San Juan de Ulúa es el nombre de una pequeña isla de México en la que se ubica la antigua fortaleza y el otrora puerto (también del mismo nombre). La construcción de la fortaleza fue planeada por los españoles al mando de Hernán Cortés el 22 de abril de 1519 en el contexto del descubrimiento de América y de los ataques piratas y corsarios de la época contra España. La fortaleza esta construida en el estilo llamado traza italiana.
El complejo e isla se hallan frente a las costas del golfo de México en la ciudad y puerto de Veracruz, en el estado mexicano del mismo nombre.
La isla de San Juan de Ulúa era el punto más protegido del Golfo; de ahí se trasladaba a viajeros y carga en pequeñas barcazas a tierra firme; así, San Juan de Ulúa era un paso forzoso para llegar a Veracruz. De esta manera comenzaron a levantarse construcciones que sirvieron para proteger a la flota de los enemigos tanto humanos como naturales.
Hacia 1552 existía en el islote una pequeña torre no mayor que la altura de un hombre. Para fines del siglo XVI, la Torre Vieja formó complemento de un muro de argollas y un baluarte que protegía a la flota real naviera de los vientos impetuosos del norte.
La
primera expedición española que llegó a las costas de Veracruz, en 1518, estaba
al mando de Juan de Grijalva, quien desembarcó en un islote al que bautizó con
el nombre de San Juan de Ulúa; San Juan por ser 24 de junio –día de San Juan
Bautista-, y Ulúa porque creyó oír pronunciar a los naturales que ahí se
encontraban las palabras de úlua o colúa.
El 21 de abril de 1519 llega la
segunda expedición que fondeó junto a San Juan de Ulúa, dirigida por Hernán
Cortés quien, tocando tierra firme frente a la isla, fundó la Villa Rica de la
Vera Cruz y nombró un ayudante provisional.
En 1681
la Junta de Guerra nombró al ingeniero Jaime Franck para que proyectara y
construyera la fortaleza de San Juan de Ulúa complementando las primeras
estructuras al recinto, plan que aceptó en 1689 el virrey de Monclova.
Años después se complementaron algunos elementos de
la fortaleza: el baluarte de la Soledad fue terminado en 1707, y en 1710 la
torre del Caballero Alto.
Durante
la guerra de Independencia sirvió como baluarte a las fuerzas españolas y fue
su último reducto, ya que después de arduos combates, el general Miguel Barragán
logró que sus defensores capitularan en 1825.
interior de una de las mazmorras o cárceles llenas de gran humedad donde se hacinaban los presos y la mayoria moría por enfermedades
En las
primeras décadas del México independiente, y debido a los continuos cambios de
poder, la fortaleza estuvo llena de presos políticos, entre ellos algunos
compatriotas notables, como Benito Juárez, Melchor Ocampo, los frailes Servando
Teresa de Mier y Melchor de Talamantes. Más tarde, en el gobierno de Porfirio
Díaz, su celebridad como prisión aumentó, ya que en ella se confinó a miles de
ciudadanos; de esa época data la reclusión de "Chucho el Roto" y la
demolición de algunas partes de la construcción original para levantar talleres
dentro de la fortaleza.
El 2 de julio de 1915 el primer jefe del Ejército
Constitucionalista, Venustiano Carranza, decretó que San Juan de Ulúa dejara de
ser presidio. Parte del edificio se destinó a residencia eventual del Poder
Ejecutivo de la Unión y otra a reducto militar de una pequeña partida para
vigilancia. Actualmente es un monumento histórico declarado así desde 1962 por
decreto del presidente Adolfo López Mateos y entregado al INAH para su
resguardo.
Los
Piratas del Caribe y del Golfo de México.
En el Atlántico, Caribe y Golfo de México, la piratería de
ingleses, franceses y holandeses dará nombres reconocidos como los de Juan
Florín, Walter Raleigh, Jean David Nau (el
Olonés), Sir Henry Morgan, William Dampiere, Bartholomew Sharp,
Cornelio Hol, el Barbanegra Eduardo
Teach, los Pata de palo Piet Hein y
Francoise Leclerc, Jacques de Sores, el
Mulato Diego Grillo, además de mujeres como Anne Bonny y Mary Read,
a los que debemos agregar a los que fueron derrotados en Ulúa: John Hawkins y
Sir Francis Drake.
Tipos de piratería
El accionar de los Piratas como
ladrones de mar, se manifestó desde la antigüedad con distintas modalidades.
Corsarios: actuaban
protegidos por un monarca que les concedía la “patente de corso” a
cambio de un impuesto o parte del botín por atacar a sus enemigos. El sistema
inicialmente francés fue utilizado por holandeses, ingleses, franceses e
incluso españoles.
Bucaneros: vendedores de boucan (carne
seca o ahumada) en La Española -hoy Santo Domingo y Haití-, atacados en 1620 se
retiraron a la cercana isla de La Tortuga donde se convirtieron en
filibusteros.
Filibusteros: deriva del
término “filibote”
(navío largo y delgado) o “el que captura el botín”;
grupo compuesto por bucaneros, marinos, soldados desertores, delincuentes,
nobles empobrecidos, esclavos blancos, deudores, perseguidos religiosos, todos
con derecho a estar en la isla, menos los españoles.
El Estado filibustero en La Tortuga fue la Cofradía
de los Hermanos de la Costa (siglo XVII), su
orientación anarquista prohibía discusiones religiosas, políticas y sobre
conflictos europeos; no era obligatorio participar en expediciones; no había
castigos penales, prestaciones, impuestos, trabajos forzados, ni autoridades y
por no poder utilizar banderas estatales las remplazaron por pabellones con
tibias y calaveras.