En el
sureste de México, se
encuentra una región compuesta por pequeños pueblos habitados por descendientes
mayas, que en su mayoría aún conservan
muchas costumbres antiguas e incluso sólo hablan la lengua nativa. Además de
ello, uno de los interesantes atractivos de la zona son las iglesias
coloniales, que conforman la Ruta de las Iglesias… la unión de dos culturas. En
Chiapas también encontramos una gran presencia de iglesias en zona indígena
maya. Primero veremos las del sureste de México y en segundo momento las de
Chiapas, apoyados por una investigadora.
Las
iglesias en la Zona Maya son de
los pocos vestigios coloniales que han sobrevivido al paso del tiempo y se han
mantenido en pie a pesar de que en algunos casos, fueron víctimas de los
encuentros de la Guerra de Castas en Yucatán.
Recorrer
estos pueblos llenos de historia y tradiciones, donde se hacen presentes las
huellas de la evangelización de la época de la colonia, con varias iglesias
antiguas en ruinas y otras aun en condiciones de reunir a la gente varias veces
a la semana o en ocasiones especiales; es una experiencia interesante y
enriquecedora.
La Ruta
de las Iglesias de la Zona Maya abarca las localidades de Chanchén Comandante, Felipe Carrillo
Puerto, Tepich, Tihosuco, y San Antonio Tuk, dentro del municipio de Felipe
Carrillo Puerto; al igual que los poblados de Huay Max, Sabán, Sacalaca,
X-Cabil, y X-Querol, dentro del municipio José María Morelos.
En su
mayoría las iglesias de la ruta son pequeñas y sobrias, algunas más antiguas
que otras y cada una con características únicas. La iglesia en Tepich por ejemplo,
tiene a un costado un cementerio maya amurallado.
Por otro
lado la edificación más imponente de la zona es el Templo del Santo Niño Jesús
o Ex convento de Tihosuco, el cual tenía retablos al óleo, una cruz dorada con
mangas de terciopelo bordado en oro y seda.
Una de
las iglesias más antiguas conocidas en el estado de Quintana Roo, se
encuentra en Sacalaca, conocida como “la de los blancos” consagrada a la virgen
María, pero no es la única iglesia en el pueblo, también se encuentra “la de
los indios”. Tener dos iglesias en un mismo pueblo se hizo por las divisiones
entre los conquistadores, que se clasificaron en blancos y criollos.
Para
complementar la experiencia, es recomendable visitar los centros ceremoniales mayas católicos, espacios donde los
indígenas realizan rezos, rituales, ceremonias y festividades. Estos se encuentran
ubicados en Chancah Veracruz, Chumpón, Chunyaxché, Cruz Parlante, Tihosuco,
Tixcal Guardia, y Tulum.
Identidades religiosas
en la zona maya de Chiapas. La identidad religiosa en estas comunidades
indígenas mayas de Chiapas tiene componentes sociales, ideológicos, de devoción
y costumbre heredada de sus antepasados, así como de apropiación,
reinterpretación y resistencia para sobrevivir como pueblo.
Una investigadora
nacional
nivel I detalla que las nuevas identidades religiosas no implican
necesariamente un proceso de conversión profunda, sino que el cambio de
adscripción religiosa puede obedecer a que las congregaciones funcionan como
dispositivos para rodearse de un grupo de apoyo cuando migran, para dar
solución a conflictos sociales, o bien a problemas personales que muchas veces
relacionan con la salud, especialmente si se habla de alcoholismo, una
enfermedad que suele ser frecuente en las comunidades mayas, donde el alcohol
está muy presente en la interacción social y en la ritualidad.
Y es que, señala, las
congregaciones religiosas han tenido un papel importante en la organización de
la población indígena tras los movimientos de desplazamiento derivados de los
conflictos inter e intracomunitarios, y la guerra de baja intensidad que siguió
al movimiento zapatista. Las redes religiosas se convierten en fuentes de
capital social y ayuda internacional, pues se trata de redes transnacionales
que les vinculan a comunidades globales.
¿Por qué el fenómeno
del cambio religioso está tan presente en Chiapas?
Influyen varias
cuestiones, una de ellas es el campo vacío que, de alguna manera, deja la
iglesia católica cuando es expulsada por los gobiernos liberales. A principios
del siglo, la iglesia Reformada norteamericana decide que América Latina es
tierra de misión y el área maya es elegida para hacer ese trabajo en México y
Guatemala. A Chiapas empiezan a llegar los primeros misioneros que lo primero que
hacen es aprender las lenguas nativas para traducir la Biblia a sus lenguas.
Junto con ello les llevan también respuesta a los problemas de salud que
agobian a la población.
Las identidades
religiosas son dispositivos que tienen los pueblos acá, porque estamos hablando
de un territorio en las márgenes del estado, una población mayoritariamente
indígena, con altos índices de marginación y pobreza, de baja escolarización y
pocas oportunidades de empleo.
Por otra parte, la
población indígena es ajena tanto a la iglesia católica como a la protestante,
porque tiene una religiosidad propia que le viene “de costumbre”, aquí hay una
devoción y reverencia a los antepasados y su legado. En este legado juega un
papel importante los componentes que vienen de su cultura, de su manera de
entender su relación con las deidades; pero también su costumbre tiene la
impronta de la religión católica, de tal manera que ellos no identifican su
espiritualidad con ninguna religión, sino solo como su costumbre, la herencia
de los antepasados.
La verdad es que los
pueblos mayas no han sido católicos al estilo de la iglesia católica romana, no
lo fueron, trataron de imponérselo pero los historiadores han dado cuenta de
cómo aquí se seguían haciendo rezos en la montañas o en las cuevas, y todo eso
era muy combatido por los religiosos.
La religiosidad
tradicional, la manera en que el maya se relaciona con la idea de lo sagrado
sigue perdurando. La religiosidad popular es fuerte y eso cada vez está más
presente, porque el hombre maya es sumamente religioso, es un campesino
vinculado a su milpa, a su tierra, a su montaña y manantial del agua, y si no
le rezas a las fuerzas y espíritus que moran en estos lugares, a lo mejor hay
sequía y no podrá tener su "maicito". Con la influencia de estas
misiones evangelizadoras, la población dialoga porque así es la manera en que
la población indígena se interna al mundo moderno global que llega a tocar a su
puerta.
Empecé
trabajando con las expulsiones religiosas en San Juan Chamula, me he
concentrado en explorar la pluralidad religiosa entre la población indígena
después de la expulsión de los sacerdotes a finales del siglo XIX, cuando hubo
un florecimiento de la religiosidad popular indígena. Esto les permitió
florecer al margen de la imposición institucional de la iglesia. Posteriormente
empiezan a venir las misiones, primero llegan los presbiterianos, le siguen los
pentecostales, que imprimieron la emocionalidad en el culto que a la fecha está
presente hasta en la propia iglesia católica.
El cambio religioso
lo sigo considerando a través de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, que
es un tipo de misión porque prácticamente la iglesia católica desapareció a
fines del siglo XIX. Se trata de una diócesis muy particular por la figura de
don Samuel Ruiz, el obispo que participó en el Concilio Vaticano II, un prelado
que fue influido por un pensamiento teológico crítico que emergió en un sector
del sacerdocio latinoamericano y de todo un movimiento cristiano en donde está
presente el pensamiento marxista, las utopías sociales y la justicia social,
además de las corrientes de la educación popular en América Latina.
Los promotores de
este pensamiento latinoamericano, entre ellos el obispo Samuel Ruiz, se
plantean la importancia de estar al lado de los pobres, de los que sufrían
injusticia. A don Samuel le tocó hacer su labor entre los mayas de Chiapas, es
así que se da cuenta de la importancia del elemento cultural para hacer una
iglesia autóctona, una iglesia indígena y empezó a ponerla en marcha con
acciones pastorales y un grupo que integraba a varias comunidades religiosas al
interior de la iglesia.
Ese pensamiento se
sembró en las órdenes religiosas que actualmente están trabajando. Uno de los
elementos que puede distinguir a esta diócesis es la importancia de lo que
llaman “la misión profética de la iglesia”, que es entendida como la denuncia
de injusticias. En la diócesis hay una organización de laicos vinculada a la
iglesia llamada Pueblo Creyente, que tiene como misión encabezar luchas
ciudadanas, es una poderosa organización que incluye 54 parroquias y abarca
varias partes del estado.
Estoy enfocándome en
la inculturación y el trabajo de las órdenes, porque en el campo católico no
todo es lo mismo. Trabajo con los dominicos, una orden que también tiene
presencia en Guatemala, y uno de sus superiores tuvo la idea de fundar una rama
en Las Verapaces, región del norte de ese país. Se está propiciando un
encuentro entre ambas regiones para discutir los desafíos de una pastoral
indígena.
Ahora estoy
trabajando en ello porque la orden de los dominicos ha priorizado la cuestión
de denuncia de las injusticas, de protección a la población indígena y la
inculturación de las lenguas y de entender su mundo.
Acabo de ir a Las
Verapaces, es una de las regiones donde el conflicto armado guatemalteco fue
terrible y que ahora están luchando en varias comunidades en contra de la construcción
de hidroeléctricas al pedir que sean consultados, y los sacerdotes están
acompañándolos en la defensa de sus derechos como pueblo.
En México, los
dominicos están al frente de la evangelización indígena y realizan un trabajo
importante vinculado con los pueblos y con la defensa de sus derechos,
trabajando por los migrantes, incluso ya han fundado una casa del migrante.
Además se está incentivando la aceptación de la manera indígena de relacionarse
con lo sagrado, porque antes se les exigía que abandonaran toda idolatría, que
no rezaran en el cerro o no hicieran limpias, y ahora la iglesia está
respetando esa parte cultural, incorporándola más al culto.