hizo extensiva la
invitación a todas las personas de la Diócesis que quisieran celebrar con el
Seminario su fiesta patronal, invitación que se hizo llegar a través de los
párrocos, propaganda impresa, lonas, y medios electrónicos como el Facebook.
Además se les envió invitación a los mayordomos de los pueblos vecinos a
Atlacomulco, mismos que participaron trayendo en procesión sus imágenes,
situación que le dio mayor solemnidad a la fiesta.
Es de reconocerse el trabajo arduo del Rector que
en coordinación con nuestro Obispo, Mons. Juan Odilón Martínez García y de todo
el equipo de formadores y seminaristas, quienes desde el mes de noviembre iniciaron
los preparativos para la fiesta patronal.
El domingo 8 de marzo fue la fecha fijada para este
año; la fiesta se inició en un ambiente de alegría; al rededor de las 10:00
horas el Padre Rector hizo la inauguración oficial de la fiesta patronal de
nuestro querido Seminario, en donde agradeció a Dios por la oportunidad que nos
dio de celebrar por primera vez de una manera distinta esta fiesta y deseando
que fuera del agrado de todos, invitó a participar de la misma.
La promoción de la fiesta patronal motivó a muchas
parroquias tanto del decanato del Espíritu Santo como otras más lejanas como la
de San José del Rincón y Santiago Yeche quienes se hicieron presentes con un
grupo significativo de niños de catequesis, acompañados de sus catequistas y de
algunos papás, los cuales fueron los primeros en llegar a la fiesta y que
además se les mostraron las instalaciones del Seminario Mayor, siendo también para
ellos oportunidad de expresar sus dudas, comentarios e inquietudes.
La fiesta patronal estuvo acompañada por diferentes
danzas regionales, como los concheros, la danza azteca y las pastoras, mismas
que le dieron realce; algunos de los danzantes comentaban que venían a pagar la
visita que el Pbro. Enrique Dávila les había hecho yendo a danzar a sus
respectivas fiestas; cabe mencionar que participaron con mucha alegría.
El momento central de la fiesta patronal fue la
solemne Celebración Eucarística presidida por el Padre Rector a las 12:00 horas
en que concelebraron varios sacerdotes del equipo formador; asistieron las
danzas, los mayordomos y feligreses de diferentes parroquias; los seminaristas
fueron quienes cantaron y animaron con la liturgia.
Cabe mencionar también que a lo largo del día hubo otras celebraciones eucarísticas y se administró el sacramento de la reconciliación.
Cabe mencionar también que a lo largo del día hubo otras celebraciones eucarísticas y se administró el sacramento de la reconciliación.
Por supuesto no podían faltar los diferentes
puestos de comida y el típico pan de fiesta, cuyos organizadores de manera muy
generosa se esmeraron en la preparación de los alimentos y colaboraron con las
ganancias y en algunos casos hasta con la inversión en favor del Seminario.
No podemos negar que la participación de los juegos
mecánicos, ocupó un lugar especial en la fiesta patronal, ya que fue motivo de
diversión para muchos asistentes chicos y grandes; hubo promociones para
algunos niños. Hubo música en vivo; por la mañana estuvieron dos artistas
animando y cantando música versátil y por la tarde estuvo tocando y cantando el
grupo “Almar” quienes hicieron que la gente pasara momentos muy agradables con
la música, los cantos y las dinámicas.
Al filo del medio día hubo un evento de payasos
para los niños, y otros que sintiéndose contagiados por el espíritu infantil,
disfrutaron y se divirtieron un momento; al finalizar de este evento, se llevó
a cabo un concierto de música católica en la capilla del Seminario cuyos
concertistas fueron los presbíteros Felipe Ortega Flores y Mario Guadalupe
González, evento que también fue muy concurrido.
Para continuar con la alegría de las festividades
hubo en el auditorio del Seminario un evento de box con 10 peleas en las que
tuvieron la oportunidad de participar boxeadores de diferentes gimnasios de
Atlacomulco y sus alrededores, contando con una asistencia grande a este
evento.
Durante todo el día estuvo puesta la
expo-vocacional casi a la entrada del Seminario en que participaron diferentes
congregaciones religiosas y el mismo seminario promoviendo las vocaciones.
Para concluir los festejos en honor de Jesucristo
Sumo y eterno Sacerdote, alrededor de las 17:00 horas, fuimos bendecidos con un
chubasco, mismo que vino a dar por terminada la fiesta. Muchos de los
asistentes estuvieron contentos y sorprendidos por el éxito en la organización
de esta fiesta.
Se calcula que la cantidad de asistentes a la
fiesta patronal osciló entre los 2500 y 3000 personas; 12 puestos de comida; 7
juegos mecánicos; 1 tiro al blanco; 1 lotería y 3 danzas. Seguimos pidiendo a
Dios nuestro Señor que nos bendiga con abundantes vocaciones al ministerio
ordenado.
2019 Enero. Semana de estudio en el Seminario
Los dias del 14 al 16 enero, unos 80 presbiteros han participado en la primer parte de la Semana de estudio del Presbiterio de Atlacomulco (México). El objetivo de estudio y reflexión ha sido: "los presbiteros reflexionan sobre formación humana, afectividad y sexualidad, con vistas a seguir formando en corazón de pastor".
La temática ha sido conducida por el Servicio de Animación Vocacional Sol con la participación de los padres operarios Rubén Barrón y José Angel Mendoza del IPV-México. Señalamos la presencia en todas las charlas del Obispo de Atlacomulco, Monseñor Juan Odylón Martínez, quien agradeció: "a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos su importante ayuda, valorando que hemos visto que es un trabajo de equipo y un testimonio de fraternidad sacerdotal".
2019 Enero. Semana de estudio en el Seminario
Los dias del 14 al 16 enero, unos 80 presbiteros han participado en la primer parte de la Semana de estudio del Presbiterio de Atlacomulco (México). El objetivo de estudio y reflexión ha sido: "los presbiteros reflexionan sobre formación humana, afectividad y sexualidad, con vistas a seguir formando en corazón de pastor".
La temática ha sido conducida por el Servicio de Animación Vocacional Sol con la participación de los padres operarios Rubén Barrón y José Angel Mendoza del IPV-México. Señalamos la presencia en todas las charlas del Obispo de Atlacomulco, Monseñor Juan Odylón Martínez, quien agradeció: "a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos su importante ayuda, valorando que hemos visto que es un trabajo de equipo y un testimonio de fraternidad sacerdotal".