Avanza la
reconstrucción de iglesias dañadas por el sismo del 2017
En nuestra Zona
Pastoral la iglesia que resultó más dañada por el sismo fue el templo parroquial
de San Antonio de Padua de Huixquilucan, construida en 1775. Con el apoyo de la
población, la ayuda del Municipio y del Arzobispado, se ha procedido a
completar las reparaciones del interior con una nueva iluminación, interior y
exterior, en cuya inauguración estuvieron presentes el Arzobispo de la
Diócesis, el Obispo Auxiliar, los sacerdotes del Decanato y el Presidente
Municipal de Huixquilucan.
Toluca. La Secretaria
de Cultura recordó que en total fueron 271 iglesias dañadas por el sismo y
reiteró que se llevan 32 o 33 ya recuperadas, mientras que las de daño menor esperan
tenerlas terminadas todas antes del mes de octubre próximo, en tanto que las de
daño medio y las de daño mayor en alrededor de año y medio.
Tan sólo para la primera etapa de reconstrucción de iglesias y edificios históricos dañados por el sismo del 19 de septiembre 2017 se requieren 800 millones de pesos, pero a la fecha se ha concluido la restauración de 32 de ellas que sufrieron daños menores, aseguró Marcela González Salas, secretaria de Cultura y Deporte.
También indicó que entre las
ya recuperadas está una considerada de gran importancia, la iglesia del
Sacromonte, que se ubica en Amecameca y es considerada por la feligresía como
santuario, aunque la capilla que se ubica más arriba en el monte, la cual
“sufrió daños muy severos y tardarán al menos cinco años en recuperarla, pero
las menos afectadas y las de daños medios ya van”..
Indicó que muchas de
las edificaciones más afectadas estaban protegidas con un seguro contratado por
el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y eso ha contribuido a
avanzar en la reconstrucción o reparación, pero la cuantificación de los daños
podría llegar a ser mayor, pues se está trabajando con las mismas técnicas y
materiales utilizados en la construcción original.
“Puede llegar a ser
más la cuantificación, pues uno calcula sobre reconstrucción y aquí no es
reconstrucción, es restauración, utilizando los métodos como fue construida,
entonces eso hace que sea mucho más de lo que tú tenías calculado; sin embargo,
reiteró, tenemos la ventaja del seguro que ya está operando en casi todos los
inmuebles del Estado de Mexico, lo que se está haciendo es terminar los
proyectos para que sean dictaminados por el INAH y seguir adelante”, abundó
Marcela González Salas.
El templo parroquial
de San Antonio de Padua en Huixquilucan, Estado de México, cuyo valor radica en
su portada. Fue construida en el año de 1775 y el material que se utilizó fue
traído del río por la población. Cinco años después albergó a un grupo de
jesuitas interesados en aprender otomí, mismos que más tarde trasladaron su
escuela de lenguas al estado de Morelos.
Según el Códice
Techialoyan, el primer virrey de la Nueva España, Antonio de Mendoza, y Hernán
Cortés nombraron a San Antonio de Padua como el patrón de Huixquilucan. El
documento se refiere al sitio como San Antonio Huitzquilucan Atlyxamacayan
Tecpan, así, con este nombre, al lugar de cardos comestibles se agrega otra
característica: lugar donde se encajonan las aguas. El principal centro
religioso huixquiluquense, fue también escenario histórico en la Guerra de
Reforma. y en su atrio fue sepultado el general Santos Degollados en 1861.
En el templo de San Antonio de Padua,
de Huixquilucan, se instalaron más de 6 mil 800 metros lineales de cable, 750 metros de tubería
conduit y
sensores de presencia para ahorro de energía,
empleando materiales de primera calidad, pues la parroquia está catalogada como
patrimonio cultural.
Durante
el encendido de la nueva iluminación de la Parroquia de San Antonio de Padua,
trabajos en los que el Gobierno municipal que encabeza el alcalde Enrique
Vargas del Villar, se aportó 670 mil pesos, el Padre Isaías García aseguró que
" cuando se unen esfuerzos, se pueden lograr cosas grandes".
Al
respecto el Presidente Municipal Enrique Vargas del Villar, señaló que se revisará cada una de las iglesias,
“vamos a seguir trabajando fuerte para tener iglesias de primer nivel”. Agregó
que en ésta se comenzaron los trabajos debido a que existían cableados en mal
estado, conexiones sin aislamiento y centros de carga inadecuados.
El Padre Isaías García García, párroco de San Antonio de
Padua, reiteró que existe una constate conexión y comunicación con las
autoridades civiles, y explicó que previo a esos trabajos el templo tenía
escasa iluminación por lo que se unieron esfuerzos entre comunidad, iglesia y
el municipio para realizar este proyecto.
Ante el cuarto arzobispo de Tlalnepantla, José
Antonio Fernández Hurtado; Efraín Mendoza, Obispo auxiliar de Tlalnepantla; la
sexta regidora, María Eugenia Torres Pérez Tejada, encargada de asuntos
religiosos; Gustavo Rodríguez Santos, director general de la Agencia Municipal
de Energía y distintos clérigos, señaló que el Presidente Municipal contribuyó
a que la energía estuviera disponible y la comunidad participó en la pintura de
todo el templo. “Este proyecto es una realidad, y va a servir para que los
feligreses se sientan en un ambiente confortable y de paz”.
“Cuando se unen
fuerzas se pueden lograr cosas grandes”, aseguró
el párroco de San Antonio de Padua, Isaías
García García, durante el encendido de nuevas luces del este
templo, en el que el gobierno municipal, encabezado por Enrique Vargas del Villar,
aportó más de 670 mil
pesos. Al respecto, el edil de Huixquilucan señaló que revisará cada una
de las iglesias.“ Vamos a seguir trabajando
fuerte para tener iglesias de primer nivel”.
Huixquilucan de
Degollado
es una ciudad del Estado de México, perteneciente a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México y es cabecera del
municipio de Huixquilucan
Antes, el territorio
estaba dominado sucesivamente por otomíes, tepanecas, mexicas y acolhuas. En 2005, el 2,5% de la población de Huixquilucan habla una
lengua indígena.
El patrimonio
cultural arquitectónico está
constituido por algunos templos, destacándose el
templo parroquial de San Antonio de Padua, cuyo valor radica en su portada y
debido a que en su atrio fue sepultado el general Santos Degollados en 1861.
Fue construida en el
año de 1775 y el material que se utilizó fue traído del río por la población.
Cinco años después albergó a un grupo de jesuitas interesados en aprender
otomí, mismos que más tarde trasladaron su escuela de lenguas al estado de
Morelos.
Según el Códice
Techialoyan, el primer virrey de la Nueva España, Antonio de Mendoza, y Hernán
Cortés nombraron a San Antonio de Padua como el patrón de Huixquilucan. El
documento se refiere al sitio como San Antonio Huitzquilucan Atlyxamacayan
Tecpan, así, con este nombre, al lugar de cardos comestibles se agrega otra característica:
lugar donde se encajonan las aguas.
El principal centro religioso
huixquiluquense, fue también escenario histórico en la Guerra de Reforma. Otros edificios son
la estación de ferrocarril y la casa de
Los Venados construidos a principios de este siglo.
La sierra de Las Cruces forma
parte del eje Neovolcánico o sierra Volcánica Transversal. Los bosques, las
montañas, valles y lomas son componentes topográficos del municipio. Por su altura se destaca el cerro de
San Francisco con 3,009 m y el de Santa Cruz con 3251 metros.
Durante la época
prehispánica, el territorio conocido como la región de la Cuautlalpan o sierra
de Las Cruces fue habitada por los otomíes. Inicialmente vivieron en las
crestas de los cerros, aprovechando la abundante vegetación, se alimentaron de
la caza de conejos, liebres, armadillos, ciervos y mapaches, saciaron su sed
con el agua que brotaba por doquier y hallaron entre las rocas moradas para sus
noches y templos para sus deidades rudimentarias: Makata y Makame; el primero
representaba a las montañas, a la lluvia y al poder fecundante. La segunda al
poder fecundado, al principio pasivo, a los flores. También adoraban a
Otontecutli a la parte más alta de los cerros, en las cuevas y en los enormes
monolitos o piedras sagradas.
Los otomíes, una de
las razas más persistentes, misteriosas y antiguas del suelo mexicano fue
conquistada primero por las civilizaciones olmecas y luego por los nahuatlacos.
Los de esta región fueron sometidos por Tlacopan, cuyo dominio abarcaba desde
la orilla del lago hasta la cima de las sierras de Las Cruces. Los tecpanecas a
su vez fueron derrotados por los mexicas y los acolhuaques y su principal
asentamiento paso a ser Tlacopan, reconocida como uno de los miembros de la
Triple Alianza.
Naturalmente que los
vecinos inmediatos a los mexicas sean los primeros que estaban destinados a
sufrir las consecuencias de instituciones religiosas. Según el Códice
Mendocino, en tiempo de Ixcoatl, al invadir Azcapotzalco es conquistado todo el
territorio aledaño a Coaximalpan, Ocoyoacac y Uzquillocan.
Los mexicas no
destruían las organizaciones políticas y sociales de los pueblos conquistados,
sino que dejaban en el poder a los caciques locales siempre y cuando aceptaran
pagar los tributos y plegarse a su dominio. En ocasiones imponían sus conceptos
religiosos e introducían sus ritos y su lengua, por esta razón los pueblos
ostentan nombres en náhuatl como Tecpan, Atliyacac, Xaxalpan, Yetepec, Mexicapan,
Texcelucan, Ayotusco y Tecamachalco.
Cuenta la tradición
que en esta época Huizquilloca, lugar de bosques rumorantes bañado de
arroyuelos y abundante vegetación, gustó al último emperador Moctezuma
Xocoyotzin quien mandó construir un palacio en el barrio de Tecpan.
En este tiempo los
indígenas solían danzar en honor a sus dioses, especialmente a la Makame,
formando grupos que recorrían montañas, valles y pueblos a los que más tarde se
les llamó huehuenches.
En el siglo XVI se
produce la conquista, y con ello se inicia la etapa denominada Colonial. El
primero abarca de 1519 hasta más o menos mediados del siglo y se caracteriza
por el triunfo de los intereses particulares de los conquistadores sobre el
mundo indígena. Al aliarse los tlaxcaltecas con los españoles enfrentaron a los
mexicas con apoyo de otros grupos indígenas ya que Cortés había enviado a
varios de sus capitanes a establecer alianzas o dominar militarmente algunos
sitios. Muchos pueblos concertaron alianzas inmediatas y en prueba de su apoyo enviaron
hombres para luchar contra los mexicas, entre ellos los otomíes de la región de
la Cuatlalpan o sierra de Las Cruces.
La historia de
Huixquilucan, está ligada a Hernán Cortés e Isabel Moctezuma. Cortés ejerció su
influencia, aunque de modo indirecto, sobre la catequización de los indígenas y
en otorgar en Encomienda Tacuba, a la que pertenecía Huixquilucan.
El Códice Techialoyan
de Huixquilucan establece también una relación entre Cortés y el Primer Virrey
Antonio de Mendoza, en virtud de sucesos como la llegada de la fe y la
confirmación de títulos sobre la tierra, la demarcación de distritos y la
asignación de santos patronos como reflejo directo de la congregación; señala
además que en 1532 Totoquiahuatzin, gobernador de Tlacopan, acompañado de Chimalpopocatzin,
nobles de Huixquilucan, visitó a los tributarios para trasmitirles la fe y
repartirles tierras de contribución a las que les asignaron nombres de santos.
Por otra parte en
1580, la orden religiosa de los padres jesuitas creó un colegio de lenguas
indígenas que inicialmente se pretendió fundar en Jesús del Monte, donde la
orden tenía edificada una casa de descanso, pero el padre Hernán Gómez influyó
para que el proyecto se realizara en el pueblo de San Antonio Huixquilucan,
aprovechando que la parroquia había quedado vacante por la muerte del cura. Se
instaló el colegio de lenguas y en tres meses de establecida la corporación en
esta localidad, los padres salían a predicar en otomí, mazahua y matlazinca.
Lamentablemente, la orden decidió trasladarse al pueblo de Tepotzotlán.