La imagen del Cristo crucificado, es la de la Santa Veracruz, “El
general”, es la más antigua y la que comanda la procesión de los Cristos en
la Semana Santa de Taxco.(Guerrero)
Setenta
criollos fundaron en 1600 la hermandad del Nazareno, la primera cofradía, en
honor del Señor de la Santa Veracruz, “El general”, como se le conoce a
este Cristo que trajeron de España los franciscanos. Aunque originalmente estas
agrupaciones eran cosa de hombres, actualmente cinco de las 11 existentes están
integradas por mujeres.
Son ellos
los anónimos penitentes, que durante la peregrinación de los Cristos de la
noche del Jueves Santo; la de las tres caídas o la procesión del silencio, del
viernes al mediodía y de la noche, respectivamente, se flagelan, arrastran
cadenas, cargan en brazos pesadas cruces, cargan rollos de zarza, ante el azoro
y sobresalto de miles de turistas que se sitúan en balcones y restaurantes, para
complacencia de hoteleros y restauranteros.
Como
explica uno de los sacerdotes de Santa Prisca: “son estos cofrades los
responsables de organizar ceremonias y penitencias de la Semana Santa de Taxco".
Templo del Señor de la Santa Veracruz. El edificio actual, de arquitectura
popular data de principios del Siglo XIX. El 16 de marzo de 1917 se hizo la
erección canónica de la capilla en santuario. En varias ocasiones, cuando la
iglesia de Santa Prisca estaba en reparación, fue la parroquia de Taxco.
Vean esta
crónica que se ha publicado en la prensa: “Taxco (Guerreo), Jueves Santo: Un niño
aterrorizado se mete entre las faldas de su madre cada vez que se acerca esa
presencia extraña: hombres en faldones y con capuchas negras, la cintura ceñida
con cabestro -un lienzo hecho con crines de caballo-, del que pende un largo
rosario.
-Mamá, ¿por qué cargan esos palos con
espinas? -pregunta el crío.
-¡Porque se portan mal! -dice la madre,
mientras esquiva a la multitud que se dirige hacia al interior del templo de la
Santa Veracruz, donde seis imágenes sangrantes de Jesús crucificado están a
punto de salir y sumarse a otras efigies, en total 51, que recorrerán los
callejones deTaxco.
-¡No chingues, no le digas eso al niño!
-responde el padre, protector, y trata de explicar al pequeño el tormento que
significa colocarse entre 30 y 60 kilos de varas de zarza ceñidas y amarradas
fuertemente a los brazos abiertos en cruz de los penitentes y sostenidas por la
fuerza de la boca: los encruzados, el
espectáculo sadomasoquista que atrae cada año a miles de turistas.
Son las nueve de la noche del Jueves Santo,
suenan solitarios tambores, algún violín desafinado, alguna matraca de madera,
y todo huele a la goma del copal quemado en lustrosos incensarios de plata. Son
los peregrinos de los barrios de Taxco que bajan por callejones hacia la
iglesia de la Santa Veracruz, cada hermandad con su Cristo llevado como pesada
cruz en hombros, y son los hombres los que cargan estos altares como una
penitencia.
En el atrio de la Santa Veracruz se continúa
cargando a los encruzados, mientras
otros encapuchados se laceran con níveas fustas con terminaciones de acero que
les provocan llagas a la altura de los riñones, laceraciones de las que mana
sanguaza en una representación dolorosa del camino de su propio calvario.
El párroco de Santa Prisca, José Guadalupe
Catalán, dice que estas son manifestaciones extralitúrgicas de la Semana Santa
que se realizan desde 1600 y que sólo fueron canceladas durante el tiempo
posterior a la Revolución Mexicana en que hubo persecución religiosa, de 1926 a
1948, tiempo en que el anónimo ritual de las cofradías se circunscribió al
espacio físico de los templos.
Cada quien con su cruz...
Los 51
Cristos, sobre pesados altares en procesión siguen la ruta de la Pasión por las
principales calles de la colonial ciudad. Vestidos con las mejores galas, estos
crucificados en grandes cruces terminadas en argento y coronados de espinas de
plata son cubiertos con flores, papel, plantas y todo lo que a la feligresía se
le pueda ocurrir para que sea el mejor del desfile religioso.
Los
Cristos son bautizados por el nombre del barrio, sector o hermandad del que
vienen: la Buena Muerte, Señor de Pilitas, de los Conductores, Señor del Cerro
del Huitxteco, Guadalupe, de Los Milagros, del Martirio, de La Agonía, de los encruzados
-cargado por decenas de estos hombres de largo vestido y capucha negra-; 51
imágenes desde la más antigua, la de la Santa Veracruz, ”El general, que
comanda la procesión hasta el que apenas hace dos años, el de Pueblo Nuevo, se
integró a esta tradición colonial, entonces un ritual de las catacumbas, al
espectáculo de las transmisiones en vivo y en directo por las cadenas
nacionales de televisión.
El
viernes, el mismo rito pero a la luz del día. Decenas de mujeres en vestidos
largos y negros como sus capuchas, que recuerdan los tiempos de la Inquisición,
arrastran cadenas sobre los empedrados taxqueños, encorvadas arrullan
crucifijos como si llevaran a sus hijos en brazos.
La Procesión de los Cristos reúne todas las imágenes de Jesús
crucificado (tanto de Taxco como las de poblados circunvecinos) en la iglesia
de la Santa Cruz a las once de la noche.
Se concentran un significativo número de personas y penitentes, prolongándose por cuatro o cinco horas, pues hasta el alba, algunas de las imágenes van en camino de regreso a su lugar de origen, sobre los hombros de los feligreses.
Se concentran un significativo número de personas y penitentes, prolongándose por cuatro o cinco horas, pues hasta el alba, algunas de las imágenes van en camino de regreso a su lugar de origen, sobre los hombros de los feligreses.
Oración que se reza en el Santuario de la Vera Cruz de Taxco (Guerrero)