Fieles al lado de la imagen de la
Virgen de la Asunción, en la catedral de Chilapa
Chilapa, 15 agosto. Con música de
viento, cientos de hombres, niños y mujeres se vistieron de tigres para
desfilar por las principales calles de esta cabecera municipal en honor a la
Virgen de la Asunción, venerada en la catedral de esta ciudad. La imagen es
conocida en esta zona como la Virgen de las Manzanas debido que en la
anterioridad se adornaba su altar con árboles de ese fruto que había en la
parte alta de este municipio.
Las danzas en el atrio de la catedral
ponen el ambiente a la festividad, mientras el obispo Alejo Zavala Castro
ofrece la misa de medio día; adentro no cabe ni un alma, los devotos oran y
ponen sus limosnas a cambio de una manzana y una flor como reliquias.
Los tigres están listos con sus machetes
para empezar a danzar; el calor está en su máximo punto y la gente que llega de
sus comunidades y de la ciudad no deja de entrar y salir del templo mientras
las campanadas y los cohetes anuncian que Chilapa está de fiesta.
Afuera, los vendedores ambulantes han
rodeado el perímetro del zócalo, los puestos de nieves, manzanas, chicharrones,
elotes, papas fritas y palomitas son los que más abundan.
Como a las 8 o 9 se
espera una tradicional kermés en donde abundarán los antojitos mexicanos, y los
castillos de fuegos artificiales iluminarán la noche.
En la tradición y la costumbre los
tigres corren detrás de los niños que los torean o burlan pero cuando son
alcanzados, como castigo, les hacen morder chiles verdes y así los dejen irse
todos enchilados.
Una tradición que se está perdiendo y
mezclando con costumbres estadunidenses como el uso de máscaras de monstruos
–donde se agrede con palos a los menores que los torean– al estilo del Hallowen
del país vecino pero que nada tiene que ver con las tigradas que inician desde
el 1 de agosto.
Incluso, esto ha sido motivo de inconformidad de los grupos
culturales locales que han pedido a las autoridades municipales buscar el modo
de arraigar esta tradición es su más pura expresión
Esta festividad pagana-religiosa de los
tigres también se lleva a cabo para honrar a Tepecyolotli (corazón de cerro)
para pedir fertilidad a la tierra que da vida y sustento. Las correrías de
tigres son ritos prehispánicos y una ofrenda de los pueblos indígenas en esta
región.
En este festejo se reúnen las
representaciones del hombre-jaguar de toda la zona Cohuixca. El jaguar es la
representación del dios Tepecyolotli, protector de la agricultura y dador de
lluvias.
Entre las comunidades indígenas, los
niños, jóvenes y adultos, se disfrazan de esta deidad en un acto de
transmutación a fin de purificar la tierra y propiciar la abundancia de las
lluvias. En tanto, la figura del perro representa el viento que trae las
lluvias pero este animal se ha ido transformando, convirtiéndose en momias que
agreden a los niños que los persiguen con palos y tubos alejándose por completo
de esta la tradición.
Este 15, se lleva a cabo la
concentración de tigres más grande que se tiene registrada en el estado; la
tigrada, acto que grupos culturales de Chilapa organizan desde hace varias
décadas.
El tradicional traje de tigres es color
amarillo con rayas negras y la máscara de madera elaborada en la comunidad de
Ayahualulco, municipio de Chilapa. En la mano, la fiera lleva una cadena de
fierro.